El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Este Autocid ya es inmortal

Su triunfo ante La Laguna en un espectacular partido y la derrota de León le deja a un paso del factor cancha

Burgos

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AUTOCID FORD

85

LA LAGUNA

81

Autocid Ford

Morley (20), Manu Gómez (4), Blair (4), Albano (-), Corrales (14) –quinteto inicial- Lorant (14), Chus Castro (9), Alberto Miguel (8), Anagonye (12).

La Laguna: Richi Guillén (8), Urreizti (-), Donaldson (17), Rost (26), Heras (7) –quinteto inicial- Yáñez (20), Cage (-), Garrido (2), Chagoyen (1).

Arbitros: Martínez y Bravo Loroño

Parciales: 18-18; 47-37 (descanso); 59-56 y 85-81 (final).

DIEGO ALMENDRES / Burgos

Autocid, terrateniente de la Adecco LEB Oro, volvió a demostrar ante La Laguna que su trayectoria no es producto de la casualidad. Hizo vibrar a los suyos en la que es su 20ª victoria del curso, superó a un rival directo y, además, tiene el factor cancha casi asegurado tras la debacle de León en su visita a Mallorca (sólo lo impide el average perdido con Cáceres). El equipo levantó al público de sus asientos en un duelo digno de play off, intenso, lleno de emociones, vivido al límite y firmó un nuevo hito para el recuerdo en una temporada histórica.

Dura prueba a superar sin la presencia de Chris Hernández en pista. La tercera ausencia consecutiva por lesión del timonel principal condicionaba el juego de un Autocid obligado a apretar los dientes si quería doblegar a su rocoso rival. Un cara a cara apasionante, extenuante de principio a fin entre dos candidatos a asaltar el trono de los elegidos en primera ronda para la gloria. El triángulo Donaldson-Guillén-Rost amenazaba la integridad de un Autocid que nunca esquivó la batalla. Al contrario, al equipo de Casadevall le gusta el barro, el cuerpo a cuerpo, la batalla sin cuartel.

Ni siquiera el 6-11 de inicio apartó del guión a los azules, sabedores de cuál era el camino a seguir y qué armas utilizar. El juego interior cobraría una importancia capital y Manu Gómez -8 rebotes en esta fase inicial- emergió para frenar el poderío visitante en la pintura. Los locales hicieron suyo el rebote para dar inicio a una reacción que pronto marcaría el rumbo de un primer acto esperanzador.

Autocid buscó la yugular del rival, minimizado por la rápida carga de personales de Guillén y Heras, de pie sobre el parquet gracias al impresionante acierto de Rost en el perímetro. Corrales, impecable en su nuevo rol, guió a un equipo tirado por Morley en la anotación hasta dar la vuelta al marcador con el 18-15, aunque La Laguna cerró la manga inaugural con un igualado 18-18 que auguraba grandes dosis de emoción para el resto del combate.

Encontrado el ritmo y la inspiración deseada, los de Casadevall mantuvieron el rumbo para martillear el ánimo de un rival dubitativo sin la presencia de Guillén. El 7-0 de parcial encendió la chispa de un cuadro azulón colosal en su quehacer defensivo. Lorant y Angonye continuaron el trabajo iniciado por Manu Gómez y en ataque los locales siempre arañaban de aquí y de allá (36-25). La conexión dentro-fuera fue un filón. En estático, a la carrera, Autocid crecía en cada acción y se vio reafirmado en su planteamiento cuando Guillén incurrió en su tercera falta del partido, lance que, además, coincidió con la máxima brecha del partido a 1:51 para el descanso. El 44-29 dejó groggy a La Laguna, si bien el descanso otorgado a Corrales y la eclosión de Yáñez permitió al cuadro visitante taponar la sangría hasta el 47-37 del receso.

Entonces, el partido se paró. No bajó un ápice su intensidad, al contrario. Quizá, fue esa la razón de que ni unos no otros encontraran la continuidad deseada en ataque. La Laguna se vació en busca de un Guillén desquiciado y la llama ofensiva de los castellanos se apagaba por momentos. Ni siquiera Morley daba muestra de la frescura y temple necesarios para salvar una situación en la que el adversario cada vez se encontraba más cómodo. Tuvo en su mano herir de muerte a su rival y se encontró con un parcial demoledor que llevó el partido al 54-51 con 2:45 para el final del tercer cuarto. Casadevall citó a los suyos de urgencia y la entrada de Miguel y Lorant fue su respuesta para enderezar el encuentro. Un 5-0 aclaró el panorama, pero la pérdida de control en el rebote defensivo pasó una factura muy alta y Guillén, en vista de que no podía por dentro, salió al perímetro para dejar el 59-56 a falta de 10 minutos para el final.

La Laguna parecía tener la sartén por el mango, respondiendo a cada intento de reacción castellano. Autocid, sin embargo, nadó con fuerza, asentado otra vez en su defensa y un ataque en el que todos sumaban para estirar el marcador con el 74-66 (5:47). Renta jugosa, pero no insalvable para un cuadro canario dispuesto a morir matando a pesar de que el marcador y el reloj corrían a favor de los azulones. Cada segundo, cada punto, cada acción positiva era un triunfo para un Autocid alimentado por Anagonye y martirizado por Rost (7 triples) en el exterior con el 84-81 a 1:24. Todo esfuerzo parecía poco para sacar adelante el encuentro, pero se necesitaba uno más en un tramo final caótico en el que Rost, precisamente Rost, se precipitó en el lanzamiento decisivo antes de que Corrales sellara el éxito desde la personal. Un sufrimiento que dejó la mejor recompensa.

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