El Correo de Burgos

Burgos sacia su sed de zarzuela con un plantel inmejorable

La JOSBu llena las butacas del Teatro Principal en su estreno de ‘La Verbena de la Paloma’ junto al Orfeón Burgalés y el Ballet Antología / El segundo y último pase, esta tarde a las 20 horas

Tal y como se preveía, ‘La Verbena de la Paloma’ cosechó un notable éxito. De hecho, las entradas para las mejores localidades se agotaron con antelación.-RAÚL G. OCHOA

Tal y como se preveía, ‘La Verbena de la Paloma’ cosechó un notable éxito. De hecho, las entradas para las mejores localidades se agotaron con antelación.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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Los «típicos» nervios y el «gusanillo en el estómago» forman parte del ADN de cualquier músico profesional antes de salir a escena. Al final, las «ganas» de deleitar al público vencen cualquier temor y los aplausos confirman que las innumerables horas de ensayo han merecido la pena, máxime cuando se afronta una obra cumbre de la zarzuela como ‘La verbena de la Paloma’, en casa, durante las fiestas patronales de San Pedro y San Pablo.El año pasado, la Joven Orquesta Sinfónica de Burgos (JOSBu) se planteó la opción de adentrarse en el género chico y pronto surgieron «varios nombres sobre la mesa». Al final, sus integrantes se decantaron por el sainete lírico de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón porque «si le hablas a cualquier persona de España sobre ‘La verbena de la Paloma’ lo va a asociar rápidamente con la zarzuela», reconocía dos horas antes de salir a escena el director de la orquesta, Pedro Bartolomé. Dicho y hecho, la agrupación se puso manos a la obra y ayer, por fin, estrenó su adaptación por todo lo alto en el Teatro Principal.Dada la expectación latente entre los burgaleses, la JOSBu celebra hoy un segundo pase, a las 20 horas, en el mismo enclave. La ciudad llevaba demasiado tiempo sin zarzuela y las entradas para las mejores localidades han volado. Los más rezagados quizá puedan disfrutar de un asiento en la zona de paraíso, con menos visibilidad pero igualmente recomendables porque «la trama la puede ver todo el mundo».No es la primera incursión de la joven y prometedora JOSBu en el mundo de la zarzuela. En enero del año pasado, sus músicos interpretaron una «antología» con «pequeños fragmentos de las canciones más conocidas». Sin embargo, querían «ir un paso más allá» y abordar de principio a fin una obra en concreto. Y qué mejor manera de hacerlo que aliándose con ‘pesos pesados’ del panorama local como el Orfeón Burgalés, bajo la batuta de Marta Pilar Hernando, o el Ballet Antología, magistralmente dirigido por Mayte González Bayona.Cubierto con garantías el apartado instrumental, y sin obviar el ‘fichaje’ de MarianoMangas a la guitarra, en el apartado vocal destaca la presencia de Miren Maialen, capaz de cabalgar con soltura sobre ritmos de heavy metal, blues, pop o jazz; embrujada por el flamenco y siempre dispuesta a abordar nuevos retos profesionales. Su incorporación como cantaora, a juicio de Bartolomé, supone todo un acierto porque su voz «encaja fenomenal» en una propuesta de estas características.El resto del plantel también es digno de mención, ya que la JOSBu se ve arropada por un grupo de solistas con una dilatada trayectoria a sus espaldas. El tenor salmantino Adolfo Muñoz encarna al protagonista, Julián, en su día interpretado por el mismísimo Alfredo Kraus. Su pareja de ‘baile’ y desventuras sobre el escenario es la soprano Julia Díez, colaboradora de lujo del Conjunto Lírico Burgalés y profunda conocedora del repertorio lírico nacional.La responsabilidad de dar vida a Don Hilarión recae sobre el barítono Javier Centeno, director del área de Didáctica de la Expresión Musical en la Universidad de Burgos (UBU) e intérprete de largo recorrido dentro y fuera del país. Entretanto, la mezzosoprano burgalesa y profesora de Violín en el Conservatorio Profesional de Música Rafael Frühbeck de Burgos, Raquel Rodríguez, se mete en la piel de la Señá Rita mientras la soprano y ex directora de la Banda Municipal de Briviesca, Rebeca García, hace lo propio con Casta.Tanto Bartolomé como el resto de sus compañeros estaban «emocionados» de antemano por la excelente acogida de ‘La verbena de la Paloma’ en tierras burgalesas. Actuar en los Sampedros constituye un plus de responsabilidad y la JOSBu, como siempre, volvió a estar a la altura de las circunstancias. En tan solo seis años de vida, la agrupación ha experimentado una evolución progresiva, hasta el punto de enfrentarse a «cada día a proyectos más grandes y enriquecedores».El jovencísimo director recuerda con cariño los primeros años. Sobre todo la llegada de músicos de otras ciudades, dispuestos a embarcarse en esta aventura, que encontraron su primer «hogar de acogida» en su casa. Aquello era la «pensión Carmen», bromea al rememorar, con el mayor de los agradecimientos, la disposición de su madre con aquellos compañeros de viaje que se desplazaban hasta Burgos para cubrir las carencias instrumentales de una cantera de talentos con mucho futuro por delante.

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