El Correo de Burgos

UNA AVENTURA DE CASI MIL AÑOS

¿Nuevo hogar en la antigua sede de los Pueri Cantores?

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

La capilla del Corpus Christi está aguantando lo indecible. Miles y miles de documentos se alinean sobre su bóveda. Y por muchas fuerzas que reciba del cofre mágico del Cid, las piedras han dicho basta. Hace tiempo que el Cabildo y el equipo técnico de la Catedral buscan un nuevo emplazamiento para el Archivo Catedralicio, que sustituya al actual, habilitado en 1597. El arquitecto José Manuel Álvarez apuntaba hace más de un mes (El Correo de Burgos, 23 de octubre) la antecubierta de las naves laterales como el único espacio dentro del templo con superficie suficiente para albergar la ingente documentación, aunque esta propuesta venía con escollo incluido: su difícil acceso pues solamente se puede entrar por unas estrechas escaleras de caracol. Matías Vicario apunta esta opción y suma otra: el número 7 de la calle Nuño Rasura, antiguo inmueble donde ensayaban los Pueri Cantores, cuya titularidad es del Cabildo, aunque matiza que existe algún problema jurídico, o incluso algún otro edificio cercano al templo.

«Estamos dándole vueltas...», reconoce el canónigo archivero, quien considera que el actual se queda pequeño y no ofrece todas las garantías a los investigadores que se acercan hasta estas instalaciones. «Todavía no hemos dado con ese sitio ideal», lamenta.

Y hallarlo empieza a ser urgente. Recientemente se han producido dos donaciones importantes. 1.200 volúmenes llegaron hace siete años del obispo de Ciudad Rodrigo, Demetrio Mansilla, que fue canónigo archivero de Burgos, con temas de Historia, Geografía... y 600 piezas fueron donadas por José María Caballero, canónigo lectoral, el encargado de leer las Sagradas Escrituras.

Esta mudanza no será la primera. El Archivo Catedralicio no siempre ha estado sobre la capilla del Corpus Christi, aunque hace mucho tiempo que es su hogar. El primer destino de la documentación generada por la Catedral era la Sacristía, no la actual, barroca, aunque también debía ocupar la misma zona. Estos primeros legajos se conservaban en lo que llamaban el Sagrario. «Tanta importancia se daba que recibía este nombre», llama la atención Matías Vicario.

Pasan los años, pasan los siglos y la documentación generada por la Catedral crece y crece. Era necesario encontrar otra ubicación y se habilitó una habitación encima de la Sacristía (antes había un piso superior en el claustro bajo donde también se encontraba la librería). Ante el desbordamiento de material, en el año 1597 se constituyó el emplazamiento actual, sobre la capilla del Corpus Christi, que está agonizante.Conectados por los siglos de los siglos

Desde la aparición de los primeros libros impresos, los llamados incunables, allá por el siglo XV, hasta la actualidad ha llovido, ha nevado, ha hecho de todo sobre la Catedral. Y todo lo han visto sus ojos. ¿Quién iba a decir a aquel primer archivero que su predecesor quinientos años después podría enviar un documento a la otra parte del mundo en un tris? Pues ahora es posible. Y lo es a través de www.catedraldeburgos.es. Quince años lleva trabajando un equipo de cuatro personas revisando los documentos generados por los siglos de los siglos. Hasta ahora en torno a 150.000 documentos se han catalogado e informatizado. Y, a ojo de buen cubero, el canónigo archivero calcula que quedan otros tantos o más en la lista de espera. En la tarea de reducirla se encuentra Vicario acompañado por Esther Pardiñas, María Jesús González y Támara Pérez. Cada una tiene entre sus manos un volumen con siglos de historia. De cada uno hacen su ficha con todos los datos que pueden interesar a un investigador (temas, personajes, fechas, si es original o copia...) y después se informatiza.

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