El Correo de Burgos

Tres viajes en el tiempo, sin moverse del sitio, al Burgos de principios del siglo XX

Visitar la plaza del Rey San Fernando en 1914, con el antiguo Palacio Arzobispal todavía en pie, ya es posible gracias a la exposición conjunta -y virtual- de la UBU y la Fundación Círculo

La realidad virtual permite conocer cómo era el entorno de la Catedral de Burgos en 1914.

La realidad virtual permite conocer cómo era el entorno de la Catedral de Burgos en 1914.SANTI OTERO

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Nada que ver tiene la plaza del Rey San Fernando a principios del siglo XX con la imagen que luce en la actualidad. Muchos son los cambios que ha experimentado el emblemático asentamiento de la Catedral de Burgos. Casi todos menores, pero no el principal. Uno que las nuevas generaciones -e incluso las anteriores- desconoce por completo: el derribo del otrora Palacio Arzobispal en 1914.

Cuesta imaginar cómo era la plaza por aquel entonces. Menos mal que se conservan fotografías, grabados y planos. Un material sumamente valioso que ha permitido recrear el espacio, gracias a la realidad virtual, y mostrárselo al público. Basta con acercarse a la sala Círculo Solidario, hasta el 24 de noviembre, y viajar en el tiempo. La experiencia, inmersiva a más no poder, brinda una panorámica excepcional e hiperrealista de un proceso de derribo, no exento de polémica, que marcó un antes y un después en la concepción arquitectónica del casco histórico de la ciudad.

El antiguo Palacio Arzobispal de Burgos. Un viaje al pasado a través de la Realidad Virtual parte de la tesis doctoral de Álvaro Moral, de la Universidad de Valladolid (UVA). Su interés por conocer «cómo fue evolucionando el edificio hasta su desaparición» derivó, una vez finalizada y presentada la investigación, en un proyecto «multidisciplinar» al que se sumó el Centro de Innovación y Tecnología en Videojuegos y Comunicación Audiovisual (ÍTACA) de la Universidad de Burgos (UBU). Todo un reto, sin duda, que desde el primer momento contó con el apoyo de la Fundación Círculo para su difusión.

Exposición sobre el antiguo Palacio Arzobispal de Burgos, en la sala Círculo Solidario.

Exposición sobre el antiguo Palacio Arzobispal de Burgos, en la sala Círculo Solidario.SANTI OTERO

Mario Alaguero, coordinador del ÍTACA y comisario de la exposición junto al propio Moral y Silvia Arribas (Universidad Isabel I), define esta propuesta como una «reflexión abierta» y «muy potente» sobre el desarrollo urbano. «¿Qué pasa con las ciudades? ¿Tienen que evolucionar o mantener que sean estáticas y perduren en el tiempo?», se preguntaba este lunes, durante la inauguración oficial de la muestra, a sabiendas de que la demolición del Palacio Arzobispal brindó una «nueva perspectiva que no se esperaba» a la sociedad burgalesa de la época.

«No vamos a entrar en la polémica de si fue una decisión acertada o errónea, pero sí es cierto que la visión de la Catedral gótica ahora es mucho más vistosa y comprensible», señalaría previamente el presidente de la Fundación Círculo, Emilio de Domingo, partiendo de una premisa indiscutible: el de la Seo como «elemento vivo que ha sufrido muchas transformaciones y renovaciones». La última y más importante, en 1994.

Esta muestra ya sería interesante de por sí limitándose al vídeo explicativo que se proyecta en la sala y las imágenes, llamativas a ojos del siglo XXI, que reflejan el antes, durante y después de la plaza del Rey San Fernando. Pero hay un aliciente extra: la posibilidad de viajar en el tiempo, con gafas de realidad virtual, para conocer in situ cómo lucía la Catedral junto al Palacio Arzobispal, cómo se iba demoliendo dejando a la vista su estructura interna y cuál fue el resultado final de la intervención. Tres actos, como en toda buena historia, que revelan la «magnitud del edificio».

«Primero en CAD y luego en 3D», tal y como precisó Moral, la recreación fue tomando forma gracias a la recuperación de distintos planos que se muestran en la exposición. Con dichos documentos le bastaba para llevar a buen puerto su investigación, pero está claro que resulta «súper interesante acercarlos con esta tecnología al resto de los ciudadanos».

Con varios proyectos de la misma -o similar- índole sobre la mesa, Alaguero no descarta que este singular viaje en el tiempo pueda exponerse en otros lugares aunque se trata de una «exposición muy de ciudad». De hecho, ve factible que la propuesta adquiera carácter «permanente» porque merece la pena que se conozca y difunda.

Para enriquecer la muestra, el jueves 20 de noviembre se celebrará un encuentro, bajo el título Redescubrir el patrimonio perdido: el Palacio Arzobispal y su regreso virtual, en el salón de actos de la Fundación Círculo de plaza España. La cita, programada a las 20 horas y con entrada libre hasta completar aforo, se plantea como un diálogo entre los tres comisarios de la exposición. Se buscará, cómo no, la participación del público para resolver cualquier tipo de duda y compartir impresiones. En este sentido, De Domingo no dudó en animar a los «jóvenes» para que «perciban cómo las generaciones anteriores tenían una visión que nosotros ahora no tenemos de la Catedral».

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