El Museo de Burgos celebra a Luis Sáez como "clásico de actualidad permanente"
Exhibe una selección de obras del legado del artista burgalés para conmemorar el centenario de su nacimiento. 'Bellamente aterrados' convivirá hasta enero con la muestra permanente en el centro y permite asomarse a la trayectoria del pintor y descubrir facetas menos conocidas

El director del Museo de Burgos, Luis Araus, junto a los representantes de las distintas administraciones y al Javier Sáez (tercero por la izquierda), hijo del artista Luis Sáez, durante la inauguración de 'Bellamente aterrados'.
Un 9 de octubre hace cien años abría los ojos al mundo Luis Sáez en Mazuelo de Muñó. Se trasladó a Burgos de niño y hoy la ciudad que acogió al que sería uno de sus artistas con mayor proyección lo siente como emblema, como nombre propio, poseedora como es de un legado de excepción que atesora su Museo, espacio que exactamente un siglo después de su nacimiento lo celebra ya como "un clásico y, por tanto, de actualidad permanente".
Exhibe para la ocasión una selección de 40 piezas -de las 649 que custodia a la espera 'infinita' de un espacio más amplio para mostrarlas de forma permanente- que permiten asomarse a la trayectoria del pintor fallecido en 2010 y descubrir sus facetas menos conocidas.
Así, la muestra 'Bellamente aterrados' se erige en homenaje justo y necesario. Su título es prestado. Lo toma de las palabras del poeta y crítico de arte Enrique Azcoaga y pone el foco en la "intensa emoción" que provocan las obras de Sáez. "No son fáciles. Interpelan al espectador, abordan cuestiones muy profundas, hablan del dolor o del deterioro, pero con una belleza técnica extraordinaria, que deriva en formas, colores o figuras quizá imprecisas, tanto que podrían estar sacadas de sueños, o de pesadillas, pero siempre muy humanas", explicaba al hilo el director del Museo de Burgos y comisario de la exposición, Luis Araus, "satisfecho" por poder inaugurar el mismo día del aniversario y cumplir ese "deber gustoso" de difundir el trabajo del autor.
Asentía junto a él Javier, hijo del protagonista, representante de la familia y allegados, que resaltó la importancia de recordar a su padre en un centro público, "en el que toda la ciudadanía puede disfrutar de forma colectiva" de sus creaciones. Invitaba además a explorar el trabajo formal que encierran las inquietantes figuras que pueblan los cuadros del burgalés, en especial las alumbradas en la década de los setenta, a caballo entre el expresionismo y el surrealismo, que conforman "un universo" particular y conmovedor "aún hoy". Recordó cómo, las pocas veces que le permitía acceder al estudio en el que trabajaba, el propio artista le hablaba de los aspectos más estructurales de sus pinturas. "Estaba obsesionado con la forma", apuntaba.
De ello y más da cuenta esta muestra en la que se exhiben obras que habitualmente no pueden contemplarse, todas elegidas por su calidad y por representar en cada caso una etapa distinta del vasto recorrido artístico de Sáez: desde sus primeras obras figurativas de los años cincuenta hasta sus potentes composiciones abstractas y figurativas de madurez.
El paseo comienza con sus pinturas iniciales, dibujos "que evidencian ya su dominio técnico" y obras influenciadas por las vanguardias, en las que abundan los trazos cubistas. A continuación, el visitante se adentra en la etapa abstracta, donde el artista depura la forma hasta convertirla en una tensión de manchas, colores y estructuras a las que Sáez se refería como "paisajes".
De camino a los ochenta, su pintura se aproxima de nuevo a la figura humana sin perder el pulso expresivo, para dar lugar al dramatismo característico de su lenguaje plástico. Surgen así sus llamativos cuerpos fragmentados, en tensión, que conmueven y desasosiegan a la vez. Completa la retrospectiva una pequeña selección de grabados, faceta que Luis Sáez "también cultivó con gran éxito", y una vidriera. "Una incursión prácticamente única en su producción, en la que combina las artes tradicionales vinculadas al gótico con su mirada personal y avanzada. Hemos creído muy pertinente incluirla", detallaba Araus, para señalar que esta muestra temporal (que puede contemplarse hasta enero de 2026) convivirá con las 30 obras de la colección del Museo de Burgos que se exhiben de forma continua en la sección de Bellas Artes.
No queda ahí el homenaje. Ni en esta actividad ni en estas dependencias. El Instituto de Educación Secundaria que lleva el nombre del artista desarrollará, al 'calor' del centenario, una serie de eventos vinculados con Luis Sáez: un pequeño mural participativo inspirado en la obra del pintor, un mosaico humano inspirado en los colores primarios que destacan en sus creaciones, dos concursos de dibujo, una serie de charlas en las que expertos difundirán su figura entre el alumnado y, a modo de colofón, en marzo, su tradicional semana cultural girará en torno a su producción.

El hijo de Luis Sáez, Javier, agradeció el homenaje y contó que su padre estaba "obsesionado con la forma".
Inauguración de la muestra 'Bellamente aterrados', con motivo del centenario del nacimiento de Luis Sáez

La exposición reúne una selección de las obras legadas por el artista que permite recorrer sus distintas etapas creativas y evidencia su dominio técnico, como los dibujos iniciales, de su etapa de formación.
Inauguración de la muestra 'Bellamente aterrados', con motivo del centenario del nacimiento de Luis Sáez

El título de la muestra se debe a las palabras del poeta y crítico de arte Enrique Azcoaga sobre el universo pictórico de Sáez.
Inauguración de la muestra 'Bellamente aterrados', con motivo del centenario del nacimiento de Luis Sáez

No faltan sus obras más características, esas que "parecen salidas de un sueño, o una pesadilla" y causan "intensa emoción".
Inauguración de la muestra 'Bellamente aterrados', con motivo del centenario del nacimiento de Luis Sáez

Una vidriera completa el recorrido como ejemplo de las incursiones de Sáez en otras disciplinas artísticas, siempre fiel a su particular mirada.