El Correo de Burgos

CICLISMO

Carlos Barbero se reivindica en Getxo

El ciclista burgalés del Euskadi se impone en la prueba vizcaína a escasos días de que su equipo eche el cierre por falta de apoyos

Burgos

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Carlos Barbero llegaba con dudas a Getxo. Su organismo no le transmitía las mejores sensaciones tras la paliza en China, aunque sabía que su equipo, que agota sus últimos días de competición, había depositado toda su confianza en su explosivo final. El burgalés no falló y se llevó una victoria que significa mucho tanto para el Euskadi como para él mismo. Es un grito reivindicativo de un ciclista que a mediados de agosto se quedará sin equipo y de una estructura a la que de nada le ha servido ser en los últimos años una fábrica de campeones, el último, el corredor de Gamonal.

Las rampas de Txomintxu, con una longitud de 732 metros y un desnivel máximo del 14 por ciento, encumbraron al burgalés, al que sólo le aguantó la rueda el italiano Luca Chirico, aunque en ningún momento el transalpino puso en duda la victoria del castellano. La batalla se inició en las primeros metros del repecho. Un corredor comenzó con las hostilidades y Barbero tomó el mando.

El burgalés se olvidó de que sus piernas no funcionaron de todo bien durante los 169 kilómetros anteriores.Dejó atrás el ‘calentón’ que pegó a 10 kilómetros de meta cuando pinchó y tuvo que cambiar de bicicleta.Se puso como objetivo la rueda trasera del corredor destacado y, una vez rebasado, la pancarta meta. «Llevé todo el peso de la subida y por un momento pensé que me iban a remachar a poco de la llegada, pero las piernas respondieron», comentó tras la carrera.

El arranque de Barbero fue de los de verdad, de los que dejan a la mayor parte del pelotón con la mirada clavada en la carretera. De inicio, un buen número de corredores cogieron la rueda del ciclista del Euskadi, aunque la hilera fue decreciendo, hasta que a falta de 300 metros era sólo Chirico el que mantenía la estela del burgalés. «Cuando restaban 200 metros he mirado hacia atrás y he visto su rueda, pero he seguido a tope hasta el final y he conseguido la victoria», explicó Barbero.

Poco después llegaron los abrazos, las felicitaciones y las muestras de alegría. Era la última prueba del Euskadi en carreteras vascas y Carlos Barbero había puesto el broche, se había convertido en parte de la historia del Euskadi. «Es una alegría muy grande para mí y para todo el equipo. Pero también es una pena que el trabajo que realiza la Fundación tenga que acabar, ya que se ha demostrado que esa labor da resultados», expuso.-MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA-

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