El Correo de Burgos

«El Tresparock es como una familia. Respetan a todas las bandas por igual»

Tras muchos años asistiendo como público, los vallisoletanos Debakle se estrenan en el festival presentando nuevo tema y compartiendo escenario con Elíax, su anterior vocalista

La banda vallisoletana de punk-rock Debakle, en el Tresparock.

La banda vallisoletana de punk-rock Debakle, en el Tresparock.VÍCTOR AGRESIVA

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A Juanjo le da lo mismo quien toque, todos los años compra la entrada sin mirar el cartel. Ruth se enamoró del festival en la anterior edición, no dudó en repetir y lo tiene claro: «no pienso perdérmelo nunca más». César y Manuela, primerizos, viajaron desde Milán hasta Burgos para pasar unos días con la familia y no se lo pensaron dos veces cuando les propusieron ir al Tresparock. Habían oído maravillas del evento y no tardaron en comprobar que lo que decían sus amigos era cierto. Por el ambiente, la calidad de las bandas y, sobre todo, el «buen rollo» que volvió a respirarse este fin de semana en este pequeño municipio de Las Merindades.

La jornada del viernes fue dura. Abrieron la veda Los Fastidios, veterana y combativa banda italiana de Oi! con toques de punk y ska ideales para empezar con fuerza el festival. Después La Inquisición, Sartenazo Cerebral, Talco, Envidia Kotxina, Ignotus... No daba tregua el escenario de la plaza Ricardo Nogal en la edición más multitudinaria que se recuerda. Para cerrar en alto, desde la margen izquierda de la ría del Nervión, los vizcaínos Manifa se dejaron la piel como acostumbran. Y de repente, cuando parecía que el show estaba a punto de acabar, llegaba la gran sorpresa con el anuncio de otro grupo a mayores. Nada más y nada menos que los míticos Distorsión.

Tras una intensa sesión de rock en Trespaderne, tocaba reponer fuerzas para lo que se avecinaba en la tarde-noche del sábado. Sobre todo para Debakle. Después de muchos años asistiendo como público, la banda vallisoletana afrontaba uno de esos conciertos que jamás se olvidan. «Nos hace mucha ilusión», confesaba Kas (bajo y voz) encantado de poder subirse al escenario de una de las pocas citas que mantiene el «espíritu Baitu». Es decir, la esencia del mítico festival de Villarcayo que tanto dio que hablar en su día por el buen hacer de la organización.

Para Pupi (voz), «el Tresparock es como una familia». Por dentro y desde fuera, ya que si muchos de los asistentes repiten «por algo será». En la misma línea, Kas agradece una serie de «detalles que no siempre se ven». Por ejemplo, dar la oportunidad a los grupos ‘pequeños’ de tocar en buenos horarios y «no a las 4 de la tarde». Lo sabía de antemano, pero al fin pudo corroborar que los organizadores «respetan a todas las bandas por igual».

La magia del Trespa radica en eso y en muchos otros aspectos que no se tienen en cuenta en los macrofestivales. El bajista de los Debakle destaca que los promotores «no tienen un fin comercial». Lo importante es que todo el mundo se sienta a gusto y, al mismo tiempo, «dar vida al pueblo a los pequeños negocios». Y encima disfrutando de un «cartelazo», tal y como lo define Pupi, que el sábado se completó -en este orden de actuación- con Agua Bendita, Brutus’ Daughters, Fuckop Family, Proyecto Kostradamus, Narco, Radiocrimen y Svetlanas

Actuación de Fuckop Family en el Tresparock.

Actuación de Fuckop Family en el Tresparock.J. MALINCH

La única espinita clavada, tanto para la organización como para muchos de los asistentes, fue la ausencia de Moscow Death Brigade por «dificultades logísticas de viajar a Europa» desde Rusia, su país natal. Por contra, la campanada de la noche correría a cargo de Josetxu Piperrak. Otra sorpresa muy de agradecer.

Más allá de este contratiempo, Trespaderne vibró con cada uno de los grupos. También con Los Fastidios en acústico el jueves por la tarde en el pub Búho, donde también se dejó caer ayer Mozkor Alaiak. Jugando prácticamente en casa, el briviescano Diegovisión amenizó el vermú del sábado en la plaza del Crucero y hoy domingo, para rematar, Txarangazo despedirá el festival con un pasabares al más puro estilo Baitu Rock. ¡Como en tiempos de la Electrotuna!

Volviendo a los Debakle, que andaban desperdigados pero centrados en dar el mejor de los directos, cabe remarcar que presentaron un nuevo tema. Sin embargo, el momento más especial de su concierto fue la irrupción de Elíax (Brea Bastard), su anterior vocalista, para interpretar Batallitas y La Memoria de los Huesos, todo un himno en honor a los «milicianos silenciados por metralla» durante la Guerra Civil. «Si hemos llegado hasta aquí es porque él tiene mucho que ver», confiesa Kas a sabiendas de que era «justo que tuviese su espacio» en un bolo tan especial como este.

Una vez saldada esta cuenta pendiente con el Trespa, el combo punkzelano regresará a tierras burgalesas el viernes 4 de agosto, concretamente al Tajadak Rock de Grijalba. «Nos están saliendo bolos bastante guapos», reconoce Kas cuando se les pregunta por sus planes creativos a corto plazo. «A lo mejor dentro de un tiempo sacamos temas de 40 segundos para TikTok», bromea Manu (guitarra).

Ahora en serio, la banda ya tiene unas cuantas canciones en cartera, aunque no descartan sacarlas de una en una. En cualquier caso, sus seguidores tienen ganas de más tras disfrutar de Indestructibles y Tras el cristal (junto a Free City), cartas de presentación para dar la bienvenida a Pupi y seguir al pie del cañón tras más de dos décadas de carretera con el espíritu combativo intacto.

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