MÚSICA
León Benavente, «lo que quieras que sea»
León Benavente planta cara al aburrimiento innovando en cada disco. Tras la locura de su último LP, la banda ofrece conciertos más «enérgicos» que nunca. Este sábado, en el Andén 56, «vamos a morir todos», advierte su guitarrista
Menos mal que el éxito les pilló en la treintena y curtidos en mil batallas. «Si nos ocurre con 20 años, probablemente hubiera sido otra cosa. Nos hubiésemos dejado manejar de otra manera, tenido problemas de ego...». O tal vez no, nunca se sabe. El caso es que León Benavente se consagró en tiempo récord, allá por 2013, como grupo imprescindible del indie patrio. Desde entonces, «tratamos de encajar esto con humildad, pero que el grupo ha crecido es un hecho», asegura su guitarrista, Luis Rodríguez, al repasar tan envidiable trayectoria en menos de una década.
La banda cuyo nombre homenajea a su carretera más transitada celebra sin autocomplacencia su mejor momento. «No creo que seamos un grupo pesimista, pero cuando haces algo siempre tienes reservas y tiras hacia abajo», confiesa Rodríguez cuando se le pregunta sobre la repercusión de Vamos a volvernos locos (2019), última y aplaudida referencia de una banda empeñada en «seguir investigando» mientras llena salas. ¿Sumarán un nuevo sold out este sábado en el Andén 56 a partir de las 22 horas? Hagan sus apuestas...
Tanto Rodríguez como Abraham Boba (voz), Eduardo Baos (bajo y sintetizador) y César Verdú (batería) se encuentran «totalmente sorprendidos y agradecidísimos» ante los elogios y críticas de su último disco. Las ‘enhorabuenas’ en redes sociales se trasladan al directo y viceversa. Por eso los conciertos son cada vez «enérgicos» y «la gente se mete muy dentro». También ayuda, y de qué manera, la puesta en escena de la última gira, que como mínimo se prolongará hasta septiembre.
La «propuesta teatral» que León Benavente plantea en salas pretende enriquecer más si cabe la atmósfera sonora que envuelve sus directos. El mérito reside, principalmente, en el operador de iluminación Lolo Salas -«un puto máquina»- y el técnico de sonido Cristian Barros. El encaje de ambos con la banda facilita ese intercambio de buenas vibraciones con el público que disfruta con cuatro titanes sobre el escenario. Y Burgos no será una excepción. «Vamos a morir todos, ya veréis», advierte el guitarrista convencido de que nadie saldrá descontento del bolo.
«No queremos repetirnos, sería un aburrimiento. Buscamos la novedad sin perder nuestra identidad»
Mientras la gira sigue su curso, la banda comienza a «vislumbrar» el próximo horizonte. De hecho, «desde octubre ya estamos pensando en lo siguiente», aunque aún es demasiado pronto para aportar detalles porque ni ellos mismos saben hacia dónde volará su inspiración. «Es como cuando Indiana Jones se mete en un agujero y empieza a apartar telarañas». A cada paso, da la sensación de que el hallazgo está cada vez más cerca. Sin embargo, muchas veces toca dar media vuelta e «ir a otro sitio».
Lo único que tiene claro Rodríguez es que «no queremos repetirnos porque sería un aburrimiento». La filosofía vital de León Benavente se basa en «buscar la novedad sin perder la identidad del grupo». Quizá «suene a cliché de entrevista, pero es así». La principal pretensión de los músicos que apuntalan el directo de Nacho Vegas es «divertirnos con lo que hacemos, que nos excite y nos interese». Obviamente, plasmar nuevas texturas y formatos acarrea múltiples «quebraderos de cabeza». Pero mejor eso a dedicar «ocho horas diarias haciendo lo mismo de siempre». El rollo ‘funcionario’ nunca fue con ellos y acomodarse no es una opción.
«Lo que quieras que sea»
«Y comes algo rápido e intentas digerir toda esa información dentro de tu habitación. Las vidas ajenas las vives como una propia...». La canción del daño, aclamado hit de Vamos a volvernos locos, brinda una sesuda y escéptica reflexión sobre el tiempo que nos toca vivir. Si algo se le da bien a León Benavente letrísticamente hablando es «cuestionar lo que nos rodea» a través de finales abiertos para que cada oyente saque sus propias conclusiones. Lo mismo sucede con el título de su último LP. Se puede interpretar de varias maneras. «Puede ser un imperativo, amenaza, sugerencia, reflexión... Lo que quieras que sea».
La «obra completa» se impone a la «inmediatez». El éxito, si no se riega, tiende a ser efímero.
Lo que está fuera de cualquier interpretación es la articulación unitaria de cada trabajo. La moda de lanzar singles con su correspondiente videoclip no va con Rodríguez y compañía. Salvo excepciones muy puntuales como el tema con Bunbury, cada proyecto tiene «un principio y un final». El concepto de «obra completa» se impone a la «inmediatez» porque el éxito, si no se riega con talento, tiende a ser efímero. Por ello, las colaboraciones van más allá del nombre. En Vamos a volvernos locos, Eva Amaral, María Arnal y Miren Iza prestan sus voces por «amistad personal», «devoción artística» y, sobre todo, porque eran capaces de «llevarnos a un sitio donde nosotros no podemos». El resultado salta a la vista... y al oído.