El Correo de Burgos

Entrevista

César Strawberry: «No me gusta pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ni de coña»

Cantante y líder de Def Con Dos, retorna este viernes 2 de junio a Burgos con motivo de la gira 'Mutantes pal pueblo', merecidísimo (y aplaudido) cumpleaños del proyecto que lo cambió todo

César Strawberry, vocalista y líder de Def Con Dos.

César Strawberry, vocalista y líder de Def Con Dos.ALEJANDRO IGLESIA

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Burgos

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1993. Un tal Álex de la Iglesia arma la marimorena con Acción Mutante, locura audiovisual por aquel entonces y película de culto hasta el fin de los días. En la banda sonora se cuela un grupo (punkis rapeando con tres asaltos maqueteros previos aunque sin rumbo fijo) capitaneado por César Strawberry. De ahí nace un disco, Armas pal pueblo, y el resto es historia. Ni el realizador ni los músicos encajan en la farándula, pero logran encarrilar sus caminos haciendo de la irreverencia un arte. 

Enemigo declarado de la estupidez dogmática, Strawberry sigue en la brecha. Escribiendo lo que piensa, pensando lo que escribe, sin cortapisas ni aspavientos panfletarios. Y llegó el aniversario de la criatura. Tres décadas de aquella mutación que la banda celebra ahora sobre los escenarios. Esta viernes 2 de junio, ya iba tocando, puede que los Def Con Dos no tomen el mundo, pero sí la sala Andén 56 con su fuego de metralla deliciosamente viperina.

Pregunta- Treinta años, que se dice pronto, de Armas pal pueblo. ¿Pesa la nostalgia?

Respuesta- No es una gira nostálgica, en absoluto. Es una gira de homenaje a un tipo de iniciativas culturales que se acometían desde el lado más underground del punk de la época, tanto en el cine como en la música. Acción Mutante era una iniciativa completamente loca y el disco Armas pal pueblo, consecuencia de la banda sonora de esa película, también.

P.- Si el disco saliese ahora, probablemente les caerían palos por todos lados.

R.- Por supuesto. Tal y como está el panorama de susceptibilidades en todo el arco parlamentario, con la piel tan fina que se tiene hoy para todo y con la irrupción de cosas que no existían entonces, como las opiniones en redes sociales, que siempre son muy soliviantadas y todos esos debates tan locos que hay... No me puedo imaginar un disco como este publicado hoy. Pero tampoco me lo podía imaginar entonces porque en realidad se compuso improvisadamente, en el propio estudio momentos antes de grabar.

«He sido muy víctima del síndrome del impostor, de la sensación de que eres un mierda»

P.- Samuel Barranco era un crío cuando los Def ya daban caña. ¿Hasta qué punto ha sido capaz de rejuvenecer este álbum?

R.- El grupo se renovó generacionalmente en 2017. Entraron Samuel Barranco y Sagan Ummo, dos tipos súper creativos que han aportado muchísimo. Renovamos la sangre y las ganas de seguir haciendo cosas arriesgadas y locas. Y lo curioso, y también lo entrañable, es que ambos tienen anécdotas personales con Armas pal pueblo. Samuel, por ejemplo, nos contó que en casa de su abuela lo escuchaba a escondidas

P.- ¿Cuánto queda del Strawberry de aquella época y en qué ha cambiado?

R.- He intentado mantener los pies en el suelo, en los tiempos buenos y en los tiempos malos. A nivel personal, lo que he ganado sobre todo es una seguridad en mí mismo que no tenía antes. He sido muy víctima del síndrome del impostor, de la sensación de que eres un mierda, de que no vales nada y que estás ahí de rebote. Eso me ha torturado toda la vida y son cosas que afortunadamente ahora he superado. Yo he sufrido mucho en el escenario cuando empezaba porque sentía que era algo que me costaba, no sé por qué.

P.- Dicen que «madurar» (o «evolucionar») es volverse de derechas.

R.- En España parece que sí. En mi opinión, madurar es llevarte mejor contigo mismo, simplemente. Madurar es trabajar mejor tus emociones, dejarte asesorar por gente que sabe mucho más de cosas de la cabeza que tú. Alejandro Sanz ha salido ahora diciendo que está muy deprimido. Bueno, lo que hay que hacer es dar salida a ese mundo emocional que siempre se ha negado; y en el rock and roll, concretamente, ha estado muy anquilosado el hecho de que el artista siempre tiene que estar muy seguro de sí mismo, ser muy fuerte, esas cosas.

Somos todos gente con pies de barro, te derrumbas a la mínima y lo pasas fatal. Y el mundo de la música hay una inseguridad absoluta, es un milagro cuando consigues tener una carrera dilatada en el tiempo porque la supervivencia es muy difícil. A eso me refiero con madurar, a ir superando, no todas pero gran parte, esas inseguridades que han hecho que no disfrutara tanto de mi profesión.

«Estamos viviendo un momento muy peligroso de blanqueamiento del fascismo, de  posiciones que creímos haber superado»

P.- ¿Hay menos libertad hoy en día que a principios de los 80?

R.- A mí no me gusta pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni de coña. Creo que todo está mucho mejor en general, pese a que no tengamos una panacea ni el mundo sea cómo desearíamos. Veo que el mundo progresa científicamente, que progresan las ideas. Lo que pasa es que luego tenemos a los monstruos de siempre, que siguen ahí, porque el mundo es cíclico.

En este caso, creo que estamos viviendo un momento muy peligroso, de blanqueamiento del fascismo, de blanqueamiento de las posiciones ultraconservadoras que creímos haber superado después de la resaca de la tremenda masacre de la Segunda Guerra Mundial. Ahora mismo, hay una serie de generaciones que piensa que determinadas ideas que creímos que habían sido superadas por los valores democráticos son reivindicables a día de hoy. Pero, no obstante, creo que en general el mundo es mejor. El hecho de que se reivindiquen más cosas, de que se quieran ampliar los derechos, no es síntoma de que las cosas vayan mal sino todo lo contrario.

P.- ¿Le han vuelto a citar en los juzgados?

R.- No sé por qué tendrían que citarme, no entiendo mucho la pregunta. He sido perseguido de un modo absolutamente injustificado, como demostró la sentencia del Tribunal Constitucional del 29 de febrero del 2020 que me absolvió porque se me habían vulnerado derechos fundamentales. Fui víctima de una persecución ideológica por parte de la ultraderecha de este país, de los poderes fácticos, de ese Estado profundo. Pero estuve cinco años peleando muy duro por demostrar mi inocencia y al final me lo reconoció el Constitucional por once votos contra uno. Encima por goleada absoluta, con lo cual no entiendo la pregunta. No sé por qué se me podría perseguir.

P.- Lo decía, por ejemplo, por la canción de Zombi Franco.

R.- No sé si el Zombi Franco puede poner en este momento denuncia alguna porque no sé si es capaz de sujetar el bolígrafo o pulsar el teclado. No obstante, vivimos en un país donde desgraciadamente hay una iconografía de la España de la que hablábamos en la canción Veraneo en Puerto Hurraco, con esa frase buenísima de Julián Hernández (cantante de Siniestro Total) que decía «España ya no es roja, España no es azul. España, ahora siempre, es negra como el betún». Esa España sigue ahí y creo que ese es el gran reto: superar nuestro anclaje con toda la debacle que vino y que arrastramos. Siempre está ese pozo de lo que llaman el Estado profundo, regresivo, reaccionario, que huele mucho a Inquisición, a instituciones muy decimonónicas que creímos superadas. Esa es la España zombi.

P.- Asusta escuchar temas como No tengo puntos, que habla de un carné como el de conducir pero para vivir, y comprobar que la ficción se vuelve realidad. En China ya está pasando.

R.- Alguien lo llamó una vez en Twitter efecto NostraDEFmus. Es verdad que en las canciones de Def Con Dos hay auténticas profecías. Lo que pasa es que descifrar en un mundo tan estúpido las tonterías y las aberraciones que puede haber... Si le echas un poco de imaginación, no es tan difícil. En cuanto a lo del carné por puntos en China, parece que se han inspirado en la canción.

Tenemos canciones que no han perdido vigencia, algo que nos gustaría mucho. Por ejemplo, en el caso de Agrupación de Mujeres Violentas, Señores, Ellas denunciaron... Canciones pioneras cuando el tema del maltrato y del asesinato de mujeres no era mainstream.

Luego hay otras cosas asombrosas. Tengo un libro de relatos que edité en 2009 (Destino Zoquete, junto a Alejandro Feito) en el que sale la historia de un grupo de una ciudad que se llama Lurgos, una especie de mezcla entre Lugo y Burgos, que sufre la censura y les acusan de terroristas. Es una historia sobre cómo se criminaliza a un grupo de música que nada tiene que ver con ningún tipo de delito ni con el terrorismo. Y se parece muchísimo a lo que me pasó a mí. No sé, a veces pienso que si hubiera montado un teléfono de videncia o un canal de tarot, de esos que ves cuando llegas a casa un poco bolinga, me hubiera ido mucho mejor.

«Se están legitimando valores completamente absurdos y acientíficos como el terraplanismo»

P.- Ahora todo el mundo está a tope con la inteligencia artificial. Aparte de vagos, ¿nos volveremos más tontos?

R.- Está demostrado que el ser humano se va volviendo más tontito con el tiempo. Conforme menos ejercitamos el cerebro, más se nos va reduciendo la capacidad de razonar. Lo estamos viendo, y un ejemplo muy claro es cómo se encumbra actualmente el sentimiento por encima de la razón.

La subjetividad se está imponiendo o, por lo menos, equiparando a la objetividad . Y se están legitimando valores completamente absurdos y acientíficos como el terraplanismo. Esto del negacionismo lo vimos claramente con la pandemia, todas esas corrientes que dicen ahora también que Pedro Sánchez está rociando con unos aviones determinados productos químicos para que le voten a él. Cosas muy locas que parecen sacadas de una película del Neorrealismo italiano de los años 50 y que, de repente, políticos de ultraderecha y de sectores muy reaccionarios están legitimando.

Para mí todo eso está muy relacionado con la estupidez humana y con el deterioro de nuestra capacidad cognitiva y de comprensión lectora, que ya está demostrado que se está perdiendo. No es de extrañar que estos valores de la verdad revelada encuentren cada vez más adeptos.

P.- Acabamos de salir de unas elecciones y anuncian otras para julio. ¿La culpa de todo la tiene Pablo Iglesias?

R.- Ahora parece ser que esa frase de nuestra canción se ha convertido en patrimonio de la humanidad o algo así. Hicimos la coña en 2021 y luego Ada Colau también la ha utilizado para su campaña electoral. Si se asume así a nivel popular, será nuestra gran aportación a la cultura española. A ver si nos llevan a la Real Academia de la Lengua.

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