El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Autocid emerge y se da un pequeño respiro

El conjunto local suelta lastre a costa de un rival sin alma ni argumentos / Peña y Olmos revitalizaron antes del descanso a un sólido bloque azulón. Controlada la situación en defensa, los de Casadevall cuajaron un partido inteligente

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Burgos

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AUTOCID FORD    79

PLANASA NAVARRA    53

Autocid Ford: Albert Sàbat (2), Jeff Xavier (6), Romà Bas (11), Pep Ortega (8), Taylor Coppenrath (13) -quinteto inicial- Antonio Peña (14), Juan Aguilar (3), Anton Maresch (5), Sergio Olmos (14), José Manuel Batolomé (3), Víctor Arnáiz (-)

Planasa Navarra: Cristian Díaz (7), Joaquín Bonhome (8), Brandon Sebirumbi (-), David Mesa (12), Martin Durchev (7) -quinteto inicial- Robertas Bitinas (6), Miguel Lorenzo (-), Anton Savitski (8), Quique Suárez (5).

Árbitros: Garmendia y González.

Eliminados: El visitante Sebirumbi (min. 40).

Parciales: 17-11; 39-23 (descanso); 63-35 y 79-53 (final).

DIEGO ALMENDRES / Burgos

El destino ineluctable ha atizado con dureza y sin descanso al proyecto 2013/2014 de un Autocid Ford empeñado en demostrar que, en condiciones normales, competiría con las máximas garantías por el premio ya conquistado anteriormente y arrebatado después en los despachos. Por eso, agradece las pocas treguas que ofrece el camino a la espera de rearmarse de una vez por todas y encarar la fase decisiva del curso en las mejores condiciones posibles.

Bajo esta premisa, necesitaba árnica el conjunto azulón y disfrutar de una noche tranquila. La visita del Planasa Navarra se presentaba como una oportunidad propicia para ello pero, tal y como están las cosas, cualquier contratiempo inesperado adquiere una relevancia mayor.

Por ejemplo, el equipo local pudo zanjar la cuestión de salida y no supo. Autocid lo hizo todo bien de inicio y los verdes cometieron su único error imperdonable: saltar a la cancha a medio gas. Sin embargo, la falta de acierto burgalesa en situaciones cómodas impidió el despegue al alba.

Los de El Plantío dividieron y encontraron posiciones favorables bajo el aro, pero el balón no quiso entrar. Tampoco el tiro libre ayudó para deslucir el buen hacer de un colectivo cómodo en labores defensivas.

Autocid perdonó en su primera ocasión y Planasa lo agradeció. Mesa y Bonhome se encargaron de sembrar dudas por un momento, apoyados en los ajustes defensivos. Los burgaleses ya no estaban a gusto en ataque y los verdes sacaron petróleo de las posesiones que agonizaban sobre la bocina. Del 9-2 se pasó al 11-9 y la niebla comenzaba a echarse. Sin embargo, el motor del Planasa Navarra no daba para mucho más y los visitantes se daban por satisfechos con sobrevivir.

Lejos de ofuscarse, Casadevall y los suyos tuvieron tiempo para dar con la tecla. Fue Peña quien sacó al equipo a la luz al aportar esa chispa extra necesaria. Con el neoyorquino en pista Autocid volvió a carburar, espoleado por cuatro puntos y dos buenas defensas del ‘9’. Pasado el mal momento los de casa soltaron lastre y, de paso, a un Planasa sin argumentos para contestar este nuevo intento de escapada (26-11).

Navarra se encomendó a las acciones individuales de Cristian Díaz como clavo ardiendo. El rival tardó cuatro minutos en estrenarse en el segundo cuarto y para entonces Peña ya había puesto al Autocid en el camino correcto. Además, encontró un aliado de excepción en un Sergio Olmos estelar para, entre los dos, dejar el partido casi sentenciado al descanso con el 39-23.

Sufrió el combinado de Lamúa en el juego interior, sobre todo en aro propio. Si Autocid no puede contar con Milosevic, la ausencia de Alejandro Navajas enterró las ilusiones de un adversario que no estaba para remontadas. Se daban pues, las circunstancias idóneas para disfrutar de nuevo sobre una cancha de juego y restañar las heridas de las últimas dos derrotas. Bien tenía que pintar la cosa si el Tizona no necesitó de Pep Ortega, jugador clave en las últimas semanas. El envite estaba bajo control y, superada la barrera de los 20 (49-28), se trataba de mantener el pie en el acelerador.

El pescado estaba vendido. Hacía tiempo que Planasa Navarra firmó su rendición incondicional y, asentada la diferencia, Peña tuvo tiempo para reencontrarse con su posición natural al ‘3’.

Con la distancia fijada en los 28 (63-35), pocas conclusiones pudieron sacarse del último cuarto. El partido entró en esas fases de ida y vuelta llevadas por la situación del momento, aunque Casadevall se empeñara en que los suyos mantuvieran la compostura. Difícil no dejarse llevar en un día válido para recuperar la sonrisa. Le hacía falta al equipo, pero ahora toca seguir remando. Porque esto no para y los rivales no ceden.

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