BALONCESTO / Adecco LEB Oro
Autocid pierde su gran ocasión
El conjunto local fue incapaz de amarrar un partido que tenía controlado durante los primeros 15 minutos. Las derrotas de La Laguna y León dejaban a los azulones en una situación inmejorable
VIVEMENORCA 87
AUTOCID FORD 81
Vivemenorca: Umeh (16), Guzmán (3), Turner (11), Caio Torres (20), Victor (21) -quinteto inicial- Ciorciari (2), Fernández (8), Montañana (2), Sánchez (3), Llull (1).
Autocid Ford: Corrales (12), Albano (2), Morley (17), Manu Gómez (9), Blair (6) -quinteto inicial- Alberto Miguel (21), Chus Castro (5), Cabot (-), Anagonye (7), Lorant (2).
Árbitros: De Lucas y Rodríguez.
Eliminados: Aloysius Angonye y Chus Castro.
Parciales: 14-22; 32-38 (descanso); 56-54 y 87-81 (final).
DIEGO ALMENDRES
Lo tuvo en su mano y se le escapó. La Laguna y León fallaron en una jornada que habría catapultado a Autocid en la tabla de haber cumplido el conjunto azulón con su parte del trato. La victoria habría dejado a los burgaleses con el factor cancha a su favor en el próximo play off, pero Vivemenorca amargó las ilusiones burgalesas en un partido en el que los de Casadevall no supieron sacar ventaja de su mejor inicio.
Sin la presencia por segunda jornada consecutiva de Chris Hernández, Iván Corrales asumió la responsabilidad en la dirección del juego. El extremeño, no se limitó a salvar la papeleta y agradeció el rol encomendado para la ocasión. Se creció ante el reto y, con él, creció Autocid en el primer cuarto. Templó, mandó y anotó desde el exterior para poner de inicio a los azulones por delante.
Una toma de contacto cómoda para los de Casadevall, bien pertrechados en defensa y con un aceptable éxito en sus intentos en ataque. Ni siquiera echó en falta el cuadro burgalés en esta fase del choque a Chris o la pobre aportación de Morley. Manu Gómez se hizo dueño de la pintura y los errores blanquillos hicieron el resto para que Autocid se situara con un ilusionante 6-16 que reclamó la intervención de urgencia de Paco Olmos con un tiempo muerto.
Tras el mal arranque, la reacción balear no se hizo esperar. No está el cuadro mahonés para dar facilidades a rivales de la talla de Autocid, fácil en su trabajo en pista. Vivemenorca apretó el acelerador en defensa en pos de una remontada que, de momento, se conformó con mantener la distancia adquirida, puesto que un triple de Alberto Miguel en el último instante dejó el definitivo 14-22.
No tuvo más remedio el adversario que recurrir al todavía renqueante Diego Ciorciari para enderezar el rumbo. La presencia en pista del faro insular podía alterar el guión de un encuentro que ganó intensidad a medida que avanzaban los minutos. Autocid situó la máxima de 11 puntos (16-27) antes de que Vivemenorca comenzara a ofrecer los primeros síntomas de recuperación.
Casadevall dio entrada a Anagonye en busca de un mayor aplomo en el interior, pero las rotaciones no ofrecieron a la larga el resultado esperado. Menorca se la jugó al triple y, salvado el primer arreón (26-37), la explosión de Cuthber Victor, autor de 12 puntos, y un pequeño bache azulón en el tramo final de periodo estrecharon el luminoso hasta el 32-38 del intermedio.
Las nubes comenzaban a cernirse sobre el cielo burgalés. Amenazaba tormenta en plena travesía y pronto se confirmaron los presagios. El nuevo susto de Ciorciari, lejos de mermar la moral y el potencial de los de Olmos, hizo que Vivemenorca se creciera. Autocid se encomendó a Morley para capear el temporal, recurso válido para mantenerse a flote, insuficiente para pisar tierra con vida.
Umeh contrarrestó en el exterior el ímpetu del americano y Caio Torres hizo el resto en la pintura. El ex de Melilla martirizó a Autocid bajo los aros y, tras el acercamiento inicial (45-46), Menorca culminó la remontada con el 51-48. El cuadro de Casadevall estaba al borde de la zozobra. La nave se tambaleaba, haciéndose necesaria la ayuda de más efectivos a un Morley obligado a tapar todos los agujeros de la nave.
Encendidas todas las alarmas, Autocid, sin embargo, dio por bueno el castigo recibido al finalizar el cuarto con tan sólo dos puntos de desventaja (56-54). Un arranque de dignidad rápidamente diluido con un golpe de realidad tan duro como esclarecedor. El 56-57 dio paso a un nuevo agujero negro que, esta vez, sería definitivo para la suerte del envite.
Autocid sufría en cada ataque, mientras el rival arañaba puntos en cada acercamiento al aro burgalés. Victor, Umeh, Fernández... los de Olmos cimentaron su ataque definitivo hacia la victoria con un parcial de 10-2 (66-57) que dejaba sin argumentos a una discusión que tornó en monólogo.
Lo peor no era la distancia en el marcador, sino la sensación que transmitía el equipo desde hacía muchos minutos. Esa ya conocida que dejaba entrever que, aunque restaran 6:19 para el final, se haría necesaria una gran reacción para levantar el choque.
Aún así, el cuadro de Casadevall se resistió a su destino con un último impulso protagonizado por Morley y Alberto Miguel, el cual le metió de nuevo en partido a tres minutos para el final. El 73-70 alimentaba la llama de la esperanza para un equipo que, sin embargo, vio cómo Menorca apenas se inquietó.
Un nuevo triple clave de Umeh martilleó el alma de un Autocid Ford que luchó hasta el último instante a pesar de que la suerte no estuvo nunca de su lado. El momentáneo 81-78 fue la última bocanada de aire para los pulmones de un equipo azulón entregado a su suerte cuando los tiros libres sentenciaron la contienda en el ocaso, a la espera de sacar adelante la próxima reválida ante La Laguna, toda una final para su causa.