«La poesía tiene buen corazón, está con quien la necesita y huye de los que abusan»

A.S.R. / Burgos

«Bueno, bueno». Jesús Munárriz conjura estas palabras antes de cada respuesta. Las acompaña con una risa bonachona y el receptor llegaría a creerse que mantiene hilo directo con Laponia, sino fuera por las múltiples pérdidas de la cobertura que obligan a descartar cualquier magia mediante. No. No se trata de Papá Noel. Al otro lado, en el tren que lo trae a Burgos para dar una conferencia en el Palacio de la Isla, se encuentra un poeta (Rojo fuego nocturno, Por la gracia de Dios...), un editor, fundador de la prestigiosa Hiperión, y un traductor, a él se deben versiones castellanas de Rilke, Hölderlin o Pessoa.

Pregunta- La poesía, forma de vida. ¿Qué clase de forma de vida es?

Respuesta- Es una forma de vida especial, que mira el mundo con unos ojos diferentes a los habituales, con los que intenta comprender un poco de lo que pasa.

P.- ¿Lo consigue?

R.- La vida humana tiene mucho de incomprensible y el poeta intenta ver el otro lado de las cosas, de no quedarse en lo más habitual, en lo más vulgar, aunque también es parte fundamental de nuestra vida.

La cobertura se corta una vez más a la altura del pueblo segoviano de Bercimuel. Pasado Aranda de Duero se produce un nuevo intento. Apenas unos segundos para hablar del trabajo del poeta como fijador del paso del tiempo, de la vida, a través de la palabra. Vuelven las interferencias. Se reanuda la llamada. «Está siendo una carrera de obstáculos», apostilla con sentido del humor el poeta. ¿La poesía también lo es? «En buena parte sí porque choca continuamente con la realidad, pero no es muy distinta de otras formas que se salen de lo cotidiano como la música, la pintura.... Todas son maneras distintas de interpretar el mundo y las eternas preguntas que todos nos hacemos de por qué estamos aquí». Antes de llegar a la flamante estación Rosa de Lima Manzano, Munárriz afirma que le gusta la poesía con chispa, con ángel, «la que es capaz de emocionar, la que pone las palabras justas a un sentimiento que compartes con más gente».

P.- ¿Cuándo da la poesía más quebraderos de cabeza, cuando se crea o cuando se edita?

R.- A mí escribir me gusta mucho pero me resulta casi imposible hacerlo por voluntad. Normalmente la poesía te asalta, te viene de fuera sin proponértelo. Ocurre algo del que brota el poema y yo con eso disfruto. En la edición se sufre más porque entra la economía, aunque le afecta sólo poco, poco porque para hacer una obra maestra sólo necesitas un lápiz y un papel. Esto actúa a favor porque sin dinero se puede hacer buena poesía, pero también en contra porque como no mueve dinero nadie se molesta en moverla a ella.

P.- ¿Los malos tiempos para la economía son buenos para la lírica?

R.- La poesía tiene muchas facetas, puede cantar las maravillas, denunciar las miserias y solidarizarse con los que sufren. Normalmente la poesía tiene buen corazón, suele estar con quienes la necesitan y huir de los que abusan. Estos tiempos deberían ser buenos, pero cada poeta es quien es y suelen caer en el pecado de creer que su ombligo es el centro del mundo.

P.- ¿Hay muchos pecadores?

R.- Hay bastantes, pero afortunadamente también hay de los que no piensan sólo en sí mismos.