Ángel Ibáñez planteará de nuevo el cambio de modelo en los convenios con los clubes de elite

DIEGO ALMENDRES / Burgos

El responsable del área de Deportes del Ayuntamiento de Burgos, Ángel Ibáñez, planteará de nuevo a los clubes de elite la opción de cambiar el modelo que regula el reparto de los convenios de colaboración. El vicealcalde tiene previsto reunirse antes del inicio de las Fiestas con los representantes de las entidades deportivas para tratar los detalles relativos a las subvenciones correspondientes a la temporada 2013/2014.

Aún no está definida la partida reservada para los equipos más representativos de la ciudad (la cantidad total de la pasada campaña  fue de 380.000 euros) y tampoco están aprobados otros aspectos relativos a esta cuestión como las tasas aplicadas al uso de las instalaciones. Sin embargo, la intención de Ibáñez es definir la hoja de ruta y consensuar con todos los conjuntos el sistema más adecuado.

«Las bases no están decididas y es algo que no impondremos», asegura el edil, quien recuerda que la alternativa diseñada responde a la inquietud mostrada por las entidades. «Después se presentó un modelo que fue rechazado», comenta.

De los 11 equipos con derecho a voto en 2012, 8 se pronunciaron en contra de una medida que vuelve a estar sobre la mesa. «Hay tres opciones, continuar con lo que se ha hecho hasta ahora, modificar algún punto de la nueva propuesta o trabajar sobre la base ya expuesta», indica Ibáñez.

Los criterios reflejados en la alternativa presentada hace un año se apoyan en cinco puntos fundamentales. La obligación de desarrollar la actividad en Burgos, así como la de fijar la domiciliación social en la capital se presentan como requisitos naturales, pero hay otros que pondrían en aprietos a algunos conjuntos. En principio, sólo se consideraría un club de elite en cada modalidad (podrían convivir un equipo masculino y otro femenino) y sería obligatoria la obtención en la cancha del derecho a competir en la categoría. Ello excluye la compra de plaza o el acceso a la competición por invitación federativa.

Además, los aspirantes estarían obligados a competir en la división principal de su especialidad o contar con una masa social mínima de 1.000 abonados de pago. En ningún caso la ayuda podría superar el 50 por ciento del presupuesto de la temporada.

Asimismo, se tendría en cuenta otros aspectos como la calidad y profesionalidad en el empleo (puestos de trabajo creados), los recursos privados generados, el número de socios de pago, el presupuesto, número de licencias (cantera), categoría (presencia en pruebas internacionales, ámbito de acción geográfica...) o el importe satisfecho correspondiente al uso de instalaciones municipales. Se puntuará a los equipos sobre una escala máxima de 1.000 puntos y de ahí se determinaría la cantidad a percibir.

Mapa complejo y Autocid

La salida de escena el pasado verano de equipos como el UBU de voleibol y el TM 11 de tenis de mesa femenino cambió un mapa en el que se plantean nuevos interrogantes para el futuro inmediato.

El descenso del BigMat Fontecha de fútbol femenino y el salto del Burgos CF obligarán a retocar el último planteamiento. También se deberá redefinir la situación del UBU Caja de Burgos de atletismo. El bloque azul ha mantenido la categoría después de quedarse fuera del último reparto al recuperar en los despachos la plaza perdida inicialmente en 2012.

Un año más tarde, es el Servigest de baloncesto adaptado el que atraviesa una situación similar. Tras caer en la cancha de juego, la ampliación aprobada para la División de Honor permitirá al equipo burgalés competir de nuevo con los mejores de su especialidad.

Por último, cabe destacar la posición de un Autocid que ya tiene comprometida su partida especial de 1,3 millones de euros a dividir en cuatro temporadas si consigue el ascenso a ACB y asegura su permanencia en la elite.