El Correo de Burgos

LITERATURA / PRESENTACIÓN EN LA SALA POLISÓN

Cercanía en la historia distante

Desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, Juan Salvador Chico se mete en la «piel» de personajes reales y ficticios para retratar sus propias ‘Leyendas de los reinos de la Meseta Norte’

Juan Salvador Chico, doctor en Historia, ha ejercido la docencia durante más de 30 años.-ECB

Juan Salvador Chico, doctor en Historia, ha ejercido la docencia durante más de 30 años.-ECB

Publicado por
DIEGO SANTAMARÍA
Burgos

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A lo largo de sus más de 30 años como profesor de Secundaria, Juan Salvador Chico ha podido comprobar de primera mano que «los chavales, por temario, llegan a veces muy tarde a la historia actual, que es la que les interesa». Lo más reciente les atrae mucho más que las batallas de hace siglos. La épica de aquellos personajes de imborrable legado parece tan ajena a la realidad contemporánea que resulta prácticamente imposible motivarles. Sin embargo, este inquieto historiador afincado en León y oriundo de Nava de Roa nunca ha perdido la esperanza en captar la atención de sus pupilos. Jubilado desde enero, continúa presentando su última obra, ópera prima en lo que a ficción se refiere compuesta de 13 relatos que abarcan desde el siglo 133 antes de Cristo hasta nuestros días. Su objetivo: convertir en «cercano» lo que a priori puede «parecer distante».Fruto de sus sesudas reflexiones sobre aquellos personajes que siempre le han «llamado la atención», y con la eterna duda sobre «qué había detrás» de las páginas de historia, el docente ribereño volcó su imaginación sobre un amplísimo fondo documental. El resultado, editado en 2016, fue Leyendas de los reinos de la Meseta Norte: una obra de ficción que se sustenta sobre la rigurosidad de los acontecimientos y que esta tarde presenta, a partir de las 20 horas, en la sala Polisón del Teatro Principal. Con este proyecto, alejado por completo del tecnicismo científico de sus anteriores trabajos, pretende abrir la puerta del conocimiento a esas nuevas generaciones que bostezan cada vez que oyen hablar de episodios previos al siglo XX.Más allá de su vocación pedagógica, Juan Salvador Chico quiere rendir homenaje a la denominada España Vaciada, un «mundo que se termina» porque -para desgracia de nuestros antepasados- «nos vamos concentrando cada vez más en grandes ciudades y estamos perdiendo nuestras raíces». Pase lo que pase, tenga razón o no, está claro que «somos consecuencia de la acumulación de nuestros genes». Eso sí, duda que la historia siempre esté condenada a repetirse, aunque «sí que hay guiños y reflejos» que requieren una mirada al pasado para comprender con mayor precisión la realidad presente.¿Por qué la Meseta Norte como escenario? Por cercanía, obviamente, pero también por su deseo de abordar el cruce de caminos que ha desembocado en ese conjunto de «identidades y mentalidades diferentes» que configuran Castilla y León. No se le escapa al historiador que el Estatuto de Autonomía «se hizo de aquella manera»y que las reticencias entre ambas partes se mantienen a día de hoy. Nadie tiene una varita mágica y la historia viene de muy lejos. Lo ideal, a juicio de Juan Salvador Chico, sería «poder llegar a entendernos y a integrarnos» siempre y cuando «todos los territorios se sientan justamente tratados y nadie se sienta agraviado».Entrando en materia, el autor reconoce que se ha metido en la «piel» de personajes reales e inventados para pisar todo tipo de jardines, desde la represión ejercida por el Imperio Romano sobre las tribus arévacas, astures y vacceas en la Edad Antigua hasta el simbolismo de objetos como la canica o el trisquel, que sirven para reflejar la relación de complicidad y amor mutuo entre un abuelo y su nieto en cualquier momento de la historia, inclusive la Edad Contemporánea.Las andanzas de los personajes se asemejan mucho a los tiempos que corren. Queda claro, por ejemplo, que «los poderosos siempre flotan». Lo demostraron de pleno las familias acaudaladas de las tribus indígenas que se aliaban con Roma y que acabaron dirigiendo ciudades como Clunia o Lancia. En la otra cara de la moneda se encuentra Juan Martín Díez El Empecinado, cuya última mujer, Teresa, era paisana de Juan Salvador Chico. No podía faltar en esta obra. En Nava son «seguidores a muerte»del militar burgalés y no es para menos. En un pueblo constitucionalista, pasto de las llamas en 1840 por el «movimiento Carlista y absolutista», su talante «liberal» siempre gozó de un reconocimiento que también compartían sus enemigos ingleses.

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