La Escuela de Danza arranca con 225 alumnos

La compañía india Attakkalari irrumpió ayer en la Escuela Profesional de Danza con una clase magistral a la que acudió una treintena de niños de las distintas especialidades que se imparten en el centro, que estrena nombre, Ana Laguna. El encuentro bailó como una suerte de prólogo del nuevo curso, que arranca oficialmente el lunes. Lo hará con 225 alumnos, 10 menos que el año pasado, un descenso que no alarma a su directora, Amaya Iglesias, pero sí la preocupa por lo que esconde detrás.«No es una situación exclusiva de Burgos, también ha pasado en Valladolid. Es algo que está ocurriendo en general. Constata una realidad: cuesta que se valoren las enseñanzas artísticas y que tengan el reconocimiento que se merecen. Queda mucho trabajo por hacer», apunta la responsable al tiempo que mira con envidia otras actividades como el inglés o la informática, a las que ningún padre renuncia para sus hijos.«Falta que la importancia de la danza cale en la sociedad. Más allá del aspecto profesional, las enseñanzas elementales aportan mucho al niño y es una pena», lamenta Iglesias, que, a pesar de estos reveses, confía en que se hace camino al andar.Y mejor no podía comenzar. Attakkalari Dance Company representa hoy el espectáculo Bhinna Vinyasa en Cultural Caja de Burgos de la avenida de Cantabria (20.30 horas, 12 euros). Pero algunos ojos privilegiados, los de una treintena de jóvenes, ya vieron ayer sus virguerías. «Es muy interesante para todos porque cuando salgan del aula les van a pedir versatilidad», apunta Iglesias y aplaude la oportunidad de contar con esta innovadora propuesta: «Supone un inicio de curso muy enriquecedor y motivador porque permite ver cómo se puede aunar la danza tradicional india con la contemporánea».