El Correo de Burgos

ENTREVISTA / GISME

Ultraligera: «A veces las fiestas de mierda son las mejores»

De vuelta a Burgos para actuar hoy sábado en el festival iuBento, esta jovencísima banda promete «darlo todo» sobre el escenario. Animales de directo,  su andadura en el panorama no ha hecho más que empezar

Ultraligera vuelve a Burgos para actuar en el festival iuBento. JUAN PÉREZ FAJARDO

Ultraligera vuelve a Burgos para actuar en el festival iuBento. JUAN PÉREZ FAJARDO

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«Después de cada crisis siempre hay un momento para el rock». Amén, porque a Javier Gismero ‘Gisme’ no le falta razón. Tampoco cuando dice que lo mejor de este mundillo es toparse con artistas que son «auténticos» y no van de estrellitas.

Pregunta- Durante la fiesta de presentación de iuBento, en La Rúa, se veía a la banda muy a gusto. ¿Cómo afrontan este segundo round en Burgos en poco más de un mes?

Respuesta- Estamos encantados, y encima ahora en el iuBento oficial. Nos encanta el formato sala, pero la energía y el poder que tiene un escenario de festival es diferente, además al aire libre. Volvemos con muchísimas ganas de darlo todo y de llevar nuestro rock de nuevo a Burgos.

P.- Un año de carrera y ya vienen pisando fuerte...

R.- Varios miembros de la banda ya teníamos otro grupo antes de montar Ultraligera. Pero sí, la idea se gestó durante la pandemia. Luego empezamos a grabar y nos dimos cuenta de que queríamos crear un proyecto desde cero con lo que habíamos aprendido en los últimos años. De gira casi hemos empezado antes del verano, con algunas fechas y la presentación en Madrid. Como quien dice acabamos de nacer.

P.- Tengo entendido que se encerraron a principios de 2021 para vertebrar el proyecto.

R.- Eso es. Realmente fue lo que nos sacó de dudas. No sabíamos si seguir con nuestra antigua banda o crear un proyecto nuevo. Entonces decidimos irnos a un pueblecito cerca de Bilbao, a un caserío reconvertido en estudio que se llama Gaua.

Nos encerramos varios días: por la mañana salíamos a correr, por la noche bebíamos whisky hasta la tantas y entretanto, durante el día, grabábamos y componíamos. Fue el momento de tomar perspectiva sobre lo que queríamos hacer, tanto a nivel vital como el tipo de proyecto que queríamos para defendernos. Podría decirse que ese fue el germen a partir del cual todo ha ido creciendo.

P.- De vuelta a Madrid... Filomena.

R.- Imagínate.

P.- ¿Lo vieron como una premonición o una especie de señal?

R.- No somos tan supersticiosos como para pensar que pudiese tener algo que ver aquel temporal de nieve con el futuro de la banda. Nos dio rabia por no poder bajar esquiando la Gran Vía como hacían algunos. Y también fue emocionante porque a la vuelta empezamos a ver camiones cruzados en la carretera y nosotros, despacito con nuestro coche, intentábamos sortear las caravanas.

Si ya de por sí era un sueño estar encerrados componiendo, medio de fiesta medio trabajando, con esa situación todo era un caos. Contribuyó a que la experiencia fuera aún más memorable.

P.- Se abrió la veda con Mierda de Fiesta. ¿Esperaban la acogida que tuvo?

R.- A nivel de resultados, nunca nos ha preocupado mucho porque estamos muy centrados en el directo. Lo que sí nos ha gustado es ver cómo luego la gente se la sabe, en sitios donde no pensaríamos que alguien pudiera haber escuchado algo nuestro. Creo que Mierda de Fiesta funcionó, al igual que otras canciones, porque cuenta una historia. Si la musicalidad es potente y la letra sirve para contar algo, ir un poco más allá y dejarte una especie de impresión de lo que hemos sentido y visto... es muy agradable porque se convierte en un viaje.

No nos lo esperábamos la verdad, pero de alguna forma lo entendemos porque es una canción con la que empatiza la gente. Y nosotros, cuando el público la canta, descubrimos nuevos matices de una historia que fue verdad.

P.- Ahí es donde quería llegar. ¿Cuánto de lo que se cuenta es verdad?

R.- La cosa es cuántas veces. Si hubiésemos contado una historia de fiestas en mansiones habría que preguntarlo, pero... ¿Quién no ha tenido una mierda de fiesta a la que vas porque no te quieres quedar en casa, o porque han ido tus amigos, y empiezas a ver cosas extrañas? En ese momento piensas «debería volver a casa», pero sigues pillándotela y al fin de semana siguiente vuelves. Es algo que casi todos hemos vivido.

 

P.- ¿Qué hace falta para una fiesta no sea una mierda?

R.- Que nos dejen tocar a gusto. En la canción hay un tipo que casi rompe la guitarra, pero a veces las fiestas de mierda son las mejores, las que recuerdas y puedes contar una y otra vez. Lo que hace falta es espontaneidad, mucha energía y gente con buen rollo que no trate de andar con el postureo este de los roles sociales. Hay que ir a pasárselo bien y ver a quién puedes conocer.

P.- Jóvenes haciendo rock hoy en día. Suena casi hasta anacrónico. ¿Hay esperanza?

R.- Es un proceso cíclico, y ahora hay más bandas de rock que hace 6 años. Evidentemente, hay que darle un toque de modernidad, sobre todo con el tema de la producción y de la temática. No puedes seguir anclado en lo que se hacía en los 80. O sí, pero entonces no vas a dejar de ser un grupo de los 80.

Nosotros buscamos una nueva forma de hacerlo. Creo además que después de cada crisis siempre hay un momento para el rock, porque para salir a gusto de este tipo de situaciones hace falta una música con punch, a caballo entre cantar y gritar como un ejercicio poderosos de expresión. Y no sé si sonará arcaico, pero se echaba de menos porque llevamos unos 20 años en los que todo se está volviendo más urbano sin dejar un resquicio a la música en directo.

P.- ¿Con qué grupo o artista les gustaría colaborar?

R.- Cada semana con uno (ríe). Es un tema habitual en el grupo. Muchas veces son artistas que igual no lo están petando tanto pero que llevamos admirando mucho tiempo. El otro día hablamos con el Lichis, de La Cabra Mecánica, que es un tío más auténtico que la ostia. Esta gente nos recuerda que no puedes ir de estrellita y que si de verdad te gusta la música hay que tomárselo como un oficio.

También nos flipan los Lori Meyers. O Robe, que sería una locura.

P.- ¿Y alguien totalmente ajeno a la órbita musical de Ultraligera?

R.- (Se lo piensa) Imagina un Ultraligera con Bad Bunny (ríe).

P.- De momento han ido saliendo singles y creo que hay un EP en camino. ¿Qué va a ser lo próximo?

R.- El EP se va a completar a base de singles porque es como funciona ahora la música. La gente quiere ir recibiendo gota a gota las cosas, aunque no creo que sea la estrategia con la que saquemos el próximo disco. Nos gusta el concepto de disco, sacarlo de golpe.

No dejamos de pensar en ello, pero seguimos con la gira defendiendo el EP. Eso sí, ya se van fraguando ideas y creemos que el primer disco de una banda es casi el paso más importante. Todos los grupos a los que admiramos tienen un primer disco muy cuidado, maduro, con ideas más transgresoras.

P.- Entonces de plazos ni hablamos.

R.- No, aunque seguro que será a lo largo de este año. Todavía queda mucho proceso, nos tenemos que pelear entre nosotros para decidir las canciones (ríe) y, por mi parte, encerrarme con la guitarra acústica para sacar ideas, letras, y compartirlas con mi bandas. Es un proceso lento al que si le pones vallas de fechas corres el riesgo de precipitarte. Vamos a tratar de evitarlo.   

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