El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Autocid va de récord

Firma su séptima victoria consecutiva en un partido extraño . Los de casa se apoyaron en la defensa y en la gran actuación de Castro y Anagonye

Burgos

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AUTOCID FORD       70CORNELLÁ   58

Autocid Ford: Chris Hernández (7), Chus Castro (25), Morley (7), Manu Gómez (2), Jason Blair (4) -quinteto inicial- Corrales (2), Alberto Miguel (7), Peter Lorant (4), Joan Cabot (-), Aloysius Anagonye (12), Santidrián (-).Cornellá: Dani Pérez (6), Robert Joseph (-), Xavi Rabaseda (10), Marc Silva (-), San Epifanio (4) –quinteto inicial- Anthony Smith (7), Papa Abdoulaye (4), Álex Hernández (16), Mamadou Samb (11).Árbitros: Morales (Andalucía) y Rodríguez (Castilla y León).Eliminados: No hubo.Parciales: 14-9; 26-20 (descanso); 49-38 y 70-58 (final). DIEGO ALMENDRES / BurgosSiete victorias sin mácula adornan la trayectoria de Autocid Ford en sus últimos partidos. Números de récord, números de elegido. Difícil encontrar el techo de este equipo. Injusto, quizá, buscarlo antes de tiempo. Todo llegará. Mientras, el equipo local vive su particular carpe diem. Disfruta del momento incluso en noches como las de ayer, en la que no encontró su mejor nivel. Tampoco lo necesitó, apoyado en la intensidad defensiva y su mayor solidez aplicada sobre un bisoño Cornellá.Poco se podía esperar de un partido con un inicio tan malo. Pesado, lleno de errores e imprecisiones. Sin ritmo… todo aquello que Autocid intenta evitar amargó a los locales en su planteamiento. Sólo el buen tono defensivo y la inocencia mostrada por el Cornellá en situaciones de ataque favorables (los rojos firmaron un 0/8 en triples al descanso) dieron a los locales una segunda oportunidad, de las pocas que ofrece la LEB Oro en una temporada.Si Chris Hernández juega sin chispa, el equipo lo nota. El arranque del de Fresno no fue el deseado. Tampoco Morley ofreció su mejor cara, lastrado por las dos personales que le relegaron al banquillo a las primeras de cambio. Un primer cuarto para olvidar y, sin embargo, positivo para los intereses castellanos. Autocid no se encontraba cómodo, pero Cornellá tampoco estaba para alardes. Aun con el freno de mano echado, el cuadro local no sólo evitó una escapada visitante (7-8), sino que aprovechó su único momento de lucidez para situarse con cinco puntos de ventaja sobre la que labrarse un futuro en el partido (14-9).Ni un momento de tranquilidad tuvo el equipo azulón, obligado a reconstruirse una vez más con la segunda de Chris Hernández. Problema subsanable, como ya demostrara el banquillo en más de una ocasión. Eso, si a jugadores como Anagonye o Alberto Miguel se les puede considerar rotaciones. No se debería, al menos, pero las circunstancias mandan. El cántabro dio aire fresco a un ataque plano que también agradeció el ingreso de Corrales. El nigeriano, por su parte, cuajó un partidazo en su reaparición y asentó aún más a un equipo que en retaguardia ofreció un grandísimo nivel. Su mejor arma, su tabla de salvación. Incluso, apareció en escena Morley para situar el 20-11 que obligaba a Solsona a llamar a los suyos a capítulo a 5:40 para el descanso, todo un alivio después de lo visto hasta el momento.Autocid, paso a paso, tenía encarrilado el partido. A la misma velocidad que se descomponía un Cornellá desesperado y fuera de onda en labores de ataque. Lo tenía, pero no lo remató porque una tontería de un irreconocible Lorant sacó del letargo a los barceloneses. Una antideportiva absurda a 3:50 dio paso a un parcial de 0-7 que devolvía a los visitantes a la vida. Lance innecesario y, sobre todo, un error doloroso en un día como el de ayer, en el que Autocid no estaba para tensar aún más la cuerda. El 24-18 puso de nuevo sobre aviso a un conjunto local que se las prometía felices, pero quedaba mucho por remar en un segunda parte que se presentaba tan abierta como intensa.Tocaba empezar de cero con la obligación de que, esta vez, las sensaciones fueran muy diferentes a las mostradas hasta ese momento. Poco o nada cambió sobre el papel, con dos salvedades fundamentales. Por fin, hizo acto de presencia Hernández y Autocid comenzó a correr. Los de casa se dieron un respiro y levantaron el ánimo con el 39-31. Si los solitarios arreones les permitían mantener el liderazgo, un mínimo de regularidad en su juego cavaría la tumba del rival. Anagonye hizo el resto bajo los aros. Impagable el trabajo del nigeriano, que rebañó todo lo que se movía en la pintura para catapultar a los azulones hasta el 49-38 con el que finalizó el tercer parcial. Chus Castro, omnipresente disfrazado de Morley, hizo el resto.Ahora sí, Autocid no iba a cometer los mismos errores. Cornellá claudicó, ejecutado por el acierto exterior de un Chus Castro que, con cuatro triples casi consecutivos, abrió la herida del rival hasta el 60-40. Rejón de muerte para un cuadro visitante que, lejos de rendirse en un partido que tenía perdido, soltó lastre y jugó como se espera de una camada llamada a triunfar en ACB. Liderados por Hernández, los visitantes firmaron un 2-12 que impidió a los burgaleses celebrar el éxito antes de tiempo, aunque la victoria nunca corrió peligro. La séptima consecutiva. Casi nada.

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