El Correo de Burgos

MÚSICA / HÉROES DEL SILENCIO

Cuando los Héroes fueron soldados

Hace 30 años se celebró en el actual acuartelamiento Diego Porcelos el I Festival del Soldado, un acontecimiento muy recordado en Burgos por la actuación del grupo de rock zaragozano Héroes del Silencio. Fue un 12 de octubre de 1989...

Los componentes de Héroes del Silencio en una imagen de finales de los 80. JAVIER CEBOLLADA

Los componentes de Héroes del Silencio en una imagen de finales de los 80. JAVIER CEBOLLADA

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

...Y no es, como creen algunos, una leyenda urbana. La banda liderada por Enrique Bunbury actuó en Burgos, en un céntrico cuartel. Salvo el público que presenció dicho concierto, algunos de sus conocidos y los militares de la antigua Academia de Ingenieros no es mucha la gente que recuerda este atípico episodio.Viajemos hasta 1989. Desde el Ministerio de Defensa, concretamente desde el SERRES (Servicio de Recreo Educativo para el Soldado), se decidió organizar en varias ciudades de España un ‘Festival del Soldado’ con el propósito de acercar a la población civil un ejército que poco a poco se iba modernizando con una mejora de medios y la paulatina profesionalización de la tropa. Además, cada vez más jóvenes optaban por la prestación social sustitutoria, por lo que también se quería ‘homenajear’ con esta fiesta a los jóvenes que acudían a la llamada a filas como soldados de reemplazo y de paso animar al mayor número posible de mozos.

Para organizar este festival en Burgos se optó por el acuartelamiento de San Fernando, hoy llamado Diego Porcelos y que es cuartel general de la División San Marcial. Este complejo, en plena calle Vitoria al comienzo de Gamonal y en frente de la comandancia de la Guardia Civil, se abrió al público durante unos días entorno a la fiesta nacional del 12 de octubre para celebrar el I Festival del Soldado. Exposición de material y vehículos militares, concursos y actuaciones musicales llenaron el programa del evento.El día del Pilar fue el día grande de estas jornadas. En el espacioso patio del cuartel una unidad del Regimiento de Ingenieros montó un tablado junto a un puente utilizado en maniobras como escenario para las actuaciones del festival. La prestigiosa Coral Salvé de Laredo abrió la tarde con una actuación que no tuvo mucho seguimiento entre el público congregado. Luego se entregaron los premios de los concursos y sorteos celebrados durante esas jornadas, con obsequios tan variopintos como equipos de música, carabinas o una motocicleta. Cogieron el relevo Banda Nocturna, una orquesta asturiana que lleva animando las fiestas de toda la geografía española desde hace más de treinta años. Esta formación sustituyó a El Norte, que estaba anunciada inicialmente. Un miembro de este grupo cántabro, muy popular en aquellos años gracias al ‘hit’ Entre tú y yo (un diamante es para siempre), tuvo un accidente de tráfico días antes y tuvieron que ser reemplazados.Cuando comenzaba a caer la noche llegó el momento más esperado. Mucho público que había estado por las inmediaciones del cuartel entró en el patio para disfrutar del concierto de unos jóvenes de Zaragoza que el año anterior habían sonado en todas las radiofórmulas con un ‘maxisingle’ titulado Héroe de leyenda y que en febrero de aquel 1989 publicó uno de los mejores discos de debut del rock-pop español: El mar no cesa.Rock en el cuartelEntre el heterogéneo público que se congregó en San Fernando para ver a Héroes del Silencio había dos fracciones claramente diferenciadas que, juntos pero no revueltos, disfrutaron del ‘bolo’ de los zaragozanos: los rockeros burgaleses -que sabían que el directo del cuarteto maño era mucho más ‘cañero’ que el sonido que había plasmado en el disco el productor Gustavo Montesano, demasiado pop-, y las adolescentes que ansiaban ver de cerca al cantante del grupo, un jovencísimo Enrique Bunbury que, entre el negro de su vestimenta, hacía brillar su melena rubia oxidada, tan característica de su primera época como ‘frontman’ de la banda.Uno de los testigos de aquel festival fue el teniente Enrique Menayo, que en la actualidad coordina el montaje del espectacular belén que el regimiento de Transmisiones de Castrillo del Val instala en la Catedral cada Navidad. En aquel 1989 el entonces sargento Menayo participó en la logística del Festival del Soldado y recuerda bien el paso de Héroes del Silencio por el cuartel. «Unos soldados de Ingenieros montaron un escenario con material utilizado en maniobras y nosotros, los que estábamos en San Fernando, instalamos unos camerinos en la zona de las cocinas. Recuerdo bien a los chicos de Héroes, muy jóvenes y reservados, casi no hablaban entre ellos. Se les notaba muy concentrados antes de su concierto».El público, algo ‘pasota’ durante las actuaciones anteriores, estalló cuando comenzaron a sonar las primeras notas de los temas de la banda aragonesa. La destreza de Pedro Andreu con la batería, el potente ritmo de Joaquín Cardiel al bajo, el virtuosismo de Juan Valdivia con la guitarra -y sus increíbles arpegios- eran completados con la voz épica y atronadora de Enrique Bunbury. Canciones ahora clásicas como Olvidado, Agosto, El estanque o Mar adentro fueron aplaudidas por la entusiasta concurrencia durante aquella actuación que cerró el festival.De aquel día apenas deben de existir fotografías. Hace tres décadas no llevábamos como un apéndice de nuestro cuerpo una cámara fotográfica como ahora lo hacemos con el teléfono móvil. Además no está permitido hacer fotos en espacios castrenses. «La policía militar reforzó su cometido esos días de apertura del cuartel al público, hubo mucha seguridad», explica Menayo. Hay que recordar que en esa época el terrorismo de ETA estaba, desgraciadamente, muy activo y no se podía relajar el nivel de alerta a pesar del carácter festivo del evento.También hay que reseñar que fuera del cuartel, junto a la entonces gasolinera de la Campsa, un pequeño grupo de personas pertenecientes a los movimientos antimilitaristas MOC y MAMBO protestaron contra el festival mientras pedían la supresión de ‘la mili’ y la libertad para José, un joven insumiso cordobés que estaba en prisión.Esta fue la primera y la última vez que se celebró el Festival de Soldado en Burgos. Y también la primera y única ocasión en que actuaron Héroes del Silencio en la capital castellana, aunque este concierto, misteriosamente, no exista en su biografía oficial. Tras tantos años, ¿llegaremos a disfrutar al menos de Bunbury en solitario en alguna ocasión por estos lares? Ahí está preparada la pista del Coliseum o el césped leal de El Plantío para recibir a este héroe de leyenda que por un día, hace justo treinta años, fue un ‘soldado del rock’.

tracking