El Correo de Burgos

Fútbol / Tercera División Grupo VIII

El Huracán Z trunca la racha de un romo Caja Rural Promesas

Una desafortunada acción en la que el colegiado dejó sin sancionar una clara falta del guardameta visitante se tradujo en un veloz contragolpe de los leoneses que remató al fondo de las mallas Isma

Burgos

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CAJA RURAL PROMESAS 0

HURACÁN Z 1

CIUDAD DEPORTIVA CASTAÑARES

Caja Rural Promesas: Carlos, Mena, Tito, Jordan, César, Sergio (Dani Aparicio, min. 71), Marti, Juampa, Gallo (Alberto, min. 65), Dani González y Omar (Espinosa, min. 65).

Huracán Z: Manu, Pablo Castilla, Xerman, Andrés (Malagón, min. 46), Agustín, Arturo, Ángel, Álvaro, Serrano (Pablo Pereira, min. 57), Vila e Isma.

Árbitro: Gijón Peñas (colegio vallisoletano). Mostró tarjeta amarilla a los visitantes Ángel y Dani.

Goles: 0-1, min. 43: Isma.

D. O. C. / Burgos

El Caja Rural Promesas vio truncada su buena racha de resultados frente al Huracán Z. Un solitario tanto de los leoneses en el tramo final de la primera mitad y en una jugada muy controvertida permitió a los visitantes llevarse los tres puntos en juego de Castañares. La fortuna, que otras tardes se había aliado con los de Diego Rojas, dio ayer la espalda a los naranjas.

Con los dos equipos a punto de tomar el camino de los vestuarios tras una primera mitad anodina en la que las ocasiones de peligro brillaron por su ausencia, llegó la jugada clave del partido. Los burgaleses, que poco a poco habían ido superando la presión inicial de los leoneses, fueron llevando el encuentro a su terreno.

Y una clara acción de ataque en la que Dani González se plantaba solo ante el meta Manu el guardameta del Huracán arrolló en su salida al centrocampista local. Los burgaleses se quedaron reclamando una acción que podría haber cambiado el signo del partido, mientras que los visitantes montaron una contra letal por la banda izquierda que concluyó con un pase atrás de Vila sobre la incorporación de Isma, que desde el vértice del área chica se inventó un zurdazo que quitó las telarañas a la escuadra.

De los leoneses fueron los primeros minutos de la contienda. Su mayor presencia física y el hecho de jugar con el viento a su favor encerró a los locales en su campo, botando un par de saques de esquina cerrados muy peligrosos.

Los de Diego Rojas no perdieron la calma y supieron rehacerse del mal trago inicial para comenzar a rasear el balón. Su primera aproximación peligrosa llegó en el minuto 18 en una buena acción de Juampa por la banda izquierda. El delantero puso un centro medido al segundo palo, donde Gallo, empalmó el balón a escasos metros de la línea de gol. Pero en el último suspiro llegó Álvaro desde atrás para despejar el disparo a saque de esquina.

Al borde de la media hora de juego, con el encuentro volcado en campo leonés, fue Marti quien tuvo el 1-0 en sus botas al recibir un pase de Gallo. El delantero regateó a su par, pero su disparo raso y flojo no inquietó en absoluto a Manu. Ese fue todo el bagaje ofensivo de la primera mitad antes de la llegada de la acción que decantó el partido del lado azulón.

Ya en la segunda mitad el Huracán Z, con la tranquilidad del marcador a favor, abandonó su juego vertical de la primera mitad para intentar controlar más el esférico y buscar las rápidas transiciones con balones sobre el gigante Arturo y el veterano Vila. Mientras, los burgaleses, se ahogaron en un constante quiero y no puedo.

El primero lo intentó en el 50 tras ganar por velocidad a César en un contragolpe, pero su disparo no encontró los tres palos. Luego fue Vila, quien tras controlar un balón en la corona del área grande y ante la oposición de César, lanzó un disparo ajustado a la base del poste de la meta defendida por Carlos.

Poco después fue Álvaro quien se plantó solo ante el meta burgalés, pero se encontró con la buena respuesta de Carlos, que sacó el balón desde el suelo con la cadera ante el disparo del leonés.

El Promesas no tenía presencia en el juego ofensivo a pesar de la introducción de los hombres de refresco y el Huracán seguía generando peligro de la mano de un Arturo que firmó una segunda parte soberbia. En el 80 tuvo su oportunidad en un balón en el segundo palo que chutó con potencia, pero que Carlos, con algún apuro, pudo repeler cuando parecía que el esférico se colaba por debajo de sus piernas.

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