El Correo de Burgos

SONORAMA 2022

Zirrosis: «Nunca hemos estado tan manipulados como ahora»

De vuelta al Sonorama, 31 años de carretera y manta después, los máximos exponentes del punk-rock en la Ribera del Duero se mantienen en plena forma. Lo más reciente: el ‘Romance de la pena negra’ de Federico García Lorca junto a Kutxi Romero 

La mítica banda de punk-rock arandina Zirrosis vuelve al Sonorama.

La mítica banda de punk-rock arandina Zirrosis vuelve al Sonorama.

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De Aranda, de toda la vida. Y con un puñado de himnos punk-rock por los que no pasa el tiempo. Como los caldos de la Ribera del Duero, Zirrosis mejora con los años y su último trabajo, Sobran hijos de puta, lo confirma con creces. Por eso era de justicia que la banda volviese al Sonorama, para un 25 aniversario que se prevé inolvidable, una década después.«Nunca me había planteado que íbamos a aguantar tanto», confiesa el vocalista del grupo, Blas Gil, con la «ilusión» intacta tras 31 años de carretera, manta, siete discos de estudio y uno en directo. Cierto es que «desde el principio nos planteamos hacer una cosa seria», pero la vida da muchas vueltas y aguantar el ritmo que dicta el rock and roll nunca fue tarea fácil. Lejos de vivir de las rentas, los Zirrosis se mantienen en forma, a lo suyo y «pasándolo bien». Al fin y al cabo, sin pasión nada de esto tendría sentido.Quizá antaño hubiesen irrumpido como un elefante en una cacharrería. Hablamos de los primeros Sonoramas, cuando «el festival estaba muy encasillado dentro del indie». O tal vez no, quién sabe. Lo importante, apunta Blas, es que ahora mismo «hay un poco de todo». Algo que agradece porque «la diversidad es la base de la música» y sus paisanos lo saben de sobra.A punto de cumplir año y medio desde la salida de su último LP, los Zirrosis afrontan esta cita en casa dispuestos a no dejar a nadie indiferente. Explícitos en el título pero reflexivos en sus letras, mordaces y poco amigos del panfletismo, Blas y compañía se preguntan, entre otras cosas, si sobran más hijos de puta hoy que ayer. «Posiblemente sí, porque cada vez va a peor. Nunca hemos estado tan manipulados en todos los sentidos. Ni tan jodidos. Nunca me he sentido tan preso de tantas cosas», reconoce mientras suscribe lo plasmado por escrito en la canción: haberlos haylos «por todos los lados, por desgracia» y el fenómeno afecta a «todos los tipos de gente».A la hora de grabar Sobran hijos de puta, la elección del estudio estaba cantada. Neo Musicbox, dónde si no. Con José Caballero (exbatería del grupo) a los mandos, todo un «fenómeno» que «cada vez lo hace mejor», los Zirrosis se sienten «como en casa». Y en cierto modo lo están, porque Castrillo de la Vega queda a tiro de piedra de Aranda. Además, el hecho de ubicarse en unas bodegas da mucho juego porque «terminas de grabar, te tomas un vino y charlas con la gente que siempre hay por allí».Por el estudio desfilaron viejos amigos de la banda como Ana Andueza, Vadillo, Andrés Garrasparri y Kutxi Romero. Todos dispuestos a echar unos coros y celebrar tantos años de caminos entrecruzados. A todo esto, Blas destaca el reciente lanzamiento, junto al líder de Marea, en el que rinden homenaje a Federico García Lorca musicalizando el Romance de la pena negra. Aguante y canteraLos tiempos cambian y «ahora la mayoría de los chavales están todos a lo mismo, al reguetón y cosas parecidas que les meten por los ojos». No lo dice con acritud, tampoco con superioridad moral. Al pan, pan, y al vino, vino. Es lo que hay. Sin embargo, por la Ribera «van saliendo cosas, gente cada vez más preparada y con más estudios musicales». Cantera queda, aunque cada vez cueste más sacar proyectos de este tipo adelante.Lo bueno, dentro de lo que cabe, es que el rock «va aguantando». También el punk, inclusive el más clásico, que «ni ha muerto ni creo que muera». Siempre quedarán irreductibles y, mientras tanto, los Zirrosis seguirán dando kaña a los que nos quieren pisar. 

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