Yago González (Engendro): «Los seguidores van a descubrir mucha carne fresca»

Sustituyó a Juan Abarca, de Mamá Ladilla, al frente de Engendro. Ha tocado en infinidad de bandas y le pirra el humor ácido e inteligente. Para Yago González, acudir a una cita de este calibre en Burgos supone el comienzo de una «nueva etapa» que afronta, al igual que sus compañeros, con «muchas ganas e ilusión». 

Pregunta- ¿Es Notemofest digno sucesor del Fosa de Frikis?

Respuesta- El beneplácito no es necesario, pero todo el apoyo y ánimo por parte de la organización sí que lo tienen. Para nosotros es maravilloso poder incitar a nuestros antiguos seguidores a que asistan a este evento. Sin duda es un más que digno sucesor y espero que lo siga siendo durante muchísimos años.

P.- Engendro lleva un tiempo inactivo. ¿Cómo se prevé el regreso a los escenarios? 

R.- Nuestro último bolo fue el 30 de noviembre de 2019. Luego llegó la pandemia, empezamos a dispersarnos y cuando se disipó el humo ya no existía la banda. Ni siquiera llegamos a hablar de ello ni a oficializarlo. Pero a José (guitarra) le picó el gusanillo y juntó las piezas. Además, hemos añadido un miembro más a cargo del bajo (Álex), con lo que Javi deja de alternar entre bajo y teclado. 

Ahora el sonido es mucho más sólido. Hemos añadido mucha frescura a los temas y confiamos en que el pistoletazo de salida en Burgos para esta nueva etapa sea solo el primero de muchos conciertos. Hay muchas ganas e ilusión.

P.- ¿Alguna sorpresa para la ocasión? 

R.- Pues creo que muchas, porque desde 2014 estamos tocando bastantes canciones -algunas clásicas que sonaban en conciertos con Juan aún a la voz y otras nuevas- que no aparecen en los discos y que no llegaron a publicarse posteriormente. Y casi siempre fue en Madrid, así que los seguidores de los Engendro originales van a descubrir mucha carne fresca.

«Me alegra mucho que en Burgos haya tan buena conciencia musical en lo que a conciertos se refiere»

P.- ¿Corren buenos tiempos para la música satírica o las pieles de la gente son cada vez más finas? 

R.- Es un poco difícil de responder. Hace 10 años, sin duda eran tiempos mucho mejores y había más público para estos saraos. Precisamente es una de las razones por las que dejamos de celebrar el Fosa de Frikis. El primer año se saldó con un espectacular sold out y eso nos animó a hacer más ediciones. Pero ninguna llegó a ser como la de aquel maravilloso 2018.

No sé si este bajón se debe al grosor de la piel o a que, sencillamente, este no es el momento porque han surgido otras tendencias que interesan más. Pero sí observo que las bandas, de forma individual, están en un momento buenísimo. Y mientras haya gente apoyando, todas ellas tienen que existir. Son muy necesarias.

También me alegra mucho que en Burgos haya tan buena conciencia musical en lo que a conciertos se refiere. Parece que ese 50% de aforo vendido que anunciaron hace unos días desde Notemofest es una muy buena señal.

P.- ¿Volverá el Fosa de Frikis? 

R.- Lo dudo mucho, pero te puedo decir que, si alguien del equipo decidiera retomarlo, yo no formaría parte de ello. Prefiero quedarme con el recuerdo que tengo y dedicarme a cantar y pintar moñecos, que es lo mío.