El Correo de Burgos

BALONMANO / División de Honor Plata

La épica no es suficiente

El Villa de Aranda vende cara su piel tras acumular una desventaja máxima de ocho goles / El Toledo exprimió al máximo el colchón conseguido

Burgos

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VILLA DE ARANDA    28

CASDISA TOLEDO    29

Villa de Aranda: César, Garza (1), D. Camino (8,4p), Ferro (6), A. Camino (1), Ros, y Barba (8,1p). También Amérigo, Juli, Bozalongo (3), Llopis (1), Marzorchini, Tito e Iker Antonio.

Casdisa Toledo: Lloria, Drange, Quique Plaza (9,3p), Maki (3), Barbón (1), Vidal, y Jiménez (7). También Ciobanu, Casado, Muñoz, Fuentes, Djukic (5) y Sever (4).

Árbitros: Ignacio Pascual y Carlos Luque (Cataluña). Excluyeron a Bozalongo, A. Camino y Ros por el Villa de Aranda. Por el Toledo a Lloria, Drange, Maki, Muñoz, Djukic, Jiménez, Sever (2). Tarjeta roja a Drange en el minuto 38.

Goles: 3-1, 3-4, 3-6, 4-7, 5-9, 8-13 (descanso) 10-14, 13-18, 14-21, 16-23, 22-27 y 28-29 (final).

ANDRÉS MARTÍN REDONDO / Aranda

Casdisa Toledo puso el juego y Villa de Aranda la épica. Y en la balanza total pesó más lo primero aunque un gramo más o, mejor dicho, un minuto más y el desequilibrio hacia el lado local se hubiese hecho real. Lo que parecía un partido controlado y cómodo para el conjunto castellano manchego (16-24 minuto 51) se convirtió en una lucha de guerrillas donde los ribereños estuvieron a punto de sacar tajada. Y es que el Villa de Aranda nunca se rinde y su afición tampoco. Uno a uno fueron descontando goles pero la renta era casi insalvable.

La distancia era un abismo al que los arandinos se habían precipitado por sus errores durante una primera parte repleta de fallos y de mala suerte. También de gran juego toledano. Porque hay que dar al César lo que es del César. El Casdisa realizó 30 minutos sensacionales en la parcela defensiva, dejando en sólo 8 goles a uno de los ataques más realizadores de la División de Plata.

La sequía local fue tremenda desde el minuto 4 (3-1) hasta el 16 (3-6). Doce minutos sin anotar y estrellándose continuamente en el entramado 6:0 visitante con un Drange muy efectivo en la contención. El muro visitante se combinó en un cóctel mortal con las paradas de Lloria, los penaltis y tiros fáciles errados por los arandinos y la efectividad de Jiménez en el cuadro toledano.

Sólo los fulgurantes contragolpes del argentino Ferro eran capaces de sacar premio en la portería de Lloria. En ataque estático se hizo la oscuridad absoluta y ni siquiera la linterna de Diego Camino, bastante apagada en la primera parte, pudo iluminar la ofensiva arandina. El resultado lo dice todo (8-13) al descanso.

No era la tarde de los ribereños y el Casdisa, de la mano de Djukic y Quique Plaza, llegó a alcanzar 8 goles de distancia. Parecía que todo el pescado estaba vendido pero faltaba la épica, un elemento que nunca falta en Aranda. Con un Casdisa muy cansado por el esfuerzo y la defensa a toda cancha, el Villa de Aranda fue descontando como las hormiguitas.

Un gol de Barba por allí, un penalti de Diego Camino por acá, otra parada del debutante Amérigo y el partido se convirtió en una lucha contrareloj donde los toledanos se cargaron de exclusiones para detener el vendaval del Villa de Aranda. El milagro parecía posible cuando los ribereños se colocaron a falta de dos minutos a dos goles (25-27), pero apareció Quique Plaza que en inferioridad numérica anotó dos goles providenciales. Aún así el Villa de Aranda llegó a ponerse a uno de distancia, pero sólo restaban cinco segundos. Esta vez no valió sólo con la épica.

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