El Correo de Burgos

Un haz de luz alumbra la negra poesía de Manuel Calvillo en su segundo libro

El autor presenta 'Empíreo y averno' en la Casa de Cultura de Gamonal mañana

Burgos

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A.S.R. / Burgos

El dolor, la depresión, el sabor amargo que Manuel Calvillo volcó en su primer poemario, El lado oscuro de la poesía, se tornan en alegría, amor y una dulce existencia en Empíreo y averno (Editorial Gran Vía), la segunda obra de este autor burgalés que, como confiesa no ser un lector de poesía ni de literatura en general, bebe de versos roqueros, los que crean en sus canciones Yosi de Los Suaves, Robe Iniesta de Extremoduro y Joaquín Sabina. «Me gusta mucho el rock y para mí son verdaderos poetas urbanos», comenta Manuel Calvillo, que compartirá este segundo libro con el público mañana en la Casa de Cultura de Gamonal, acompañado por el editor, Eduardo Munguía, y un grupo de amigos que recitarán algunos versos incluidos en estas páginas, ilustradas por el mismo autor.

Manuel Calvillo (Burgos, 1966) se reconoce un poeta atípico. Comenzó a escribir hace tres o cuatro años para mantener la cabeza alejada de la depresión que sufría. La poesía se convirtió en la mejor vía de escape a su ansiedad. Aunque él no estaba convencido de sus versos, fueron sus amigos quienes le animaron a continuar por esta senda. Pronto incluso alguno le sugirió que se lanzara a editarlo. Llamó a algunas editoriales y, como les ocurre a la mayoría de los escritores que no tienen un nombre, le respondieron dándole con la puerta en las narices. La falta de arrojo de estos sellos no le achantó y se decantó por la autoedición. Así nació El lado oscuro de la poesía. Un poemario tiznado de negro, de amargura, de pesimismo, que se han quedado atrás para dar paso a unos versos más luminosos en los que domina la denuncia social. «Me inquieta el maltrato, las desigualdades, las dificultades a las que se enfrentan los inmigrantes, la injusticia...», apunta un comprometido Calvillo quien amenaza con seguir escribiendo.

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