Quintana brilla, Dani Moreno aguanta y la vuelta se aprieta

D. O. C. - R. MENA / Neila

Nairo Quintana volvió a brillar en Las Lagunas. Por segundo año consecutivo logró la victoria en la mítica cumbre burgalesa.Los ataques del Astana protagonizados por Mikel Landa y Paolo Tiralongo le dejaron sin compañeros antes de lo previsto, por lo que tuvo que responder en primera persona a todos los movimientos, que fueron muchos.Controló, mantuvo la cabeza fría hasta el final y su clase hizo el resto una vez que la carrera pasó por El Portón y llegó la zona más dura de la ascensión.

Fue entonces cuando el colombiano fue a por todas y logró soltar  a un Dani Moreno que parecía soldado a su rueda durante toda la ascensión.El madrileño supo jugar sus bazas y se mantuvo siempre a la expectativa. Sabedor de que tenía las de perder en un intercambio de golpes con el colombiano, aguardó al final, aunque justo antes de la pancarta del último kilómetro el ganador del Giro le sacó de punto y tuvo que aflojar la marcha. Recuperó y esos explosivos últimos metros que ha exhibido en la mayor parte de sus victorias permitieron que sólo se dejara 6 segundos en la meta con respecto a Quintana. En la general el del Movistar sólo tiene un segundo de ventaja con respecto al Katusha, por lo que la emoción está asegurada.

Ayer se vivieron unos últimos kilómetros espectaculares. De esos que levantan al espectador del sillón y enganchan a los aficionados. Movistar conducía la carrera por la senda que más le interesaba. Sabía que, si nada raro ocurría, tenía al caballo ganador, por lo que marcaba el ritmo en el pelotón. Pero Astana, ayer el equipo más fuerte en la subida, cambió el escenario. Landa y Tiralongo hicieron saltar el reducido grupo de cabeza en pedazos y a partir de ahí la tostada se la tuvo que comer Quintana.

Landa lo intentó a 5,6 kilómetros  y el colombiano reaccionó.El desconcierto reinaba en las primeras plazas, por lo que Sergio Pardilla, enrolado en el Qhubeka, buscó su oportunidad. En cada uno de los intentos de los distintos ciclistas las miradas se dirigían a Nairo Quintana, quien continuaba impasible. Lo intentó Tiralongo y Pardilla insistió, aunque una aceleración del colombiano del Movistar volvió a reagrupar a los favoritos.

La marcha se ralentizó y el grupo de cabeza aumentó de número. David Arroyo también quiso pescar en río revuelto y se fue para adelante. Landa se unió a él y poco después Pardilla hizo lo propio.

Se formó un peligroso trío por delante. El peso de la carrera seguía sobre los hombros de Quintana, que comenzó a jugar al gato y al ratón con los escapados. En cuanto la diferencia superaba los 20 segundos, el nuevo maillot morado aceleraba la marcha hasta reducir la brecha y tenerles controlados con la mirada. Daba muestras de estar muy fuerte, aunque no tenía las circunstancias a su favor. Los rivales se multiplicaban y no podía equivocarse.-MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA-