El Burgos CF pierde todo su crédito...

D. O. C. / Burgos

Siete jornadas para olvidar han dejado el proyecto deportivo del Burgos CF herido de muerte. El combinado blanquinegro está firmando su peor arranque liguero de su historia en la Segunda División B, lo que le deja en una más que complicada posición en la tabla clasificatoria del Grupo II de la Segunda División B.

Tres puntos en su casillero de los 21 puestos en juego es un bagaje realmente nefasto para un equipo que retorna a la división de bronce con la intención de consolidarse nuevamente en una categoría que jamás debió perder. A pesar de que la campaña no ha hecho más que comenzar ni las sensaciones ni los resultados avalan al equipo, que se encuentra ya a cinco puntos de las posiciones que aseguran la permanencia automática (la frontera la marca ahora el Salamanca, precisamente el próximo rival de los de la ribera del Arlanzón el próximo domingo).

Los números cantan. Y las estadísticas hablan por sí solas. El combinado de Julio Bañuelos, cuya continuidad al frente del banquillo blanquinegro pende de un hilo, ha demostrado una más que preocupante fragilidad defensiva (con 12 dianas es el tercer equipo que más tantos encaja del grupo y sólo en una ocasión consiguió terminar con su portería a cero -cuando ganó en Palencia-), que no mejora en absoluto en el área contraria, donde es el segundo combinado más flojo, con tan sólo 5 tantos anotados.

Y ello sin que sus aficionados hayan podido disfrutar todavía de una victoria en casa, pues desde que el proyecto se pusiera en marcha el pasado verano el Burgos CF ha caído derrotado en todos los compromisos disputados en El Plantío (tres amistosos, tres encuentros ligueros y uno más de Copa del Rey), un bagaje paupérrimo.

Ni siquiera en la última temporada de ‘sufrimiento’ de la parroquia blanquinegra, la 2007-08, la que condujo al Burgos CF al pozo de la Tercera División, el equipo arrancó con sensaciones tan negativas. De hecho, en aquella ocasión, con Lucas en el banquillo, el equipo contaba con 8 puntos en su casillero a estas alturas de temporada.

Y tampoco anteriormente, en las dos campañas más complicadas para los blanquinegros, la de su estreno histórico en la categoría en la 1997-98 ni en la posterior (98-99), los burgaleses arrancaron tan mal. En la primera reseñada, con Blas Ziarreta en el banquillo a estas alturas el equipo llevaba 9 puntos -terminó 15º-. Y en la posterior, que arrancó con González Villamil como técnico, el Burgos CF tenía 7 puntos (también había perdido todos en casa) -ese año, tras el cambio de entrenador y con Lucas a las riendas, el club jugó fase de ascenso-.

Todos estos datos han hecho saltar desde hace varias semanas las señales de alerta en el seno de la directiva del Burgos CF. La pasada semana trataron de poner orden en la situación con la salida del club del secretario técnico, Juan Manuel Barroso, principal responsable de la conformación de una plantilla cuya calidad es puesta en entredicho por los aficionados.

Y en la tarde de ayer se volvió a reunir para analizar la situación y decidir la continuidad o no en el cargo de Julio Bañuelos. Los directivos estuvieron reunidos durante más de tres horas en las oficinas de El Plantío, pero aplazaron hasta la tarde de hoy (que descansa la plantilla) la toma de una decisión definitiva sobre la continuidad o no de Julio Bañuelos al frente del equipo.

En otro orden de cosas, la plantilla realizó ayer la habitual sesión de recuperación de los lunes posteriores a los encuentros. En la misma no participó Cristian Castells, con un problema en el pecho, y otro de los centrales, Colina, no tocó balón por precaución por las molestias físicas que lleva arrastrando desde el inicio del curso en los abductores.