La hora de los valientes

D. O. C./ Burgos

Es la hora de los valientes, el momento de las grandes gestas. El Burgos CF se juega la temporada en 90 minutos, los que le separan de la categoría de bronce del fútbol español si es capaz de imponerse al CD El Palo en el choque de vuelta de la eliminatoria que enfrenta a los campeones de los Grupos VIII (Castilla y León) y IX (Andalucía Oriental y Melilla). El cuadro blanquinegro se cita con la historia ante su afición (El Plantío, 18,30 horas) en una reedición del choque que hace dos años le dio un billete para la Segunda B contra el Lanzarote. Ha cambiado el invitado, pero el premio es el mismo. Y también el ambiente de gala que se espera en el vetusto municipal de la ribera del Arlanzón, con una afición ahíta de ver a su equipo donde le corresponde.

La escuadra castellana arrancó un resultado muy positivo del choque de ida en una auténtica encerrona en Málaga. Tuvo que apretar los dientes para salir vivo del Nuevo San Ignacio, donde burgaleses y malacitanos empataron sin tantos en un encuentro en el que los andaluces aprovecharon su perfecta adaptación a las reducidas dimensiones de su terreno de juego para obligar a los blanquinegros a entrar en un juego que ni le convenía ni está acostumbrado a practicar. Pero falta rematar la faena.

Sólo la victoria vale a los de El Plantío, pues cualquier empate con goles daría el ascenso al CD El Palo. Por ello no se fía ni lo más mínimo la plantilla y el cuerpo técnico del Burgos CF, que no obstante confía a ciegas en que podrá imponer su carácter de local. La satisfacción fue unánime en el vestuario tras el sorteo cuando supieron que jugarían la vuelta en casa. Es el momento de demostrar que no estaban equivocados.

En la mente de todos los aficionados resuenan todavía los ecos de triunfo de aquel 29 de mayo de 2011, cuando el Burgos CF logró su último ascenso a Segunda B. En aquella ocasión perdió por 2-1 en la ida, pero fue capaz de dar la vuelta a la situación en un Plantío entregado a la causa con más de 8.000 personas en las gradas.

Enfrente tendrá a un rival que ya dio en el choque de ida probadas muestras de su peligrosidad, por la calidad de varios de sus hombres del centro del campo, por lo rocoso de su línea defensiva y por el potencial más que contrastado en las acciones de estrategia y balones divididos. Pero en esta ocasión el combinado blanquinegro sí que podrá utilizar sus mejores armas favorecido por las dimensiones del terreno de juego. El cuadro de El Plantío tendrá la oportunidad de llevar el partido por la senda que más le convenga, intentando ensanchar el campo al máximo para que aparezcan espacios por el centro de la zaga malacitana y con rápidas transiciones y cambios de orientación que obliguen a los blanquiazules a un esfuerzo físico al que no están tan habituados como los blanquinegros. Más información en edición impresa