Killus: «La actitud y la energía encima del escenario no son negociables»
Con disco nuevo en el horizonte, el combo castellonense promete arrasar este sábado el Andén 56, en el ‘Friends of Metal’, junto a Ancient Settlers, Death and Legacy, Kritter y Triaje

Al margen de su potencia sonora, los conciertos de Killus son un verdadero espectáculo visual.
«¡Por fin se hace realidad que volvamos a Burgos!», proclaman los integrantes de Killus, al unísono, «encantados» de encabezar el Friends of Metal, este sábado en el Andén 56, tras el fallido intento de Quintanapalla el pasado mes de septiembre. Vuelven con ganas de reencontrarse con «grandes amistades y muchos fans», de la mano de la Asociación Burgos Heavy Metal y el bar La Frase, a una ciudad que «se ha vuelto parada obligatoria en la confección de nuestras giras». Y con toda la carne en el asador, como siempre, para ofrecer un espectáculo sonoro y visual que deja huella.
Pinta bien la noche para los Killus, jugando sobre seguro tras su apoteósico cierre en el Zurbarán Rock 2023, en compañía de Ancient Settlers, Death and Legacy, Kritter y Triaje. No es una cita cualquiera para Rubén Ruk (guitarra), Josué Premutoxx (bajo), Javi Ssagittar (voz) y Anhell Stixx (batería). De hecho, se quitan el sombrero al valorar la apuesta de colectivos como Burgos Heavy Metal o Ricardo, de La Frase, a la hora de «traer propuestas potentes en la escena, poniendo a Burgos en el mapa metalero nacional».

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Si fuesen yankis -o del norte de Europa, al menos- otro gallo cantaría. Máximos exponentes del metal industrial en España, se sienten «afortunados y valorados en todas partes». Pero no deja de sorprenderles, por ejemplo, el «efusivo recibimiento siempre que visitamos Francia». Por estos lares, desde luego, cuentan con una amplia legión de seguidores. Sin embargo, cualquiera que haya seguido mínimamente su trayectoria llega a la conclusión de que quizá se encuentren bastante infravalorados.
Lo mismo da porque el grupo continúa pico y pala. «25 años dan para mucho», subrayan a sabiendas de que han recorrido «un camino largo con buenas y malas experiencias, pero nunca se planteó tirar la toalla». Ante los obstáculos, vista al frente e ímpetu para «revertir la situación». Por ejemplo, cuando tuvieron que afrontar el cambio de vocalista. Según reconocen, «fue muy complicado de solventar, pero por otro lado ha sido clave para el futuro de la banda».
Más allá de su innegable evolución, álbum tras álbum, desde God Bless Us (2006) hasta Grøtesk (2023), el directo sirve para que los Killus marquen la diferencia. «Hacemos mucho hincapié en mejorar el producto año tras año. Cuidamos cada detalle, ofreciendo cada día más y siendo siempre profesionales», enfatizan mientras dejan claro que «para nosotros, la actitud y la energía encima del escenario no son negociables». Y aunque «esto a veces se pueda percibir como un concepto de directo caótico, realmente lo tenemos todo controlado y ahí es donde sentimos que está la clave».
Llegamos así a un presente que el combo castellonense saborea con sumo gusto. No es para menos, viendo las fechas por delante en festivales de renombre como el Resurrection y conciertos en Francia, Portugal o Serbia. Nada mejor para seguir presentando XXV Years Feeding the Monster (2024), impecable repaso a su carrera con Javi Ssagittar revisitando en estudio los temas de antaño.
Como es lógico, «elegir diez temas entre ocho discos era muy difícil». Partiendo de esa base, se tomó la decisión de «obviar los dos últimos porque eran bastante recientes y nos atraía más la idea de recuperar temas antiguos». A la hora de hacer criba, que lo suyo les costó, optaron por «traer de vuelta canciones que pensamos que en directo iban a funcionar». Sin dejar de lado, porque hacerlo supondría un sacrilegio, himnos como Ultrazombies o Feel the Monster.
Capaces de versionar magistralmente -a su estilo- el Gimme! Gimme! Gimme! de ABBA o incendiar -literalmente pero sin riesgo- el escenario, Killus ya vislumbran su próximo disco. «La composición está muy avanzada y no podemos estar más contentos y motivados con las nuevas canciones», confiesan plenamente convencidos de que «van a sorprender y gustar a partes iguales». Habrá que esperar, no queda más remedio, y disfrutar mientras tanto de su inminente incursión en Burgos. Haciendo lo que les gusta y rompiendo moldes a pesar de que «realmente, hacer metal en España es un deporte de riesgo».