El Correo de Burgos

BALONCESTO / Liga Femenina

El Beroil sucumbe bajo el fuego rival

El Zamora arrolla a un conjunto burgalés que encajó 56 puntos al descanso / El ritmo, el acierto y la intensidad reboteadora naranja borraron a un equipo visitante con sólo 7 jugadoras en la rotación. Regina Gómez no jugó a causa de las molestias que arrastra en un gemelo

Burgos

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TINTOS TORO ZAMORA    96

BEROIL CIUDAD DE BURGOS    72

Tintos de Toro Zamora: Mariona Ortiz (10), Olga Chatzinikolaou (9), Dionne Pounds (14), Amy Denson (17) y Taru Tuukkanen (18) -quinteto inicial- Kim Mestdagh (16), Andrea Vilaró, Juana Molina (4), Laura Gimeno (4), Azania Stewart (4).

Beroil Ciudad de Burgos: Rachel Allison (23), Itziar Llobet (6), Anna Gómez (11), Laura Gil (4) y Berta Chumillas (10) -quinteto inicial- Aitana Cuevas (9) y Blanca Marcos (9).

Árbitros: Caballero y Afonso.

Eliminadas: No hubo.

Parciales: 26-20; 56-40 (descanso); 80-59 y 96-72 (final).

DIEGO ALMENDRES / Burgos

Tiene claro el Beroil Ciudad de Burgos que la lucha que mantiene por conquistar la permanencia en la categoría conlleva la obligación de asumir de la mejor manera posible duras derrotas como la vivida ayer en Zamora. La realidad, por momentos fría y áspera, recordó al conjunto blanquirrojo cuál es su sitio en la Liga por mucho que goce de un amplio margen de maniobra para hacer su difícil misión más llevadera.

El Tintos de Toro fue un vendaval que tronchó a un Beroil obligado a agarrarse a la pista por puro instinto de supervivencia. Por primera vez en la temporada, el cuadro de Miguel Ángel Ortega perdió el rumbo y se limitó a soportar con dignidad el chaparrón de puntos sufrido durante 40 interminables minutos.

Cómodo cuando somete al adversario con el ritmo que más le gusta, el cuadro blanquirrojo descarriló en esta ocasión al ceder la iniciativa. El Zamora controló cada aspecto del juego para martirizar el aro de un desnortado Beroil que, para colmo, compitió con una rotación bajo mínimos debido a la ausencia de Regina Gómez por unas molestias en el gemelo.

Con sólo 7 jugadoras disponibles, el bloque visitante sufrió como nunca en esta temporada. El 6-0 del arranque sólo fue la carta de presentación de una mañana extraña en la que Afonso arbitró como 'solista' ante la lesión de Caballero en el minuto 3 tras un encontronazo con Rachel Allison.

Precisamente, la americana quiso asumir el control en las filas burgalesas apoyada por una Anna Gómez que fue la única en guardar la calma. Tuukkanen sólo necesitó cinco minutos para hacerse la dueña del partido y sacar de él a una espesa Laura Gil, baza fundamental ayer diluida. La finlandesa mostró galones y sacó a relucir su calidad para guiar a un cuadro local que vio el aro como una piscina.

Y es que el Beroil nunca encontró su sitio porque el planteamiento falló desde la base. Acostumbrado a producir el cortocircuito en el rival con su presión, el equipo de Ortega comprobó cómo el Zamora superaba con facilidad y rapidez las adelantadas líneas defensivas para llegar con ventaja a la zona de anotación. Una y otra vez. Una y otra vez. Sin respiro. Si Tuukkanen no culminaba bajo la canasta, Mariona y Pounds se encargaban de rematar la faena en el exterior.

El Beroil se limitó a esperar a que la bombilla se encendiera, pero la dinámica era sinónimo de derrota contundente. En ningún momento fue capaz el equipo visitante de cambiar el guión de un Zamora tan cómodo que ya vencía por 26-16 cuando Laura Gil acumulaba dos personales.

Todo eran problemas, pero la posible reconstrucción pasaba de forma innegociable por una defensa incapaz de contener a un rival desatado. Por un momento, Zamora parecía que sería capaz de anotar hasta con los ojos cerrados. Para colmo, si por alguna circunstancia erraba un lanzamiento, el rebote se encargaba de cortar las alas burgalesas. Las de Juan de Mena capturaron el doble de rechaces (49-25), otra daga en el alma burgalesa.

Un 10-0 de salida en el segundo cuarto dejaba a las visitantes contra las cuerdas (36-20). A partir de ese momento, el Beroil caminó al filo de la navaja con la obligación de no descomponerse. Zamora se dejó llevar por la inercia, agradecido por la aparición en el festival del Mestdagh y Denson. Con todo, a las burgalesas aún les quedaba la baza desesperada de plantear un cambio de rumbo en el inicio de la segunda parte.

En un pestañeo, pareció que el Beroil ganaba presencia con la participación ofensiva de Chumillas, pero los errores desde el tiro libre y dos ataques desperdiciados supusieron su último aliento. Las naranjas alcanzaron los 20 con el 75-55 a 12 minutos para el final, momento en el que el partido entró en una nueva fase de descontrol permitido. El Beroil quiso maquillar el marcador y el Zamora aprovechó el último cuarto para competir a placer. Ahora sí, las de Ortega desconectaron y sólo queda conocer las consecuencias del golpe recibido.

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