El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

El efecto rebote complica la vida al Autocid Ford

Cáceres asalta El Plantío y se hace con el factor cancha / Los azules se atascaron y se mostraron incómodos, aunque siempre tuvieron opciones

Burgos

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AUTOCIDFORD    68

CÁCERES    74

Autocid Ford: Rafa Huertas (20), Mateo Kedzo (9), Juan Aguilar (6), Marcus Vinicius (4), Jerome Tillman (5) –quinteto inicial- Pep Ortega (4), Chus Castro (7), Darren Phillip (10), Ross Schraeder (5).

Cáceres: José Ángel Antelo (6), Pedro Robles (11), Dani Rodríguez (6), Sergio Olmos (10), Francis Sánchez (22) –quinteto inicial- Leon Williams (8), Justin Sedlak (-),  Xavi Forcada (8), Carlos Cherry (3), Juan Sanguino (-).

Arbitros: Martínez y Manuel.

Eliminados: Olmos (min. 39).

Parciales: 23-18; 38-38 (descanso); 56-55; 68-74 (final).

DIEGO ALMENDRES / Burgos

No hizo falta reventar cabezas ni dejar recados. Al Cáceres le bastó con jugar al baloncesto al nivel que exige un play off de ascenso para poner patas arriba una eliminatoria que Autocid ve cuesta arriba al quemar un cartucho vital.El Plantío se volcó en su guerra particular con Antelo en una tarde extraña, pero resuelta con solidez por un conjunto verdinegro capaz de desconectar a un equipo local obligado a nadar contracorriente.

Agotada las reservas de magia en la noche que abría la fase final, el segundo asalto castigó a un Autocid golpeado por el efecto rebote. Cáceres aprendió la lección y se aplicó durante 35 minutos ante un Autocid espeso y siempre incómodo sin el control de la situación.

El ruido de la previa dejó paso a un planteamiento normalizado del juego. El desenfreno del viernes quedó atrás y se presentaba una batalla nueva y compleja para el Autocid. No fue una dura resaca o defecto azulón.La paliza del viernes hirió el orgullo de un Cáceres con arsenal suficiente para ganar en cualquier pista. Ayer, asaltó El Plantío y después de todo lo ocurrido en 48 horas, volvió a casa con un botín que puede ser determinante.

 Ya advirtió Andreu Casadevall antes del inicio de la eliminatoria que habría altibajos en el mando de los partidos y el de ayer fue una prueba de ello. Cuarenta minutos de montaña rusa continua en la que, por un momento parecía que el 2-0 era la resolución más evidente. No fue así. El Plantío pronto se mentalizó para asumir una igualada que Cáceres selló en el último cuarto.

Y eso que el inicio sonreía al guión establecido por el conjunto burgalés. Autocid corrió cuando pudo y quiso propiciar las situaciones de transición, pero algo había cambiado. Cáceres ganó solidez en tareas defensivas y, sobre todo, encontró acierto desde el tiro de media-larga distancia para mantenerse a flote. Por eso, después de que un parcial de 13-0 catapultara a los de casa hasta el 17-7, el arranque local frenó en seco.Para siempre.

La carga de personales de Tillman y Kedzo y la aparición en escena de Francis Sánchez otorgaron al Cáceres su primer momento de lucidez de la eliminatoria. El alero ganó protagonismo e hizo mucho daño. Primero, intentó ganar la partida en el poste a Marcus Vinicius y, como chocó con una piedra, encontró el premio por fuera para liderar el éxito extremeño.

En un pestañeo, Cáceres se situó en el cogote de los locales y, a pesar del alivio encontrado desde el tiro libre en los últimos compases del primer cuarto, los de Aranzana habían encontrado el antídoto a sus problemas.

Así, el 23-27 a 7:40 del descanso culminaba un parcial de 6-20 que encendió las alarmas en El Plantío. No tanto por el resultado del momento, sino por la sensación de control que transmitía Cáceres. Las opciones a campo abierto se redujeron al mínimo y Ortega se unió a la lista de advertidos por las personales.Era vital aplicar un plan B.

De momento, al Autocid le urgía frenar los problemas encontrados desde el poste alto, de fuera a dentro. Cáceres movió con criterio, buscó el 2x2 con sus interiores y, además, estuvo inspirado en los lanzamientos liberados. Sólo el señalado Antelo daba muestras de estar fuera de onda y los de Casadevall mostraron dudas por primera vez en la serie.

Un chispazo de Ross despertó los corazones azules. Entonces, Darren Phillip asumió todo el peso ofensivo del segundo cuarto para liderar un nuevo respiro que tampoco encontró continuidad. El 36-31 era un tesoro después de todo lo ocurrido, pero una dosis extra de calidad de Francis Sánchez equilibró la balanza al paso por el descanso (38-38).

 El sufrimiento sólo acababa de empezar. Por eso, cuando después del triple inaugural de Aguilar el Cáceres firmó un parcial de 0-9 (41-47), quedó claro que había llegado el primer momento decisivo de la eliminatoria. Autocid estaba al borde del precipicio y todo pasaba por apretar los dientes. Trabado en labores de ataque, la defensa era la respuesta. Consiguió el cuadro de Casadevall contener el ímpetu del rival con Kedzo como protagonista de excepción hasta que Huertas dio el paso al frente que daba la vida a los castellanos.

Lejos de perderse en la zozobra, los de El Plantío culminaron la remontada con el 54-53 a falta de 13 minutos para el final. Tensión al límite. No había margen para alegrías. Entre otras cosas, porque Cáceres ofrecía mejores sensaciones a largo plazo en un partido jugado en el alambre. El atasco era monumental y cada punto un motivo para sobrevivir. Por eso, dos triples consecutivos de Francis Sánchez redondeados por Olmos se clavaron en el alma azulona con el 59-65 a cinco minutos del final. Era el principio del fin.Sigue en edición impresa

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