El Correo de Burgos

MOTOCROSS

El regreso más amargo

Los accidentes provocaron la supensión de la prueba /Hubo hasta siete heridos de cierta consideración, uno de ellos de extrema gravedad

Burgos

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Después de dos años de barbecho, el motocross regresaba al circuito de San Isidro. El trazado burgalés cumplía su 50 aniversario y el Real Motoclub quiso rendirle un merecido homenaje. Lo que debía haber sido una jornada de fiesta y reencuentros se convirtió en un mal trago debido a los accidentes que ensombrecieron la carrera.Él más grave tuvo como protagonista al joven piloto cántabro Adrián Aparicio, quien en la primera manga de la categoría Open sufría una fuerte caída. Los pilotos afrontaban la tercera de las vueltas y antes de llegar a la primera subida perdió el control de su motocicleta y posteriormente fue atropellado por otros participantes. Los servicios médicos le trasladaron al hospital Universitario, al que llegó inconsciente y con fuertes traumatismos.Al cierre de esta edición se encontraba en estado de extrema gravedad en la UCI.

El ambiente se enfrió, aunque el Real Motoclub decidió reanudar la competición una vez que regresó el médico y la ambulancia. Se concluyó esta primera manga Open y se disputó posteriormente la primera ronda en ‘Clásicas’ y la segunda en ‘Fun’. Pero la máxima categoría parecía estar gafada ayer y nada más iniciarse la segunda manga, en el primer salto tras pasar por meta, varios pilotos se vieron involucrados en un accidente múltiple. La peor parte se la llevó en esta ocasión Adrián Rodríguez con un golpe en el costado, aunque la gravedad de la caída fue mucho menor que la ocurrida en la primera manga.

Como consecuencia del percance, las tres ambulancias y el médico abandonaron el circuito, por lo que la organización se vio obligada a suspender la competición. La única clasificación que se completó fue la Fun, mientras que los ganadores de la ‘Open’ y ‘Clásicas’ se entregaron en función de la primera manga.

Los rostros de los miembros del Motoclub de Burgos reflejaban sentimientos encontrados. Rabia, tristeza, frustración... Algunos no podían reprimir las lágrimas y es que habían puesto mucha ilusión y trabajo en que la competición de motocross regresará a Burgos. Les preocupaba sobre todo el estado de Adrián Aparicio. «Esto se hace para pasar un buen rato, para divertirnos y mira como ha acabado», señalaba uno de los miembros de la organización entre lágrimas.-MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA-

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