El Correo de Burgos

CICLISMO / Vuelta a Burgos

Pozzato y Karpets visten a Caruso de morado

El Katusha sorprende a los favoritos en la contrarreloj por equipos entre Sasamón y Melgar de Fernamental, donde consigue la etapa y el liderato en la general

Burgos

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La fuerza y el poderío en el llano de dos ‘galgos’ como Vladimir Karpets y Filippo Pozzato fueron fundamentales para el Katusha diera la sorpresa y lograra la victoria en el contrarreloj por equipos que se disputó en la comarca Odra-Pisuerga. La escuadra rusa voló por un recorrido en el que el viento casi siempre fue favorable y en la que el Caisse d’Epargne fue el gran derrotado, ya que estaba en todas las quinielas como principal favorito, pero nunca tuvo ritmo de ganador. Los de Galilea se tuvieron que conformar con la quinta plaza a 15 segundos del conjunto de Gianpolo Caruso, desde ayer el líder de la clasificación general.

«Esa gente son unos exagerados» señalaba sonriente el nuevo maillot morado refiriéndose a sus dos compañeros, a lo que añadió: «Solo he tenido que dar dos relevos». Karpets y Pozzato se echaron el equipo a sus anchas espaldas y en una exhibición de potencia llevaron a todos sus compañeros en volandas hacia la línea de meta. Corredores como Botcharov o Klimov pusieron también su granito de arena en la gran jornada que se marcó el cuadro blanquiazul. A una media de casi 60 kilómetros por hora los de Mario Chiesa pulverizaron todos los registros. Ya avisaron en el paso intermedio y corroboraron su gran actuación en la línea de meta.

Eran los tapados, ya que el Caisse d’Epargne había acaparado todas las miradas, aunque la escuadra navarra no sonó ayer como una orquesta afinada, más bien lo contrario. Contaba con ciclistas como para bordarlo, pero desde el principio no anduvo fina. La cara de José Iván Gutiérrez era un poema tras la finalización de la jornada, la misma que se le quedó en San Juan del Monte cuando con su ataque neutralizó a su compañero David López y dejó en bandeja el triunfo a Samuel Sánchez.

Si la potente escuadra de Echavarri y Unzúe dio la de arena, la de cal la dio el Xacobeo Galicia, que hizo un gran tiempo, lo que le sirvió para acabar cuarta en la etapa y dejar a Ezequiel Mosquera, su líder, perfectamente colocado de cara a la jornada de mañana. El gallego ganó la pasada edición en Las Lagunas y si su actuación es como la de 2009 tiene muchas opciones de conseguir el triunfo final. La actuación de sus compañeros le permitirá aspirar a todo en la última jornada.

Aunque el rival a batir sigue siendo Samuel Sánchez. Ayer el Euskaltel Euskadi no estuvo súper, aunque aguantó el tipo. Se dejó 28 segundos con respecto al Katusha, aunque las diferencias que el asturiano ha cedido a alguno de sus rivales son remontables en un puerto como el de Neila. Todos apuntan a Samuel, ya que son conscientes de que si mantiene el golpe de pedal que demostró en San Juan del Monte el morado definitivo será suyo. No obstante, se mantiene cauteloso, agazapado como hizo en la ascensión mirandesa, aunque nadie se olvida de que el punto de que trae del Tour de Francia le mantiene un escalón por encima de sus oponente.

La crono por equipos no ha hecho más que echar cayena a la carrera. Los 15 primeros clasificados se encuentran en una franja de 29 segundos, lo que hace prever una jornada final muy disputada en la que serán muchos los aspirantes. Las circunstancias no hacen más que enriquecer la prueba, en la que se espera un final apasionante. Los ciclistas deberán sacar la calculadora igual que hizo Valverde la pasada edición, aunque una vez más Las Lagunas se convertirán en el juez de la Vuelta a Burgos.

Hoy se prevé esprint

Sobre el papel la jornada de hoy debe ser tranquila y serán los modestos los que tengan una nueva oportunidad de dejarse ver. Se espera que una llegada masiva sea la que resuelva el ganador de la etapa. Los gallos deben recuperarse y guardar fuerzas de cara a la etapa reina, aunque un hombre como José Iván Gutiérrez, segundo en la general y uno de los corredores más activos de la actual edición de la Vuelta a Burgos, no tiene tan claro que haya que dejarlo todo para la última jornada. Puede ser un aviso para sus rivales, o simplemente una forma de recordar que en cualquier recorrido pueden llegar las sorpresas. Lo cierto es que la ronda burgalesa sigue viva y pese a que ya se ha consumido más de la mitad de la prueba y ha habido dos cribas importantes, son muchos los que aún se sienten con fuerzas y opciones de poder conseguir el maillot morado definitivo. No le podía ocurrir nada mejor a la carrera burgalesa.

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