El Correo de Burgos

Zurbarán Rock sorprende con otra edición plena de fuerza y épica

El festival, con una respuesta del público aún mayor, cierra con otra nota de 10 con una segunda jornada espectacular en la que las serbias Jenner pusieron el broche final

Imagen de una las actuaciones de la segunda jornada.

Imagen de una las actuaciones de la segunda jornada.SANTI OTERO

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Burgos

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Vermú atípico en el casco histórico de Burgos. En la plaza del Rey San Fernando, con la Catedral como testigo, para más señas. Muchas camisetas negras, la mayoría de grupos musicales, y un escenario. Heavy metal en estado puro, tal y como dictan los cánones del Zurbarán Rock. Y muy accesible, para todos los gustos y edades. El formato acústico de Skiltron encandiló a propios y extraños. La segunda y última jornada prometía horas antes de arrancar en el parque de San Agustín

Nada que ver la propuesta de la banda argentina ante la Seo con el recital de los burgaleses MortSubite, encargados de inaugurar el escenario principal a primerísima hora de la tarde. «Madre mía», decía más de uno ante semejante tralla. Death metal y hardcore de exquisita factura, quizá no apto para oídos sensibles pero totalmente recomendable para mentes inquietas. Así da gusto empezar un festival. 

Después de tanta zapatilla, el cuerpo pedía algo de hard rock melódico y Temple Balls encajaban como anillo al dedo. Ya advirtieron desde Metal Castellae cuando se anunció su incorporación que el combo finlandés es «energía pura». No mentían, desde luego. 

Segunda actuación de Skiltron, esta vez en eléctrico. Misma esencia pero mucha más caña. La banda argentina, afincada en Finlandia, se marcó una gesta similar -salvando las distancias- a la de los indios Girish and the Chronicles tras su primer concierto en Burgos: no eran, ni de lejos, los más conocidos del cartel; pero dejaron a casi todo el mundo boquiabierto. 

Por muy de Barakaldo que sean, Vhäldemar juega en casa siempre que toca en tierras burgalesas. Lo raro es que no se les haya empadronado ya, porque el cariño de la gente por estos lares salta a la vista. En plena gira de presentación de su último álbum, Sanctuary Of Death, la veterana formación vasca se marcó un directo espectacular para una cita muy especial. 

The Fly Army es una de esas bandas que, por desgracia, no se prodiga demasiado en directo. Pero ojo, porque cada vez que pisan un escenario son capaces de armar una buena. Los burgaleses ofrecieron, sobre el escenario Valdorrock, la propuesta más ecléctica de esta séptima edición. Y hasta los más 'puretas', desde un punto de vista estrictamente musical, acabaron quitándose el sombrero. 

Con el sol cada vez más cerca de la despedida, emergieron los Crashdïet. Los de Estocolmo, pesos pesados del hard rock escandinavo aunque abiertos a sonidos de corte más glam, no defraudaron en absoluto. A estas alturas, el público ya estaba plenamente entregado aunque saltaba a la vista que muchos esperaban con ansias a los cabezas de cartel. 

Aún quedaba un rato para el gran momento, pero la espera no se hizo larga. De hecho, los colombianos Supremacy conquistaron el escenario Valdorrock. Era su primera visita a España y dejaron claro que no será la última. Su particular visión del AOR y la calidad instrumental de su propuesta dejó con ganas de más a la gran mayoría. 

Ahora sí, al filo de la medianoche, llegó el momento que muchos esperaban. Sonata Arctica, palabras mayores. La historia del power metal no podría escribirse sin las aportaciones de Toni Kakko y compañía. La ocasión lo merecía y el conjunto finlandés repasó sus clásicos sin perder de vista su última referencia, Clear Cold Beyond, que parece haberles reconducido a una senda de la que -según sus fans- no debieron alejarse. En cualquier caso, su directo fue un auténtico espectáculo y, de repente, la leyenda del Zurbarán Rock se engrandeció un poco más si cabe. 

Hora de echar el cierre en el escenario Valdorrock. Desde Barcelona, Daeria se presentó en sociedad con Morfeo, su última referencia, bajo el brazo. Tenían poco tiempo y repasaron sus anteriores trabajos. Se lo curraron y el respetable respondió con sinceros aplausos. 

Todo lo bueno se acaba y los promotores del Zurbarán saben cómo dejar el mejor sabor de boca posible. Gratísima sorpresa la de las serbias Jenner, power trío femenino de armas tomar. Primeros acordes y la cosa ya prometía. Su thrash metal, deliciosamente heavy, embelesó a quienes lograron sobrevivir a la maratoniana jornada del sábado. Fantásticas, cañeras y la mejor opción para acabar un festival épico cuya nota, como siempre, es de 10. 

Más público

Laura Sagredo, portavoz de la asociación Metal Castellae, organizadora del festival, destacaba las «impresiones muy positivas», así como «la cantidad de productos de merchandising que han vendido». Y como se agotan todos los años, en esta edición se decidió hacer «casi un 50% más» que el pasado año, por lo que espera que se agote todo. La respuesta del público has sido aún mayor. A falta del balance final, en la primera jornada hubo «un 15% más» de público, con momentos en los había cerca de 6.000 personas, por lo que se espera sumar 12.000 asistentes entre los dos días.

Israel Hernando, miembro también de Metal Castellae, explicaba que «ha habido un momento que ha empezado un mogollón de gente a abrazarnos, a darnos gracias por el proyecto», porque el concierto a los pies de la Catedral «ha quedado maravilloso». Y destacaba la proyección de la ciudad que hace un evento al vienen desde muchos lugares. «Al final refuerza el argumento que siempre damos de que Zurbarán Rock es Burgos y Burgos es Zurbarán Rock».

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