El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Jekyll pudo con Hyde

Un Autocid con dos caras levanta al público de sus asientos en la primera parte para sufrir en el tramo final / La falta de continuidad impidió una fiesta / Lorant sostuvo al equipo en los malos momentos

Burgos

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AUTOCID FORD

83

LOBE HUESCA 

74

Autocid Ford:

Raúl Mena (5), Micah Downs (14), Marcus Vinicius (3), Ejike Ugboaja (7), Matt Kiefer (4) -quinteto inicial- Chus Castro (13), Alberto Miguel (-), Rai López (7), Lorant (19), Manu Gómez (10).

Lobe Huesca:

Aranda (3), Zengotitabengoa (3), Herrero (5), Johnson (14), Freimanis (24) –quinteto inicial- Salsón (2), Bonds (17), Laerke (-), Llorente (6).

Árbitros

: Carpallo y Quintas.

Eliminados:

No hubo.

Parciales:

17-18; 52-36 (descanso); 68-59; 83-74 (final).

DIEGO ALMENDRES / Burgos

Jekyll pudo con Hyde. O mejor dicho, el amigo Jekyll se vistió de Autocid para que los locales salvaran la papeleta en un partido que tenían ganado y que se complicaron en la segunda mitad. Camino tiene por delante para mejorar el bloque de Casadevall, también motivos para frotarse las manos y para poner el acento en varios aspectos del juego.

Los momentos buenos fueron suficientes para estrenar el casillero de victorias en una noche extraña, llena de emociones encontradas, pero intensa de principio a fin. Autocid debió ahorrarse el sufrimiento, si bien podrá poner remedio a sus lagunas con la tranquilidad de haber golpeado primero en la siempre complicada LEB Oro.

Que el cuadro local está aún en construcción quedó demostrado en el primer cuarto. El mismo equipo que arrasó en el arranque con un 13-4 de salida cerró el parcial inaugural por detrás en el marcador (17-18). El mismo que se escapó hasta los 19 puntos, entró en la recta final con una renta de 4. Nada alarmante, pero quizá sí sintomático de que aún hay gran margen de mejora.

Con todo, El Plantío vibró con un inicio espectacular, intenso. Poderoso. Autocid supo imponer su estilo ante un rival peligroso si el partido entra en ese terreno donde se desenvuelve a la perfección. Eléctrico se mostró el cuadro de Casadevall para despejar a las primeras de cambio cualquier atisbo de duda generado en una difícil pretemporada. De la mano de Raúl Mena, los de casa crecieron a costa de un Huesca desacertado ante el aro. Todos sumaron a la causa, incluido el ‘novato’ Downs, de buenas maneras y mejores muelles, para llevar al marcador a un 13-4 que presagiaba una noche cómoda para los de casa.

No tuvo otro remedio Ángel Navarro que llamar a los suyos a capítulo para evitar el desastre prematuro y lo consiguió para pena de un Autocid que pasó de 100 a 0 en un segundo. La alegría ofensiva y el dominio del rebote dieron paso a un mayor control del combinado oscense. Liderados por Freimanis y Bonds, los aragoneses limaron la desventaja a costa de un combinado castellano sin ideas, si bien la entrada de Lorant y Manu Gómez aportó mayor consistencia al juego interior.

Fue el húngaro el que asumió el peso en los malos momentos para dar inicio a un nuevo arreón en el segundo cuarto. Autocid entró en frenesí. El ingreso en pista de Chus Castro y la dirección de Rai López fueron los acicates que necesitaba el equipo para dejar atrás a su rival en el marcador. Tocado por los dioses, el ferrolano sumaba 10 puntos en su casillero casi sin haber roto a sudar. Los locales corrieron como los ángeles y estuvieron ‘on fire’ en el lanzamiento exterior en el momento exacto. La intensidad defensiva de los azulones fue demasiado para un Huesca desbordado. El 29-23 fue el principio de la escapada local, elevada a su máxima potencia cuando Peter Lorant firmó el 41-25.

Una delicia para los aficionados, entregados a un Rai López clarividente y superior en su particular duelo con el joven Sergio Llorente. Bonds evitó la hecatome visitante y, tras el 51-34, Autocid sabía que aún tenía 20 minutos por delante para trabajar.

Siempre resulta más sencillo remar a favor de corriente, pero otra vez Autocid requirió de un acicate para meterse de lleno en faena. Con el 61-42, la máxima del partido, los de Casadevall bajaron un punto su intensidad. Suficiente para que Freimanis y Bonds dieran oxígeno a los suyos, ayudados por Johnson. Un parcial de 0-10 abría la puerta de la esperanza al Peñas. Desnortado, el cuadro de casa recurrió a su segunda unidad. Curiosamente, la más fresca y efectiva de la noche. Falta le hacía al Autocid recuperar el pulso, aunque, por lo menos, frenó la sangría para asentarse en la barrera de los 10 puntos de margen (66-56) para afrontar con garantías el último cuarto.

Los locales estaban al límite de meterse en un lío muy serio y ya hacía tiempo que se habían convencido de que iban a sufrir para salir indemnes del paso. Freimanis ya sumaba 24 puntos y era un azote constante bajo los aros. Sin embargo, la peor noticia para Autocid era el propio Autocid. El perímetro estaba bajo cero y en defensa los azules no enlazaban dos acciones positivas sobre las que cimentar un respiro.

Huesca estaba dentro del partido y lo corroboró en el marcador con el 72-67 a 6:38 para el final. Lorant se multiplicó y la cuarta de Freimanis fue un alivio fundamental. La goma se estiraba y menguaba para dar mayor emoción a un partido que nunca debió tenerla.

Así, hasta que a falta de 2:37 Herrero clavó un triple que puso el partido en un puño (78-74). Fue en ese instante, el peor, cuando Huesca se despeñó en busca del último empujón. Dos buenas defensas y el trabajo de un coloso Manu Gómez evitaron la sorpresa. Del éxtasis al alivio sólo hay un paso, pero la primera victoria está en la buchaca.

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