El Correo de Burgos

Menorca trunca el sueño del UBU

El cuadro castellano cede ante la pegada de las baleares en el choque decisivo y se queda a las puertas de hacer historia / El cansancio físico lastró el potencial de las universitarias, que no tuvieron su día en un Plantío que lució sus mejores galas

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Burgos

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VAL. ALLÉS MENORCA    3

UBU: Marcelinha (3), S. González (6), R. Miloserdova (16), S. Santos (15), M. J. Garrido (11), M. Alves (5) y A. Ramírez (líbero) -equipo inicial-; M. Delgado y N. Coloma (1).

Valeriano Alles Menorca: Y. Meleán (), D. Patiño (8), A. Deesing (15), M. Moy (17), A. Santos (7), J. Sandell (14) y E. Esteban (líbero) –equipo inicial; Miriam Carrillo.

Árbitros: Juan Carlos Fernández y Eduardo Tuya (colegio asturiano).

Parciales: 22-25 (27 min.); 30-32 (34 min.); 18-25 (21 min.).D. O. C / Burgos

Amaneció el día con tintes de fiesta, pero un negro nubarrón tornó la tarde en tormenta. Todo estaba preparado para hacer una entrada triunfal en la historia, pero la jornada terminó en lágrimas. Tendrá que esperar el UBU para cumplir su sueño de luchar por el título de campeón de la Superliga Femenina de Voleibol. Ayer cayó derrotado en el choque decisivo de la serie de semifinales ante un Valeriano Allés Menorca que hizo valer su enorme pegada para hacerse con un billete para la gran final. El que tanto ansiaba el CV Diego Porcelos, que ayer dio por cerrado su paso por la temporada 2009-10 con la tercera posición final en la Liga y el subcampeonato de Copa.

El Plantío vistió sus mejores galas para lo que se presumía una noche de locura. Y lució abarrotado de público como hacía mucho tiempo no se recordaba en la capital, seguramente como desde los años en los que realizó tan buen papel en la Champions League Europea.

Necesitaba recuperar sus mejores sensaciones el UBU ante un rival crecido que había sido capaz de levantar un 2-0 que para cualquiera hubiera sido una losa difícil de levantar. Ello era una sobrada prueba de su potencial, que ayer fue imparable para un conjunto castellano voluntarioso pero tremendamente fatigado física y mentalmente.

La pegada balear en la red fue un obstáculo infranqueable para las castellanas, que no tuvieron su tarde ante un contrincante desatado. Solo en el segundo set mostró el UBU, a cuentagotas, todo el carácter que lleva dentro. Gozó de una cómoda ventaja de cinco puntos hasta el ecuador de la manga, pero no supo rematar la faena en un final de infarto y ahí se le escapó la vida por cada poro de la piel.

Regina Miloserdova fue la encargada de tirar del equipo en la salida a la pista tras el 0-2 inicial de las baleares (3-3). Pero las menorquinas se mostraban más contundentes en ataque y llevaron la iniciativa en el luminoso a pesar de la buena defensa en segunda línea de las locales. Así, se llegó al primer tiempo técnico del duelo con 6-8 en el tanteador. Los dos equipos arriesgaban al máximo desde la línea de saque, lo que se tradujo en numerosos errores por parte de ambos contendientes. Sin la aparición en cancha de una de las mejores armas de las burgalesas, su otras veces poderoso bloqueo, las artilleras bermellonas campaban a sus anchas y se escapaban peligrosamente (10-14), lo que forzó a José Miguel Pérez a parar el duelo para dar instrucciones a las suyas.

Las visitantes taparon a la perfección a las centrales del UBU, que no veían vía alguna de penetración en el sistema defensivo balear (10-16). No se encontraba a gusto sobre la cancha, pues era incapaz de controlar en recepción los incisivos servicios de las rojillas y la balanza se inclinaba con claridad del lado visitante (14-22). Valeriano Allés estaba sacando los colores a un CV Diego Porcelos completamente desdibujado que solo reaccionó de la mano de Regina en el tramo final, cuando ya era demasiado tarde. Salvó cuatro bolas de set y metió el miedo en el cuerpo a las menorquinas, pero no pudo rematar la faena (22-25).

Todo se ponía un poco más difícil, pero nadie esperaba un choque sencillo. Tocaba remar a contracorriente, una especialidad de la casa. La dinámica pareció cambiar en el arranque del segundo set, con un UBU más firme desde la línea de saque y agresivo en las acciones ofensivas. Regi y Pepo dieron las primeras ventajas del partido a las locales (5-2). Una ventana a la esperanza para llegar al primer técnico 8-4 en cuanto logró hacer sufrir a la recepción bermellona alejando a Sandell y Moy de la red. Soraya Santos se entonó y tiró del carro universitario ante un rival que no daba un balón por perdido (13-8).

Pero Milagros Moy, con su poderoso saque en suspensión metió a las suyas en la pomada en un abrir y cerrar de ojos (13-11). Fue un momento de apuro bien solventado por las locales, que buscaban una y otra vez con su saque a Elena Esteban (16-12). Adrián Fiorenza no lo veía claro y agotó sus tiempos muertos. Sandell devolvió la igualdad al luminoso (18-16) desde la línea de fondo y Patiño remató la faena junto con los bloqueos de Moy (19-19).

Entonces apareció, cómo no, Regi Miloserdova al rescate de las suyas (23-21). Fue un espejismo (23-23), pues ahí se atascó y no fue capaz de dar la puntilla. Un remate de Sara puso a las locales a un punto del empate en el marcador global, pero Sandell volvió a enjugar la renta (24-24).

Fue un final de set agónico. Soraya hizo el tanto 25, levantado por las visitantes con un remate a la línea de Patiño. Habían salvado dos bolas las menorquinas (con la inestimable ayuda del dúo arbitral, que las había dado vida previamente cuando ya agonizaban).

Luego falló un remate Sara y fueron las baleares quien pudieron sentenciar, aunque lo evitó Soraya dos Santos. Un nuevo error local fue compensado por Regi para hacer el 27-27. Soraya erró con su servicio, pero Sandell envió fuera el remate (28-28). Tensión en estado puro.

Moy hizo el 28-29, respondido inmediatamente por Regi (29-29). Con 30-29 Deesing salvó los muebles (30-30). Luego un obús de Sandell y un saque de Deesing mal defendido por el UBU dieron el set a Valeriano (30-32).

Un duro golpe para las castellanas. Pero en el choque de la liga regular se había conseguido levantar un 0-2. Había que agarrarse a un clavo ardiendo, aunque enfrente Sandell convertía en oro cada balón que tocaba con su poderoso remate (7-8).

José Miguel Pérez movió el banquillo y puso en cancha a Noemí Coloma en la dirección y a Mireya Delgado en el puesto de Pepo. Pero Valeriano había metido el turbo y no estaba dispuesto a alargar innecesariamente la batalla (13-18). Con todo cuesta arriba volvió a poner en pista a las sustituidas, aunque era ya demasiado tarde para creer en milagros en pleno desbarajuste de un equipo al que no salía una a derechas (18-25).

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