El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Canarias establece el orden jerárquico

Un mal arranque sacó del partido a un Autocid Ford desquiciado durante los primeros 15 minutos (46-22) / Los burgaleses mejoraron tras la descalificación de Casadevall antes de recibir un duro castigo en los últimos. Los azules remaron hasta el 60-51, pero volvieron a descomponerse

Burgos

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IBEROSTAR CANARIAS    90

AUTOCID FORD    69

Iberostar Canarias: Guillén (19), Sabat (8), Donaldson (19), Rost (12), Richotti (9) -quinteto inicial- Chagoyen (4), Lampropoulos (5), Fuentes (2), Yáñez (7) y Heras (5).

Autocid Ford: Huertas (6), Phillip (9), Aguilar (2), Marcus Vinicius (4), Jerome Tillman (11) -quinteto inicial- Chus Castro (4), Schraeder (15), Dani López (10), Pep Ortega (8), Kedzo (-).

Árbitros: Planells y Pagán.

Eliminados: El jugador del Autocid Phillip. Además, Andreu Casadevall fue descalificado por doble falta técnica.

Parciales: 25-13; 48-33 (descanso); 67-53 y 90-69 (final).

Santa Cruz Tenerife

La ausencia de terratenientes históricos o de peso en estos tiempos de crisis abre un nuevo escenario en una Adecco LEB Oro que, a medida que avanzan las jornadas, aclara el panorama. Hoy por hoy, Iberostar Canarias es el equipo que marca el camino y el resto debe seguir el alto ritmo impuesto. De momento, sólo Lleida es capaz de aguantar el tirón y Autocid evidenció en el primer cara a cara frente a su principal adversario que aún está lejos de ofrecer el nivel que de él se espera.

Los azulones sufrieron en el Santiago Martín una derrota dolorosa, tanto desde el punto de vista clasificatorio como moral. El Iberostar aniquiló en la primera parte a un conjunto castellano incapaz de taponar todas las fugas abiertas en su casco nada más iniciarse la travesía. La momentánea reacción quedó reducida a cenizas y los de Martínez hurgaron en la herida hasta el final.

El acierto exterior aurinegro aturdió a un Autocid que se mantuvo a duras penas gracias a su juego interior hasta que la carga de personales anegó la única fuente de alimentación ofensiva. Phillip y Marcus Vinicius se fueron al banquillo con dos faltas personales, pero los problemas ya habían surgido antes.

En el bando tinerfeño, todos sumaban. Además, lo hacían de tres en tres para llevar el marcador hasta el 15-8 de salida. Autocid no encontró ni un sólo motivo para el alivio en unos primeros 15 minutos de chaparrón incesante. El 25-13 que cerró el primer cuarto confirmó los temores de los más pesimistas, pero lo peor aún no había llegado.

A pesar del dolor sufrido en defensa, el ataque castigaba las opciones azulonas en cada intento. Las rotaciones canarias aprovecharon el impulso de los titulares mientras en el Autocid sólo algún chispazo advertía que en el bando azul había vida. Cuando Phillip cometió su tercera personal, el marcador ya señalaba un 40-18 que dejaba el partido casi sentenciado nada más comenzar.

Para colmo, la actuación arbitral aireó los nervios del banquillo y Casadevall vio dos técnicas casi consecutivas que les señalaron el camino de los vestuarios por segunda vez en las últimas tres jornadas. Sin el capitán, el barco amenazaba con hundirse antes de tiempo. El Iberostar creció hasta una máxima de 46-22 a falta de 3:26 para el descanso, pero fue en ese momento cuando los azulones encontraron su primer respiro. El sprint final fue suficiente para recortar las diferencias hasta un 48-33 que daba una pequeña esperanza.

Tal y como había transcurrido el partido hasta ese momento, los burgaleses daban por bueno el último arreón, pero no hubo continuidad a pesar de un nuevo triple de Schraeder (48-36).

Al menos, Autocid lo intentó por todos los medios. El partido se estabilizó y, una vez se asentó sobre la pista, el cuadro burgalés comenzó a remar con fuerza. Al rival le bastaba con sobrevivir de sus rachas para mantener una ventaja cómoda, pero hubo un momento en el que los visitantes soñaron con la remontada.

Phillip volvió a pista, Schraeder acertó desde fuera y los aurinegros se movieron en porcentajes más bajos. Poco a poco, Autocid se metió en harina y su esfuerzo le condujo hasta el 60-51 a falta de 2:43 para el final del tercer cuarto. Un empujón más y la opción de victoria era una realidad, pero los del El Plantío competían al límite y cualquier tropiezo resultaría fatal. Donaldson tiró del carro insular para llevar de nuevo la renta a una zona tranquila para los suyos y Heras, el último en sumar por los tinerfeños, clavó la estaca mortal en la última posesión del tercer periodo (67-53).

Rendición

No le quedaba otra que seguir apretando al cuadro burgalés. No sólo para recuperar las buenas sensaciones, sino para limar el mayor número posible de puntos a un average que puede resultar decisivo allá por la jornada 34.

Cada vez que los azulones amenazaban la calma del Iberostar (67-57), el rival respondía con suficiencia (73-57 y técnica a Pep Ortega). La suerte estaba echada desde hacía mucho tiempo y el tramo final se le hizo muy largo al cuadro castellano. Tanto, que ni siquiera pudo esquivar la barrera de los 20 puntos. El golpe fue duro, pero Autocid necesita reaccionar cuanto antes si quiere coger el tren del ascenso directo.

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