Páginas mágicas con pliegues de buenos deseos

A.S.R. / Burgos

¿Cuándo se utilizó por primera vez una figurita de barro para representar el Nacimiento del Niño Jesús? ¿Cuál es el verdadero origen de los Reyes Magos de los que los Evangelios no dicen nada acerca de su nombre, su carácter mágico o su número? ¿Qué popular personaje de estas fechas está inspirado en San Nicolás de Bari, que vivió en el siglo IV en Turquía tocado por la varita divina por su ayuda incondicional a los pobres? ¿Por qué se eligieron los colores blanco y rojo para representar a Papá Noel?...

Todas estas preguntas, y más, hallan su respuesta en Navidades de papel, una exposición de cien libros desplegables que ocupa la sala Círculo Central hasta el 10 de enero procedente de la colección privada de Ana María Ortega y Álvaro Gutiérrez, que ya compartieron el año pasado otra parte de los tesoros de sus fondos.

«Es una muestra completamente de temática navideña con libros muy valiosos como los que aparecen en la primera vitrina fechados hacia 1880 o algunas primeras ediciones firmadas por los ingenieros de papel que los crearon», aporta ella.

Él hace hincapié en los siete capítulos que estructuran el recorrido por este mágico mundo de papel: Belén, Reyes Magos, Papá Noel, Árbol de Navidad, Navidad en la literatura, Música en la Navidad y Paisajes Navideños.

Ella y él convienen en destacar que es una exposición pensada con el corazón y para ser disfrutada con este mismo órgano, más presente que nunca en estos días de buenos deseos.

Hasta aquí la parte teórica de Navidades de papel. Más jugosa es la práctica. La que permite maravillarse de estas pequeñas piezas de museo.

Cien ejemplares para dejarse llevar por la nostalgia y recordar aquel libro, aún conservado, que marcaba con figuras de papel la cuenta atrás para la llegada de la Navidad. Cien ejemplares para viajar de la Praga de 1968 al Londres de 1938 o el Nueva York de 2002 con los diferentes, o no tanto, diseños de postales y volúmenes del Adviento. Cien ejemplares para recrearse en los mil y un detalles de un Nacimiento o en la sencillez de un trineo tirado por los renos...

Este microcosmos de papel se completa con un árbol navideño adornado por noventa y nueve hadas de papel que fueron cien por obra y gracia de José Ignacio Mijangos, presidente de Cajacírculo, encargado de colocar esta última figura con la que la entidad financiera da por iniciado el tradicional programa navideño.El Belén de Fabri

Luces de colores en las calles, escaparates de guirnaldas, polvorones y bombones en los estantes... Se sentía la Navidad en la ciudad, pero faltaba algo. Ese algo es el tradicional Belén de Fabri, que desde hace diez años ocupa un rincón en Cajacírculo. El artista burgalés, acompañado por los responsables de la entidad de ahorro, inauguraba ayer esta instalación, más colosal que nunca, con más mimos que nunca, con más figuras que nunca, algunas nuevas, otras centenarias, y con más protagonismo del paisaje que nunca, unos focos compartidos, no podía ser de otra manera, con el propio Nacimiento. Fabri, en la foto, llamó la atención sobre estas pinceladas y aplaudió la ayuda de Francisco Guerrero en la construcción de las casas.