FESTIVAL ENCLAVE DE CALLE
Si el teatro se convierte en un moderno flautista de Hamelín...
Las propuestas escénicas guían al público su paseo por El Espolón
El teatro se presenta como un moderno y peculiar flautista de Hamelín en las calles y plazas del centro capitalino este fin de semana. A su son se mueven los burgaleses, animados especialmente en la mañana de ayer tras ver como el azul dominaba el cielo sabatino.La melodía arrancaría a las doce, pero minutos antes de la hora convenida la gente ya se deja sorprender por una gigante cerda, Pig, que dormita en el Paseo Marceliano Santa María. Está nerviosa porque es la primera vez que pasa por España. Se tranquiliza cuando sus cerditos chupan de sus tetas y mueven felices su rabito color rosa tras diez minutos de ración escénica. No se cansa. Durante dos horas alimentará a sus numerosas criaturas. Y por la tarde, más. Más tradicional, con un punto nostálgico de los viejos cuentos, aparece La danza de las marionetas, de la compañía belga Plansjet, colocada junto al reloj El Morito. Empieza a la hora aunque una concentración antifascista en el mismo lugar ha hecho tambalear esta puntualidad. Finalmente, la música de la zanfona y la gaita traslada a un nutrido corro, niños y grandes, a las tierras de Flandes a través de los bailes ejecutados por distintas marionetas, que se mueven con alegría y soltura.La flauta se oye en la lejanía. Procede de la zona de los Cuatro Reyes. En su caminar hacía allí, un caracol gigante cabalgado por un curioso bufón se arrastra por el paseo central. Asusta a los niños. Algún valiente se atreve a acariciarlo. Pero no se queda mucho tiempo quieto. Es el francés Popol enfrascado en su Operación caracol.En torno a un pequeño Taller de zapatos, con cuatro reyes como testigos, se congregan numerosos espectadores. Siguen atentos las Historias de media suela, de Fernán Cardama. Este zapatero remendón se encarga de cuidar, mimar y escuchar a los zapatos. Presenta a los hijos de don López -¿puede un zapato llamarse así?-. Tiene uno médico. Otra, periodista. Luego está el bombero... Una pareja, formada por un charol negro y blanco y uno de tacón, de un elegante inmaculado, se marcan un tango, que termina con él en el hospital por desamor. Y por allí se pasan también Caperucita Roja, la abuela, la madre y el leñador... «¿Y el lobo?». «Ese aparece cuando menos se le espera».El moderno músico de Hamelín vuelve a dejarse oír. Pero la música se mueve por todo El Espolón. Arriba y abajo. Va seduciendo a varios incondicionales. Algunos, en cambio, se alejan de él. El culpable es Monsieur Culbuto, llegado directamente desde Francia, mitad hombre, mitad juguete. Él sólo quiere jugar, que le quieran, que le ayuden...El alma de Hamelín se sintió fuerte durante la mañana del sábado. Pero este espíritu recogido por los Hermanos Grimm se esfumará hoy. Será después de un domingo repleto de propuestas escénicas. Algunas se repiten, otras son nuevas. Siempre con el permiso del tiempo. La previsión avanza que habrá intervalos nubosos por la mañana y que las nubes cubrirán el cielo por la tarde y la noche. No lloverá y las temperaturas subirán... ligeramente.