El Correo de Burgos

Baloncesto / LEB Oro

Menorca tumba a Autocid sobre la bocina

Llevaba caminando por el filo del abismo en casa desde el arranque de la temporada y ayer terminó por despeñarse en un partido agónico que no supo sentenciar a pesar de ir por delante en el marcador durante la mayor parte de los 40 minutos

Burgos

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AUTOCID FORD 64

MENORCA 65

EL PLANTÍO

Autocid Ford Burgos: D. López (12),  Castro (-), Vinicius (9), Tillman (11) y Phillip (14) -cinco inicial-; Aguilar (-), Schraeder (12), Huertas (2), Kedzo (4) y Ortega (2).

Menorca: Jiménez (-), Navarro (3), Bravo (2), Arteaga (19) y Otegui (4) -cinco inicial; Dani Pérez (19), Matalí (4), Bas (6), Blanch (1),  y Morentín (7).

Arbitros: Terreros San Miguel y Quintas Álvarez.

Parciales: 13-9; 16-18; 16-18 y 19-20. D. O. C. / Burgos

Se ha acostumbrado a jugar con fuego en cada partido. Y ayer terminó por quemarse. Una canasta de David Navarro sobre la bocina tumbó al Autocid Ford ante uno de sus rivales directos en la lucha por el ascenso, Menorca, que ganó otra vez la batalla a los de Andreu Casadevall. Los azulones se han abonado a la agonía, a los finales de infarto. Ante los baleares brindaron una nueva entrega a su afición. Tuvieron el triunfo en su mano (ganaban por un punto a falta de seis segundos). Y defendieron con uñas y dientes esta mínima ventaja, aunque se encontraron con el acierto de un jugador fuera de serie que estuvo todo el partido desaparecido, pero que salió al rescate de los suyos en el momento clave.

Castellanos y baleares tenían cuentas pendientes. Se veían por vez primera las caras desde el histórico play-off de ascenso de la campaña 2009-10 en la que los insulares lograron un billete para la ACB y los burgaleses comenzaron a fraguar un sueño cuyo final está todavía por escribir.  Los azulones tenían la lección bien aprendida tras el agónico triunfo arrancado a Melilla el pasado viernes. Debían saltar con todas las alertas activadas para no tener que remar a contracorriente desde el primer minuto. Los de Casadevall pusieron sus mejores argumentos defensivos sobre la pista desde la primera acción, lo que dificultó en exceso el juego estático de Menorca. Y en el otro campo los burgaleses no tuvieron demasiados problemas para atacar la zona planteada por Berrocal de salida. Los locales entraron en el partido con un parcial de 5-0 que dejaba patente la superioridad castellana en la pintura.

Autocid no daba opciones para correr a su contrincante, con lo que le privaba de una de sus mejores argumentos. Los menorquines se mantenían vivos gracias a los puntos de Arteaga (7-4). Los azulones apretaron el pie en el acelerador encomendándose a la buena mano de Phillip y Tillman para abrir brecha en el luminoso (11-4 a 4:45).

Ello espoleó a los baleares, que no estaban dispuestos a arrojar la toalla tan pronto. Dos canastas de Bravo y Otegui metieron a los baleares en la pomada (11-8). El marcador apenas se movió en los dos últimos minutos debido a la falta de tino de ambos en los tiros libres (13-9).

Los visitantes habían conseguido cortar la hemorragia y defendían mejor las líneas de pase, con lo que cerraron las vías de penetración del CB Atapuerca. Sin embargo, no andaban demasiado certeros bajo el tablero y ello permitía que los burgaleses siguieran mandando en el electrónico.

Con ambos equipos con sus segundas unidades en pista el juego perdió ritmo y fluidez, lo que aprovecharon los visitantes para echar el aliento en el cogote de los azulones (15-13). Entonces tomó la batuta el irregular Schraeder para dar un golpe a la moral de los baleares con un triple. Las imprecisiones se convirtieron por momento en la seña de identidad del segundo cuarto, con Autocid perdiendo balones y precipitándose en los lanzamientos y los visitantes muy fallones en el tiro, sobre todo desde el perímetro.

Pero al menos Schraeder tomó la responsabilidad de mantener a flote la nave azulona desde la línea de 6,75. Y mientras Menorca, sin hacer demasiado ruido y buscando siempre acciones rápidas y lanzamientos en los primeros segundos de las posesiones, iba echándose encima en el marcador (23-22).

La eficacia de la retaguardia local había bajado muchos enteros. Morentín tuvo la oportunidad de empatar el choque a 25 desde la línea de tiros libres, pero erró. Sin embargo, en la siguiente jugada un enchufado Dani Pérez anotó el primer triple y puso a los suyos por delante (25-27).

Esta situación obligó al preparador de la escuadra castellana a parar el partido para dar instrucciones a los suyos. Poco les duró la alegría, pues Schraeder devolvió las tablas al luminoso desde el tiro libre sin que el reloj apenas corriera (27-27).

Con las defensas bien ajustadas los puntos llegaban a cuentagotas. Dos tiros libres de Vinicius permitieron a los castellanos llegar con una ventaja mínima en el marcador al descanso (29-27).

Los rígidos corsés tácticos de ambas escuadras habían llevado el partido a un tanteador exiguo al intermedio, pero había servido a los visitantes para mantener intactas sus opciones para buscar su primera victoria a domicilio del curso.

En la misma dinámica de espesura mental de las dos escuadras se reanudó el duelo (no se anotó en los dos primeros minutos). Del intercambio de faltas salió perjudicado Menorca, pues su base titular Jiménez se tuvo que ir muy pronto al banquillo al cometer su cuarta falta. Dani Pérez abrió la lata, aunque pronto encontró la respuesta en el ataque burgalés de Tillman (31-29).

Menos mal que una espectacular acción entre Dani López y Vinicius en un contragolpe hizo despertar al público (35-32). Autocid y Menorca competían en irregularidad y falta de constancia y el choque se movía en un pañuelo. Arteaga y Otegui comenzaron a ganar la posición a los pívots locales en la pintura (36-37), aunque cada vez que los de Chema Berrocal tomaban la delantera en el electrónico provocaba la inmediata respuesta de los azulones.

Con Pérez en la dirección los menorquines fueron mejorando sus prestaciones ofensivas y pudieron abrir hueco si Arteaga hubiera andado fino en los lanzamientos de tiros libres.

Después de este susto pareció reaccionar Autocid, que endosó a su contrincante un parcial de 8-0 culminado con dos triples consecutivos de Dani López que dio alas a los locales y provocó el estallido de su afición, hasta entonces aletargada en sus asientos (45-37).

Desde la base de la defensa se había escapado el cuadro de Casadevall ante un Menorca cargado de faltas y con muchos problemas para superar la ahora agresiva defensa castellana. Sus exteriores no veían el aro y eso lastraba sus opciones de remontada.

Ya en el último minuto Morentín dio vida a los suyos desde los 6,75 (45-42) aprovechando un desajuste de la zaga local. Y a 11 segundos del final empató Bas la contienda a 45.

Diez minutos por delante y todo por decidir. Casadevall no lo veía nada claro ante la falta de continuidad de sus pupilos, mientras que Berrocal alentaba a los suyos para seguir en la misma línea. El incombustible Phillip tomó el mando de las operaciones de salida (49-45), aunque Bas respondió con un 2+1 de inmediato.

Los burgaleses se resistían a perder la iniciativa, aunque Arteaga respondía una y otra vez a las buenas penetraciones de Schraeder (55-52). La tensión hacía cometer demasiados errores a los dos equipos, lo que impedía que ninguno se marchara en el marcador. Al menos hasta que los colegiados señalaran una antideportiva a Bravo sobre Tillman que no supo aprovechar en toda su magnitud el cuadro azulón (57-52). Aunque un triple a tabla de Dani Pérez con la posesión ya agotada y luego una canasta de Arteaga empataron de nuevo la contienda merced a los errores en los tiros libres de los burgaleses (57-57).

Y de nuevo Arteaga sacó tajada de las imprecisiones azulonas para poner a los suyos en ventaja (57-59) a 2:10. Phillip equilibró el duelo y Dani Pérez, en una contra tras robo, puso el 59-61 con menos de un minuto en el cronómetro. Tillman se inventó un triple que desató la locura en las gradas (62-61), pero Arteaga, cómo no, acertó de nuevo bajo tablero (62-63) con 31 segundos en el luminoso. Casadevall llamó a capítulo a los suyos para gestionar las últimas y decisivas acciones.

La primera posesión la perdió Burgos por una falta en ataque de Tillman, aunque la recuperó de nuevo a falta de 19 segundos tras un error en el pase de Menorca. Tenían el partido en sus manos y todo pareció esfumarse tras un mal lanzamiento de Tillman, muy forzado. Pero el rebote lo cogió Phillip para subir un balón imposible y anotar con la ayuda del tablero (64-63).

Menorca tenía seis segundos por delante. El balón se lo jugaron con un Navarro que hasta el momento no había tenido su tarde. Forzó y forzó por el lateral para lanzar una 'bomba' sobre la bocina que echó por tierra el trabajo de los locales.

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