Chus Castro busca explicación a sus problemas físicos

DIEGO ALMENDRES / Burgos

A la espera de conocer el resultado de la ecografía que se le practicará en el día de hoy, Chus Castro sigue con la mosca detrás de la oreja. Cauto y preocupado se muestra el jugador de Autocid, quien acumula dos lesiones musculares en el último mes y medio.

Contratiempos que le resultan extraños al gallego, ya que atraviesa una situación nunca antes vivida a lo largo de su carrera. Todo comenzó en el mes de diciembre, cuando una rotura de fibras en el bíceps femoral de su pierna izquierda le apartó de la competición durante el calendario navideño.

El ‘10’ se perdió los encuentros ante La Laguna, Mallorca y Melilla, aunque se probó en el partido ante León del 27 de diciembre al experimentar buenas sensaciones. Los 4 créditos negativos firmados en apenas tres minutos de juego dejaron a las claras que la paciencia sería la mejor aliada para su recuperación. Precisamente, en el choque frente al líder Melilla completó el calentamiento, pero su reaparición se hizo esperar hasta el 15 de enero, cuando disputó seis minutos contra el colista Vigo.

Olvidada esta lesión, Chus Castro volvió a adquirir el ritmo deseado. Incluso, se destapó en el último envite en casa frente al Cornellá con 25 puntos. Pequeña tregua cortada de raíz el pasado domingo en La Palma, donde volvió a lastimarse la pierna izquierda. Esta vez, en el gemelo. Otra vez volver a empezar.

Llegado este punto, Chus Castro no esconde su preocupación y reconoce que el «factor psicológico» pesa en su análisis preliminar de la situación. Por este motivo, el exterior azulón pondrá todos los medios que estén en su mano para prevenir este tipo de lesiones en un futuro. «Quizá tenga algo que ver con una falta de vitaminas o proteínas... no sé, pero voy a buscar alguna solución», explica.

En este sentido, el gallego consultará con nutricionistas expertos en la materia con el fin de mejorar su dieta, además de someterse a un análisis completo para encontrar una explicación más allá de la simple casualidad en este cúmulo de infortunios. Asimismo, el alero local encargará unas plantillas personalizadas especiales, una medida habitual en los jugadores más o menos veteranos para aliviar los efectos del paso de las temporadas.

Mientras, el azulón se arma de paciencia para conocer qué lesión arrastra en el gemelo. Consciente de que el riesgo de sufrir una rotura fibrilar es alto, prefiere esperar el resultado de las pruebas. Ayer volvió a ponerse en manos del fisioterapeuta del club, Víctor López, con el fin de experimentar sensaciones, las cuales, de momento, son positivas. «He notado mejoría en la zona, ya que el dolor no es intenso...», comenta, expectante.