EXPEDICIÓN
Embajadores de la sonrisa con la maleta preparada
Tres actores burgaleses visitarán con Payasos sin Fronteras campos de refugiados palestinos en Líbano
L. B. / BurgosZapatones, malabares, coloridos sombreros, algún instrumento musical, cámara de fotos que en lugar de instantáneas dispara agua, algo de maquillaje, poco, monociclo y, por supuesto, la nariz, la roja, la de payaso, el símbolo universal del humor, su bandera. Poco más, bueno, sí, ganas de trabajar y ojos y orejas dispuestos a ver y escuchar, a registrar cada experiencia para volver y dar testimonio. Y listos para la aventura. Javier Rey (La Sonrisa), Alex Britos (Bambalúa Teatro) y Kike Sebastián (Los Kikolas) repasaban ayer la lista de enseres que llevarán en su expedición. En apenas un par de días volarán al Líbano de la mano de Pasayos sin Fronteras dispuestos a sembrar la sonrisa en aquellos rincones donde las circunstancias no la permiten aparecer con frecuencia. Visitarán entre el 19 de septiembre y el 5 de octubre varios campos de refugiados palestinos ubicados en el sur del país, una zona especialmente conflictiva por su cercanía a Israel.No estarán solos en ‘escena’. La payasa andaluza afincada en Barcelona Virginia Melgar completa la comitiva. La tocará ejercer de maestra de ceremonias de un espectáculo que reúne «lo mejor que cada uno sabemos hacer». A saber, Rey aportará el clown, Sebastián, las artes circenses, Britos hará lo propio con el teatro gestual y Melgar se encargará de poner ritmo y voz. O sea, un espectáculo multidisciplinar «de esos que tanto gustan ahora», ironiza el miembro de La Sonrisa.El hilo conductor lo han hilvanado al vuelo estos últimos días. En realidad, es lo de menos, se irá perfilando en los cerca de 20 bolos que contempla la agenda prevista.La compañía de una dama -que además dirigirá el ‘cotarro’- tendrá especial significado. «Será el contrapunto y no sólo cómico», indica Rey, máxime tratándose de un país árabe cuya cultura tiende a relegar a la mujer.Hay nervios en el ambiente. Y ganas, muchas ganas. Miedo, no. Se conocen bien. Todos, salvo Melgar, claro, forman parte del Centro de Creación Escénica La Parrala. Todos son profesionales y están preparados para solventar imprevistos. Son, además, amigos.Un veterano, dos primerizosLos nervios se reflejan más en el rostro de los primerizos. Dos de los tres locales, Kike Sebastián y Alex Britos. Para ellos la llamada de Rey a principios de verano en la que les proponía la aventura fue «un verdadero regalo», precisa el componente de Bambalúa. Les apetece dar un nuevo sentido a su vocación. ¿Un consejo del veterano en estas lides? «Que lo vivan a tope», exclama Javier Rey. Y añade: «En realidad es una experiencia que se tarda en asimilar. Lo importante es el espectáculo, claro, pero no lo más importante en sí. Hay mucho más, estaremos allí con la gente, compartiremos su realidad, sus alegrías y sus penas, viviremos con ellos y a la vuelta llegará la gran labor, el trabajo duro, contarlo, convertirnos en sus portavoces».Rey salpica su discurso con recuerdos, anécdotas y reflexiones acumuladas en sus anteriores viajes que le han servido para saber que dibujar la sonrisa en el rostro de un niño que vive rodeado de sufrimiento no es complicado. «Es que ellos están hambrientos de eso precisamente, van a vaciarse. Es como si ofreces agua a alguien perdido en el desierto. Les llevamos alimento para el espíritu», explica la voz de la experiencia. Y eso es un orgullo. Y también una gran responsabilidad. Ni siquiera esto amilana a los ‘novatos’. Saben que lo que allí ocurra les marcará «irremediablemente». Será «una experiencia humana tan intensa que supongo que volveremos con enormes ganas de relatarla al detalle», apunta Britos.No pasan por alto el capítulo de agradecimientos. Por su puesto, dan las gracias a Payasos sin Fronteras, la organización no gubernamental que los ampara. Y también, al Ayuntamiento de Burgos y al Grupo Mahou-San Miguel que dedican a proyectos como este la recaudación de la carpa del humor que cada año acampa en las fiestas patronales.