El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Autocid Ford muestra madurez

Se sobrepone a los altibajos en su juego y a un arbitraje ilógico para salvar con garantías su test exigente frente al Palencia

Burgos

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AUTOCID FORD    80

QUESOS CERRATO    64

Autocid Ford: Albert Sàbat (13), Anton Maresch (11), Antonio Peña (4), Jorge García (5), Taylor Coppenrath (7) -quinteto inicial- Pep Ortega (13), Romà Bas (9), Jeff Xavier (14), Sergio Olmos (4), Víctor Arnáiz (-), José Manuel Bartolomé (-), Daniel Barriuso (-).

Quesos Cerrato Palencia: Urko Otegui (14), Nick Barbour (15), Guillermo Rejón (5), Charles Abouo (1), Quique Garrido (2) -quinteto inicial- Miki Feliú (2), Xavi Forcada (5), Albert Moncasí (10), Roger Fornás (2), Miguel Jenaro (1), Sergio Alonso (-), Carlos Bravo (7).

Árbitros: Pinela y Rodríguez

Eliminados: Jorge García (min. 34) y Olmos (min. 37); Rejón (min. 34) y Forcada (min. 36).

Parciales: 16-10; 38-32 (descanso); 54-53 y 80-64 (final). DIEGO ALMENDRES / Burgos

Si la cosa va de ensayos, Autocid puede darse por satisfecho después de lo vivido ayer. Sólo Andreu Casadevall sabe si el partido dio para tomar apuntes en su libreta, pero lo que está claro es que el cuadro burgalés mostró capacidad de reacción y madurez en una situación extraña. Los malos momentos vividos se mezclaron con un arbitraje incomprensible, pero los locales tuvieron la madurez necesaria para reconducir la situación y vivir un plácido final de partido. Ahora queda por saber qué ocurrirá en un envite disputado bajo parámetros normales. Cuatro eliminados y un descalificado en un choque sin problema alguno lo resume todo.

Apostó Casadevall por un quinteto inicial con cuatro caras nuevas, con Peña como ‘tres’ grande y Coppenrath y Jorge García en el poste. Sin embargo, el gran protagonista en el arranque fue un Anton Maresch que acumuló mucho balón en el ataque local.

Bien dividiendo con penetraciones, bien con lanzamientos liberados, el escolta austriaco imprimió revoluciones a un Autocid que no acabó de encontrar el impulso deseado en la zona contraria. En aro propio la cosa sí pintaba de color naranja. Asumidos los desajustes propios de esta fase de la pretemporada, el combinado de local poco a poco asfixió los argumentos ofensivos de un Palencia que ni siquiera encontró resuello en las opciones cómodas.

No hubo continuidad en el juego. Pep Ortega aportó chispa bajo el aro y Autocid lo agradeció para cerrar el primer cuarto con el momentáneo 16-10.

Tiempo de pruebas, como la posibilidad de ver tanto a Maresch como a Jeff Xavier en el puesto de base para suplir la ausencia de Juan Aguilar. Y si se trataba de ganar ritmo, quien mejor que el de Rhode Island. La ya característica racha anotadora del escolta premió la labor defensiva de un Autocid que alcanzó los 12 puntos de ventaja mediado el segundo cuarto (28-16).

Hasta el momento, todo iba según el guión previsto. Palencia debía reaccionar y lo hizo de la mano de un inspirado Barbour. Los locales, obligados a jugar con Maresch y Xavier a la vez por la tercera personal de Sàbat, tuvieron un pequeño bajón en campo propio y en el intercambio Palencia salió airoso para reducir distancias al descanso (38-32).

El partido había cambiado. Autocid perdió el ritmo y el rumbo sin la dirección de un base puro. Además, Pinela se encargó de frenar aún más el encuentro con un arbitraje absurdo. Los locales ya estaban en bonus después de tres minutos y se dio el gustazo de cargar a Jorge García con la cuarta y una técnica después de dos faltas inexistentes en ataque.

Aún quedaba lo peor. Pinela traspasó la frontera de la lógica en un ensayo para descalificar a Casadevall después de dos técnicas. Y el partido a un paso de irse al garete. Palencia aprovechó el momento para ponerse por delante con el 38-42 y quedaba por ver la reacción de un equipo que sufría sus peores momentos. Además, Urko Otegui se movía como pez en el agua. Más malas noticias para un equipo burgalés capaz de empezar de cero. Sigue en edición impresa

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