El Correo de Burgos

Ángeles y demonios: «la paradoja del alma humana»

La nueva exposición de la artista burgalesa Marta Tapia, en Rogue Cafe Lounge, refleja las «contradicciones» de todo hijo de vecino. O mejor dicho: «de nuestra quimera como deseo»

Marta Tapia observa una de sus creaciones.TOMAS ALONSO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

«La vida no tiene título». Y si lo tiene, probablemente sea una farsa; como todas esas realidades paralelas -y artificiales- que lucen convenientemente retocadas a través de las redes. «La vida no tiene título», enfatiza Marta Tapia (pintora, bajista y mente inquieta por naturaleza) para explicar por qué su última exposición, recién inaugurada en el Rogue Café Lounge de Gamonal, ni siquiera se acompaña de un mero epígrafe. Su nombre en el cartel y sus obras dentro del local. Y punto. Porque «nadie pone título a un momento vital. Solo lo vives y luego lo resignificas cada vez que lo recuerdas». 

Ángeles que no son tan buenos, demonios mucho menos malos de lo que parece. La «paradoja del alma humana», en resumen, con sus múltiples «contradicciones». Seres de carne y hueso «capaces de lo más bello y de autodestruirse al mismo tiempo en medio de un ansia por sentirse vivos y auténticos». Las pinturas de Tapia muestran precisamente eso: la incasable búsqueda de nosotros mismos, «de nuestra quimera como deseo».

Sobre ese afán de desentrañar el alma humana, la artista burgalesa es capaz de reflejar «la mejor versión de la propia persona conviviendo con la necesidad de no serlo para dar cabida a asuntos más turbios y un pelín más lúdicos». Como un ángel consumiendo cocaína, por ejemplo. Frente al cuadro en blanco, Tapia se imagina que «Lucifer debía estar en ese pensamiento cuando tropezó. Y despertó al alba con un chichón en la cabeza sin saber cómo es que quedó colgado de las costillas de Adán, como una flor en un manzano venenoso». 

Dos de las obras de Marta Tapia.TOMAS ALONSO

Para adentrarnos en este sueño tan real, lo suyo era inaugurar la exposición con música. Arropada por Javi y Begoña , cuyo «fuego» da vida al Rogue, nada mejor que Isabel Pardo y su Blues Band para el pistoletazo de salida, el sábado, a las 8 de la tarde. «Una gran artista madrileña y también pintora. Sus cuerdas vocales dan sentido a la teoría de cuerdas de Hawking : las mueve y hace vibrar todas las dimensiones del multiverso». Toda una suerte «poder llamarla amiga», reconoce Tapia, y más aún formar parte de su banda junto a Javi Peyote (guitarra) y Dani Gagnán (batería). Así da gusto. 

Cada nota es un regalo, una huella imborrable. También cada retrato, que podría ser «de cualquiera de nosotros» aunque nos neguemos a aceptarlo. De entrada, pinta lo que siente aunque sin cerrarse en banda. «Soy una trabajadora más. Pongo mis manos y mis pinceles al servicio de quien quiera expresar lo que lleva dentro pero no tiene la formación, la habilidad o las herramientas artísticas para poder hacerlo». Partiendo de esa premisa, recibir un encargo supone afrontar un intenso reto compartido. Se establece, como por arte de magia, «un diálogo a tres muy bonito y creativo acerca del alma humana».

Mientras su esencia pictórica y metafísica pulula por el Rogue, Tapia compagina su labor docente -da clases de piano, bajo, batería y guitarra- con unos cuantos proyectos en marcha. En el plano artístico, se encuentra inmersa en las ilustraciones del nuevo libro de Ana Isabel Núñez Palacín sobre «educación emocional en la infancia». Además, le sobra tiempo para realizar «pequeñas esculturas y retratos en tres dimensiones personalizados». 

La muestra se inauguró con música.TOMAS ALONSO

¿Qué sería de esta mujer todoterreno sin música? Mejor no pensarlo. Ahí sigue, dando el callo, con sus queridos Wild Bill pendientes de anunciar «algún concierto en breve». También con Isabel Blues Band. Y recién llegada a Bumper, «a las riendas de ese caballo alado negro que tiene por batería». Se le nota el entusiasmo y no lo oculta. De hecho, define la base rítmica de Javier Arnaiz como «la metáfora perfecta de Cronos, viejo guardián del reloj de la vida, una apisonadora implacable y precisa». Por si fuera poco, «a la guitarra y la voz hay otro par de ágiles y gratas sorpresas que mostraremos en breve». La cosa promete, sin duda. 

tracking