El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda División B

Al Mirandés le preocupa el trato de los árbitros a Pablo

El delantero burgalés se ha convertido en el blanco de los trencillas y en los tres últimos partidos ha recibido cuatro amarillas por simular faltas

Burgos

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R. M. P. / Burgos

Esta temporada los arbitrajes han perjudicado al Mirandés en más de una ocasión. El conjunto burgalés ha recibido un sinfín de tarjetas a lo largo de la Liga, lo que le ha mermado en varios encuentros, aunque el club mirandesista ha preferido dejar pasar el tema y confiar en que la situación se reconduzca. Sin embargo, la gota que ha colmado el vaso ha sido la actitud que en los últimos partidos han tenido los colegiados con Pablo. Fue expulsado ante el Sestao por simular dos faltas, mientras que ante el Lugo y el Palencia vio la amarilla por el mismo motivo.

Esta situación no sólo ha provocado que el que fuera pichichi la pasada temporada se perdiera el partido ante el Osasuna B y que esté al borde de la suspensión, sino que también le ha condicionado en su juego. «Lo cierto es que estamos preocupados, porque no entendemos qué está sucediendo con Pablo. No es lógico que un jugador que es el que más faltas recibe a lo largo de un choque haya visto tantas tarjetas. Nada más que cae le sacan amarilla, pero luego hay que ver los golpes con los que acaba en las piernas», explica Carlos Lasheras, secretario técnico rojillo.

En la entidad rojilla entienden que los árbitros no están siendo justos con el burgalés, que se ha convertido en el blanco de los trencillas. Creen que muchos colegiados llegan condicionados a los partidos, ya que se pasan información entre ellos y parece que existe una leyenda urbana que asegura que Pablo simula de forma sistemática las faltas.

El club de Miranda de Ebro está convencido de que los arbitrajes han cambiado y de que a las nuevas generaciones les falta mano izquierda. Además creen que la actitud que se está teniendo con el delantero provoca también otras reacciones perjudiciales.

«Como el defensa está viendo la situación hace que en cada acción que Pablo cae proteste, a lo que hay que añadir que por este mismo motivo la grada también se le echa encima desde el primer momento», comenta Lasheras.

El Mirandés confía en que esta protesta pública haga reflexionar a los árbitros que a partir de ahora tengan que pitar los encuentros del Mirandés, ya que de no ser así saben que el jugador disputará los partidos condicionado.

Raúl García

El defensor rojillo tiene muy complicado jugar el próximo partido ante la Ponferradina. El de Hernani tuvo que ser sustituido en el choque ante el Palencia por unas molestias en los isquiotibiales de su pierna izquierda. Será hoy cuando le practiquen una ecografía, aunque el cuerpo técnico es consciente de que el vasco cuenta con pocas opciones de jugar.

No obstante, por lo que los galenos del Mirandés han podido observar, parece que todo se puede quedar en una elongación o una contractura, por lo que parece poco probable que sufra una rotura de fibras, lo que le mantendría apartado de los terrenos de juego durante un mayor periodo de tiempo. «Tenga lo que tenga va a ser complicado que llegue», expone Lasheras.

El que parece estar ya recuperado de sus problemas en el pie es Raúl García Lozano, que no fue titular en la Balastera, pero participó en el choque ante los morados, precisamente sustituyó a Raúl García. Todo indica que también el próximo domingo será su sustituto en el once inicial.

Ya salen las cuentas

Desde el inicio de la campaña el club ha dejado claro que el objetivo primordial era el de conseguir la permanencia lo antes posible. El equipo tiene bien encauzada esta meta yes que salvo catástrofe de última hora no tendrá problemas para seguir una temporada más en la Segunda B.

Julio Bañuelos ha hecho cuentas y cree que con 45 puntos puede ser suficiente conseguirlo. Si el cálculo es exacto al conjunto mirandesista le quedan por conseguir 7 puntos en las 12 jornadas que restan de competición liguera. Muy mal se le tienen que dar las cosas a los de Miranda de Ebro para no llegar a esta cifra. Lo que tienen claro es que una vez que la alcancen pensarán en otras metas.

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