En marcha la montaña rusa de Colectivo Inesperado

Un escritor en busca de una musa que se le resiste, un funcionario que vislumbra una nueva jornada aburrida sin sospechar que alguien volteará esa rutina, una viuda que acude al velatorio de su marido, donde se topará con su cuñado, la amante del finado o los sepultureros. Estos personajes transitan por las tres nuevas piezas de microteatro de Colectivo Inesperado, que se estrenan en el Centro de Arte Caja de Burgos (CAB) este viernes y sábado (19 y 20.30 horas, 8 euros).Fran de Benito y Carola Martínez interpretan a un escritor en crisis y a la alegoría de la inspiración en Muerte a las musas; Jesús Cristóbal y Violeta Ollauri encarnan al funcionario gris y a la cliente que llega a su oficina dispuesta a colorear esa vida en blanco y negro en El otro lado de la tortilla; y los cuatro actores se vuelven a juntar en El descanso, una parodia gestual sobre las distintas maneras de enfrentarse a la muerte.«Continuamos en la misma línea aunando, incluso en la misma escena, humor con pinceladas más poéticas y más dramáticas, planteando en cada una un conflicto a superar, que puede ser interior o exterior. El espectador, como es habitual en nosotros, se subirá a una montaña rusa», explica Jesús Cristóbal sobre esta nueva temporada de microteatro, que presentan ahora al público después de las sesiones para escolares del curso pasado.Tras este estreno, el reloj volverá a ponerse en marcha para Colectivo Inesperado. Su propuesta de microteatro para bebés (de uno a cuatro años) regresará a la Escuela Infantil Caja de Burgos los sábados 10 y 24 y domingos 11 y 25 de noviembre.Y en febrero sacará adelante la sexta temporada. Esta la tienen ya perfilada y se mantendrá en los parámetros actuales. Pero para la séptima planean volver a sus orígenes, con un teatro más irreverente y cabaretero. No será para poner los dos rombos. Pero, ríe Cristóbal, sí uno.«Al iniciar las campañas para adolescentes, nos hemos impuesto un formato más para todos los públicos con la pérdida de libertad que conlleva», expone Violeta Ollauri.Sea más canalla o más light, la realidad es que el tirón del microteatro es incontestable. Jesús Cristóbal observa que continuamente reciben llamadas de bares, aunque casi nunca se acomodan a las condiciones indispensables para las funciones, y Ollauri advierte de las expectativas que genera cada nueva entrega de la compañía: «Tenemos un público habitual que nos sigue y que nos obliga a reinventarnos con cada historia».Micropaso a micropaso, con permiso de la improvisación, otra de sus ramas, aunque menos explotada, Colectivo Inesperado es una de las firmas imprescindibles de la escena local. Desde que iniciaran su flirteo con el teatro de pequeño formato en El Hangar han pasado cinco años y, por primera vez, han puesto sobre la mesa la posibilidad de dar el salto al largo. «Ya tenemos 22 escenas y sí barajamos, a partir de este material, crear un espectáculo de gran formato para llevar a los teatros», avanza Cristóbal al tiempo que señala que Desgraciados, de Atópico Teatro, surgió así y ya llevan más de 60 funciones.