El Correo de Burgos

HALTEROFILIA

Pasado, presente y, sobre todo, futuro

Iván García Rueda ya forma parte de la halterofilia española / Junior Santana está destinado a romper todos los registros /Comparten entrenamientos y el sueño de competir juntos en el próximo Mundial

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Burgos

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DIEGO ALMENDRES / Burgos

La halterofilia burgalesa valora los grandes logros conseguidos a lo largo de su trayectoria, disfruta el ilusionante momento actual y se frota las manos ante lo que vendrá en un futuro ya muy cercano. Y es que el Sol y Luz Electro Caor sabe muy bien que tiene en casa una mina de piedras preciosas que le asegura éxitos.

Al bloque dirigido por Manuel García no le llega por sorpresa esta situación de bonanza. El club local ya está acostumbrado a las grandes noticias protagonizadas, sobre todo, por Iván García Rueda y ha sabido moldear el crecimiento de Junior Santana para que el Consejo Superior de Deportes saque el máximo provecho de su talento.

Durante el verano, ambos comparten entrenamientos e ilusiones antes de buscar sendas plazas mundialistas en el torneo clasificatorio previo, la Copa de España, a celebrar el 20 de septiembre en La Coruña. «Este tiempo juntos nos ha venido muy bien, sobre todo a mí», reconoce Iván García Rueda, quien sabe de la importancia del envite. «Ojalá podamos clasificarnos los dos para el Mundial absoluto porque eso sería muy grande para nosotros y para el club», señala.  Y es que para una entidad con 15 licencias en vigor, contar con dos representantes en un evento de esa envergadura sería algo «muy grande».

El campeón local sabe de las dificultades que entraña el camino y por eso valora el mérito del Sol y Luz Electro Caor. Es la voz de la experiencia, el espejo en el que se miró Junior Santana desde sus inicios. «Siempre he admirado a Iván», subraya. «Me fijaba en él cuando estaba en el gimnasio porque era el mejor y ahora es mi compañero», destaca.

Ahora, aunque Santana ya es una realidad y uno de los deportistas con mayor proyección internacional, nada ha cambiado en la sala de halterofilia de El Plantío. «No tenemos nada que envidiarnos, al contrario. Nos apoyamos y todo lo que venga será bueno para todos», asegura la aún joven promesa.

De hecho, García Rueda asegura no sentirse desplazado con la irrupción de nuevos nombres llamados a hacer grandes cosas. «No sólo está Junior, también tenemos en el club a Ángel Santana, Bryan Cárdenas... somos pocos en el equipo, pero la gente joven tiene calidad y ya comienza a despuntar», indica. «No son ninguna amenaza. No porque llegue gente joven me voy a ir yo y eso tampoco va a afectar a mi entrenamiento. Aquí sumamos todos», zanja.

Incluso, la referencia española en la categoría de 62 kilogramos muestra su entusiasmo por esta situación. «Ojalá hubiera habido más gente que me exigiera más. Es mucho mejor para nosotros y para el club», apunta.

Eso sí, cada uno debe trazar su camino, explotando sus virtudes y corrigiendo los aspectos a mejorar. «A Junior se le veía una genética sensacional desde pequeño y encima es una persona a la que le gusta el deporte, es competitivo. Yo he tenido que ser muy perseverante porque cuando empecé en ésto no destacaba. Era cuarto o quinto en los campeonatos y a partir de ahí he mejorado. Junior empezó a tope, sigue a tope y ojalá siga así hasta alcanzar un nivel mundial», comenta Iván García.

Pero ese talento natural debe trabajar cada día para no anquilosarse o caer en la autocomplacencia. Por eso, cuando Junior Santana tuvo la oportunidad de enrolarse en la Residencia Blume contó con el apoyo de su compañero, quien compagina el trabajo con el deporte de competición. «Le comenté que, si ésto le gusta de verdad, éste el momento para ir a un Centro de Alto Rendimiento, aprovechar la oportunidad para ser el mejor y estudiar, que es lo más importante», explica.

Junior acepta con naturalidad su nuevo estilo de vida, «más profesional».  «No tengo ninguna presión y mi objetivo es mejorar día a día», resume antes de destacar el drástico cambio de su rutina.  «Se nota. En Burgos nos ejercitamos una hora, que es el tiempo que tenemos. Allí son seis horas al día de entrenamientos más el tiempo dedicado a los estudios», señala.

Ahora, el diamante del Sol y Luz se desplaza a Barcelona para ultimar la preparación de la Copa de España. Todo, para completar un plan «perfecto» y debutar en un Mundial absoluto junto a su compañero, un Iván García Rueda que comparte ambiciones pero aporta la visión de la experiencia.  «Si no puede conseguirlo, Junior debe estar tranquilo porque le quedan muchos años por delante para estar en muchos campeonatos de alto nivel. A mí me quedan menos y ya he ido a unos cuantos, pero quiero disfrutar de más experiencias», concluye Iván. Kazajistán espera.

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