Sueños olímpicos en la Blume

 

D. O. C. / Burgos

Son el presente y el futuro del deporte burgalés. E incluso la historia viva, la encarnación del éxito y el sacrificio en una eterna carrera por dar alcance a sus sueños. Emigrantes en la capital del reino, cuatro burgaleses comparten en estos momentos aventuras en la Residencia Joaquín Blume de Madrid, un centro de alto rendimiento desde el que aspiran en dar el salto a la gloria. Por delante les esperan jornadas maratonianas de entrenamientos, compatibilizados con sus estudios.

Alguno, como el más veterano de todos ellos (Juan Carlos Higuero), ha saboreado en multitud de ocasiones las mieles del triunfo. No en vano es uno de los atletas más laureados del deporte nacional de los últimos años. Está en su etapa final en la elite, pero su ambición le mantiene vivo y ahíto de triunfos. Al arandino, el León de la Blume, le ha tocado el rol de anfitrión. 

Nadie mejor que él, que acumula con la que acaba de empezar 16 temporadas en la residencia, para guiar sus invitados de lujo: al haltera Junior Santana, el tirador Álvaro Ibáñez y el atleta Pablo Fernández. El levantador del Sol y Luz llegó a la Blume hace ahora un año como una firme promesa nacional. En este corto espacio de tiempo es ya más que una firme realidad de la halterofilia española, consiguiendo este año el título de campeón de España y de Europa en categoría sub 17.

Pablo Fernández y Álvaro Ibáñez han sido los últimos en llegar, pero ambos lo han hecho pisando fuerte. El que fuera una de las joyas de la fértil cantera del Campos de Castilla optó el pasado verano por dar un giro radical a su preparación deportiva tras un año en el que no pudo brillar como deseaba lastrado por las lesiones. Consiguió una beca, hizo las maletas y puso rumbo a Madrid, donde se ha puesto a las órdenes de Antonio Serrano en su intento de convertir su pasión por el atletismo en su medio de vida. Su meta, convertirse en los próximos años en una de las referencias del mediofondo español.

 

 

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