El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Segunda batalla, segunda gran oportunidad

Tras la victoria conseguida en el partido inaugural, una nueva alegría en la tarde de hoy permitiría al Autocid ganar tranquilidad en su complicada serie ante el Cáceres

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Burgos

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 DIEGO ALMENDRES

L a guerra se presenta larga, incierta. Ni siquiera el primer punto conseguido en la noche del viernes permite al Autocid respirar tranquilo. Aunque la victoria en el choque inaugural es la base sobre la que cimentar la clasificación para semifinales, lo cierto es que Cáceres mantiene las esperanzas y sus opciones intactas.

Casi sin tiempo para asimilar o disfrutar lo acontecido en ese primer partido, castellanos y extremeños vuelven a citarse en un segundo encuentro que sí puede marcar el resto de la serie. Si los locales son capaces de sellar su segunda alegría, si explotan al máximo el factor cancha con un hipotético 2-0, tendrían la sartén por el mango para hacerse con su objetivo.

Otra cosa es que Cáceres dé el paso al frente que quedó incompleto el viernes. El 1-1 daría una pequeña ventaja a los de Aranzana antes de que el emparejamiento se desplace hasta tierras extremeñas la próxima semana, pero ese será otro capítulo.

Cábalas y más cábalas. Supuestos. Cuentos y cuentas mentales que de poco sirven en las horas previas a un duelo sin favorito. Ni siquiera el 1-0 hace un guiño al Autocid en ese aspecto. Los locales quizá golpearan primero, pero enterrar a Cáceres en vida será un error capital para un combinado, el castellano, consciente de que aún queda un largo (y tortuoso) camino por recorrer.

Sea como fuere, el aperitivo vivido el viernes invita a imaginar una gran tarde de baloncesto. Los pupilos de Casadevall volverán a buscar la yugular de un rival sabedor de que no puede cometer los mismos errores que en el primer envite. Cáceres, a pesar de los pesares, dejó a las claras que cuenta con un gran bloque, irreductible por mucho que acumulara una desventaja de 15 puntos mediado el tercer cuarto.

Por ello, es necesario que Autocid exhiba de nuevo sobre el parquet sus mejores virtudes porque todo puede ocurrir ahí abajo. Los detalles darán una de las claves de un choque que puede marcar el resto de la eliminatoria. Ese aspecto del juego, casi incontrolable, trae de cabeza al técnico visitante. «Lo haces mal en dos detalles y el rival te supera», insiste.

Si bien los equipos no pueden amarrar todos los condicionantes que surjan a lo largo de un partido, su misión será llevar el juego al terreno en el que más a gusto se sientan. Precisamente, esa virtud fue la que ayudó a Autocid a firmar el 1-0, gracias en gran parte a una primera parte para enmarcar. «Sabíamos que Autocid intentaría poner su ritmo, hacerse con el control del juego y correr», reconoce el preparador del equipo visitante, quien no vacila al aceptar el buen hacer del equipo burgalés. «Supo sacar ventaja de sus valores» , indica.

Llegado este punto, Aranzana tiene bien aprendida la lección. Esa batalla, la que se libra en los banquillos, también juega un papel fundamental en esta serie. Cáceres supo reaccionar sobre la marcha, pero Autocid conoce muy bien qué debe hacer. El cómo y el cuándo, también, pero necesita una mayor regularidad en el juego que la mostrada hace dos días.

Si Chris Hernández ha recuperado su mejor versión una vez superada la lesión de espalda, el combinado burgalés también necesita la aparición de su principal referencia. Morley, irreconocible en el choque inaugural (acabó con -1 de valoración) es vital para la suerte de un equipo capaz de sobrevivir sin su figura, pero la existencia con él como estandarte es más sencilla.

El bloque volvió a funcionar. Ahora, virtudes como la intensidad o el control de las emociones cobran un valor especial. El play off es otra cosa. Son las sensaciones las que marcan el devenir de los acontecimientos y Autocid sabe que ahí tiene mucho que ganar. Anagonye, Blair, Gómez y Lorant superaron al juego interior cacereño en el primer envite, pero tienen otra misión que cumplir ante un rival que jugará con mayor motivación, si cabe.

El trabajo y el esfuerzo defensivo debe ser otro gran aliado burgalés en esta cruzada, en la que aún deben aparecer nombres como Alberto Miguel o Chus Castro. Autocid no ha mostrado todas sus cartas, por mucho que Cáceres las conozca. Como los locales también conocen los peligros de un adversario que depostirá en su tridente Cherry-Sánchez-Taggart gran parte de sus esperanzas. Pero los verdinegros también explotarán su amplio fondo de armario.

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