El Correo de Burgos

TEATRO

Autoevaluación de la creación escénica local

Un debate sobre este tema iniciaba ayer las Jornadas de Puertas Abiertas de La Parrala

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Burgos

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L. B. / Burgos

El objetivo era crear un espacio de reflexión y ya puestos «oficializar eso que se suele hacer en los bares», es decir, dejar a un lado lo coyuntural y analizar qué se hace, dónde, cómo y para quién en el ámbito de la actividad teatral local. Con este empeño se sentaban ayer a la mesa los ponentes del coloquio que servía para iniciar la octava edición de las Jornadas de Puertas Abiertas del Centro de Creación Escénica La Parrala.

También era éste el hito inicial de las primeras Jornadas de debate sobre Artes Escénicas, organizadas precisamente por este espacio, que se completan con los encuentros previstos para el 18 de noviembre y el 16 de diciembre sobre teatro contemporáneo en el mercado actual y la necesidad de revisar los textos clásicos, respectivamente.

«Se trata de realizar el recorrido completo. Empezamos con una mirada al presente más cercano y continuaremos hablando del futuro para rematar mirando al pasado y su vigencia», relata el presidente de la agrupación que sostiene el centro ubicado en el antiguo colegio del barrio de Parralillos, Fernando Ballesteros.

Y ayer tocaba el presente. Juan Luis Sáez, presidente de la Asociación Cultural de Teatro La Tarasca, se encargó de moderar el debate y fijar el «marco de discusión» que apuntaló sobre tres ejes: modelo de creación, herramientas y resultados. A partir de ahí comenzaron a verbalizarse las ideas, «diferentes, incluso opuestas», explicó al término del encuentro Ballesteros. ¿Conclusiones? «Pocas, pues es complicado. Pero todos los participantes han coincidido en que se necesita más unión entre los que nos dedicamos al teatro en la ciudad. Sólo así podremos avanzar aún más de lo que hemos hecho, que es mucho», añadió.

Las piezas del puzzle. En la cita de ayer no faltó matiz por abordar, aunque fuera de soslayo y a pesar del marco establecido. Y es que era de esperar teniendo en cuenta que en torno a la mesa se completaba buena parte del puzzle escénico local con afán de autoevaluarse. Ocupaban los puestos, junto a Sáez, el responsable de la Escuela Municipal de Teatro, Fernando Quintana; el técnico del Instituto Municipal de Cultura y programador, Ignacio de Miguel; Magda Alejo, actriz burgalesa que actualmente trabaja en Valladolid; el actor de la compañía profesional Bambalúa Teatro, Alejandro Britos; y como representante del colectivo no profesional, el director de la agrupación La Buhardilla, Roberto Méndez.

Para entrar en calor, uno tras otro abrieron fuego dando un particular versión de los hechos en general optimista pero no exenta de retos importantes a superar.

Desde fuera. Magda Alejo habló la primera y optó por refrescar la memoria de los presentes (pocos, la verdad, para lo numerosa que es la familia teatral en la ciudad) con un repaso a los recursos locales, desde el «inquietante horizonte» de Burgos 2016 «que, de momento, no parece estar explotado como en otros lugares», hasta los diferentes festivales o instalaciones. Alejo señaló que «desde la comodidad que supone hablar desde fuera, la oferta burgalesa es buena y cuenta con la ventaja de tener un gran apoyo institucional». Como negativo señaló la escasa cohesión que existe entre las provincias de la región.

El formador. Quintana se remontó a sus comienzos allá por los años 60. Indicó que, entonces, el ánimo y la ilusión suplían carencias como la falta de programación y de formación. Con el paso del tiempo, según el también director de la compañía Ágora, los medios puestos en ese sentido han propiciado la creación de «historias más interesantes, mejor preparadas y mejor vendidas». Con todo, lamentó las dificultades que todavía existen para dignificar la profesión y para que las agrupaciones no profesionales encuentren circuitos en los que presentar sus propuestas.

El técnico. Ignacio de Miguel optó presentar de forma detallada la intensa actividad cultural que en lo relativo a artes escénicas bulle en la ciudad con el fin de «trazar una visión panorámica».

Los 'teatreros'. El integrante de Bambalúa prefirió abandonar las quejas y se centró en exponer los cinco hilos que han posibilitado la existencia del tejido profesional actual. «El buen hacer de los programadores locales, la labor de la Escuela Municipal, el equilibrio entre la demanda de servicios de las instituciones y las compañías, La Parrala, por supuesto, que es un lujo, y el entusiasmo y calidad de los profesionales que rodean al teatro», enumeró Britos. Menéndez, por su parte, a modo de portavoz del teatro amateur explicó la necesidad y utilidad de este tipo de agrupaciones. «Son de hecho una inmensa mayoría», apostilló y llamó a «jugar con este balón, pero hacerlo bien». Destacó además la libertad que tienen estas compañías, que no dependen de contratos: «Pueden usarla en su beneficio y en el de todos».

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