El Correo de Burgos

Aquella tarde fría que la Catedral habló a su gente

Una proyección visual culmina la fiesta de los 25 años como Patrimonio de la Humanidad

Burgos

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A.S.R. / Burgos

Queridos burgaleses y burgalesas, siempre me he sentido mirada con ojos de admiración, rodeada de cariño y respetada como la joya más grande de la Cristiandad... Era la propia Catedral la que se dirigía a sus paisanos en una misiva especial con la que agradecía el cariño recibido a lo largo de su existencia. Lo hacía aprovechando la proyección visual sonora con la que culminaba la celebración de los 25 años de la declaración de este templo como Patrimonio de la Humanidad.

Alrededor de cuatrocientas personas asistieron a esta última propuesta. Tampoco faltaron los representantes políticos. El alcalde, Juan Carlos Aparicio, tomó el micrófono para dar «las gracias por la compañía en un día tan especial para la ciudad, para esta belleza que con 788 años sigue tan guapa» y se refirió a la decisión tomada hace 25 años por la Unesco «de formalizar algo que ya teníamos en el corazón».

Entusiasmado mostró su reconocimiento a los que han hecho posible la celebración, también se acordó de las nubes y su tregua para llevar a buen puerto «esta última sorpresa» y antes de soltar un enérgico «Feliz cumpleaños, te lo mereces», dejó constancia de que la Catedral es fruto de la tenacidad, constancia y buen hacer de tantas generaciones de burgaleses. El regidor capitalino habló a su gente flanqueado por el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu, y el concejal de Cultura, Diego Fernández Malvido. Los tres empequeñecieron ante la grandeza de la Seo.

Tras estas felicitaciones, las luces empezaron a moverse por la puerta de Santa María. Sobre ella se proyectaron fotografías de su esbelta arquitectura, de otros motivos locales como el Cid y de algunos rostros anónimos fotografiados para la ocasión. Algunos en familia. Otros solos, pero sonrientes. Varios en pareja...

Fuegos artificiales, también proyectados, despidieron esta celebración que comenzaba el 31 de octubre en la misma Catedral con una misa oficiada por el arzobispo, Francisco Gil Hellín. Era el pistoletazo de salida de un programa articulado en cinco paraísos: El paraíso es agua (instalación de colores en el río Arlanzón), El paraíso es creatividad (grafiti realizado en la calle Madrid), El paraíso es juego (piedras teledirigidas en San Juan), El paraíso es el cielo (reproducción de agujas de la Seo en Gamonal) y El paraíso eres tú (proyección final).

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