El Correo de Burgos

El 'gran libro' de la historia de la UGT

Carlos de la Sierra repasa año a año la vida del sindicato en Burgos desde su fundación

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Burgos

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A.S.R. / Burgos

El hallazgo de algunos documentos gráficos como la instantánea de Pedro Lucio Ávila leyendo la prensa o la inauguración de la Casa del Pueblo en el número 5 de la calle Fernán González en 1912, la plasmación de la visión que de Burgos se podía tener en aquel momento a través de la prensa no local sobre todo a partir de El Socialista y la mirada a la acción sindical en la provincia con detenimiento en pueblos importantes como Miranda, Aranda, Fuentecén, Zazuar, Briviesca, Pampliega o Pradoluengo. Son las tres aportaciones del libro La Unión General de Trabajadores en Burgos, de Carlos de la Sierra, editado por la Fundación 27 de Marzo, que mañana se presenta en sociedad en la Sala Polisón del Teatro Principal (20 horas).

La voluminosa obra se articula en dos tomos. La primera parte comprende de 1888, año de la fundación del sindicato en Burgos, hasta 1912, fecha de apertura de la Casa del Pueblo en la calle Fernán González, 5. La segunda parte arranca en 1913 y llega hasta la actualidad. Aclara De la Sierra que éste no es el libro definitivo y espera que en el futuro vengan otros que completen esta mirada, sobre todo la relativa a los últimos años para los que, dice, aún no existe perspectiva histórica suficiente.

Año a año, el autor registra los principales acontecimientos. Tras una panorámica general de la sociedad burgalesa del siglo XIX, se adentra en la historia ugetista, cuyo inicio va ligado al gremio de tipógrafos, con Pedro Lucio Ávila como nombre propio, y tiene en la calle San Juan como inicial lugar de reunión, puesto que en su número 35 se funda el primer Círculo Socialista en 1889. Un año después llegaría otro momento importante: la celebración del primer Primero de Mayo. Burgos participa de forma activa. Alrededor de 3.000 de sus 30.000 habitantes salieron a la calle. «Esta movilización es doblemente meritoria en una sociedad muy burguesa, muy conservadora, que miraba con desprecio al mundo del proletariado, al que no da ningún valor», dice De la Sierra, quien considera la fundación de la Casa del Pueblo uno de los momentos más importantes de estos primeros años. Los obreros conseguían con ella la independencia deseada, un lugar de reunión donde compartir miserias y alegrías.

La huelga general de 1917 es el primero de los relevantes acontecimientos que golpea a la UGT. Aunque la prensa local decía que no se notaron sus efectos, la realidad fue que un hombre y su hijo murieron en El Espolón en la refriega. Llegaría el golpe de Primo de Rivera en 1923 y la Segunda República, en la que, según De la Sierra, jugó un papel importante, que poco duró. La sublevación de Franco dejó a oscuras al sindicato. «Su actividad fue irrelevante como en todas las ciudades tomadas. La gente fue detenida, fusilada o pasó al exilio. La depuración fue salvaje».

La posguerra no resultó más alentadora. Hasta que a finales de los sesenta algo empezó a moverse. Algunos históricos como Esteban Granado intensifican las relaciones con el exterior y revitalizan las reuniones en el interior. En 1976 se presenta una refundada UGT en el Colegio Florentino Díaz Reig de Gamonal (en la foto, cedida por Alberto Hoyos-Limón, aparecen, arriba, de i. a d.: Esteban Granado, Pedro Díez, Aurelio Rubio, Isaías Herrero, Manuel Casado, Juan Herrero y Milagros Terrados. Abajo, de i. a d.: Asun Benito, Alberto Hoyos-Limón, Luis Escribano, Jesús García y Constantino Rubio). La Ley de Libertad Sindical aprobada en 1977 lo hacía posible. Había que desmontar la organización sindical de la dictadura, establecer relaciones con las asociaciones empresariales y los gobiernos, redactar los convenios colectivos... Había que devolver a los obreros los derechos arrebatados.

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